viernes, 15 de abril de 2016

Deadpool



Con “Deadpool” me ha vuelto a pasar. Ya no sé cuántas películas de Marvel digo que “esta no voy a verla, que el personaje no me interesa”. Y mira, otra vez que acabo yendo al cine. Y vaya suerte con la decisión. El descojone es de bandera.



A pesar de pillar con el pie cambiado al común de los mortales, cualquier fan de los cómics sabrá que Deadpool no es un héroe al uso. Es un personaje extraño que recibe filias y fobias por igual, pero que nunca ha sido de los que dejan indiferente a nadie. Malvado de Spiderman en su concepción, pronto consiguió identidad propia y se independizó con su historia aparte, convirtiéndose en la parodia seria/gamberra de los cómics de superhéroes desde dentro de la propia industria. Los que le conozcan de las viñetas sabrán que Deadpool es un personaje muy pasado de página, llevando al extremo la socarronería de Spiderman, con el humor negro de Batman y la mala leche de Punisher.

Dentro de todo el panteón de personajes disponibles, es al que veía más difícil de adaptar. Demasiado bruto para hacer una película PG-13 como siempre buscan las productoras y demasiado carismático como para aceptar una rebaja de mala leche.  Con el paso de los meses, se anunció, para mi sorpresa, que no se iban a cortar por evitar una calificación R. Está decisión tuvo como consecuencias obvias un presupuesto que no llegaba ni a la mitad de las películas menores de Marvel. Compañía que tampoco tenía muy claro qué hacer con la película con continuos vaivenes en la producción y un porrón de cambios de guión y dirección no invitaban a nada bueno. Además, la historia de los orígenes que parecía plantearse no era algo que me atrajera demasiado. Todo ello me llevo a tomar la decisión de dejarla ir y gastar mi tiempo en otras cosas. 


Sin embargo… Vaya con el efecto de una buena –fenomenalísima- campaña de publicidad. El desenfadado sentido del humor que se gastaba, las ganas que tenía de reírse de sí misma y sus toneladas de frescura consiguieron que uno de los personajes minoritarios y más odiados de la factoría Marvel se convierta en un acontecimiento de tres pares de narices. Parecía imposible, pero, de alguna manera, el héroe del caca-culo-pedo-pis por excelencia… ¡Molaba! Es que me convenció para ir a verla sin llegar a importarme cuál fuera el argumento. 

Deadpool se vendía como una película de puro entretenimiento y chistes salvajes que nunca verías en el resto del Universo Marvel. Y finalmente, la película es justo eso. Deadpool es una parodia descacharrante de estas películas “vengadoras”, pero al mismo tiempo sigue siendo una película Marvel con todo lo que ello conlleva. Sí. Marvel se ridiculiza a sí misma y a su manera de hacer películas con una propuesta llena de gamberrismo y autoparodia. Nadie como uno mismo para ponerse a caldo. El argumento se reduce a la máxima expresión mientras la cantidad de chistes se dispara. El bombardeo al que se nos somete es abrumador. Los chistes se amontonan con poco orden, mezclándose guarradas con guiños metaculturales, roturas de la cuarta pared, contestaciones ingeniosas, absurdeces varias y chorradas autorreferenciales. Hay tantos que algunos se te harán vomitivos, sí,  pero el arsenal se despliega con tanta gracia que seguro que habrá un buen puñado que funcione y te saque una buena sonrisa. 


Como buena película introductora, se nos cuentan los “heroicos” orígenes del personaje y se complementa con una suerte de trama completada con escenas de acción, un par de los X-Men más secundarios (incluyendo un par de puyas sobre la falta de presupuesto para fichar las grandes estrellas de la academia Xavier) y un malo de lo más cutrillo. Los creadores saben que con su presupuesto no pueden compararse con sus hermanas mayores y se regodean en ello. Su cutrez es una cualidad de la que se presume como una gracia más de la que disfrutar (a pesar gozar de más medios que el 90% de las películas de acción, ojo). Detalles secundarios como la aparición de Warhead (un amor), su gusto por la zafiedad y la incorrección política y su estupenda (eso sí) banda sonora, la convierten en una propuesta que aboga, con toda la intención y el talento, por el entretenimiento puro.

El problema viene cuando el público incauto se acerca creyendo ver una nueva de Vengadores (que no lo es ni por asomo) o el montón de padres que llevan a los niños creyendo que tendrán aventurillas facilitas. ¡Ay de aquellos que no saben qué película van a ver antes de entrar al cine! ^^ La película de Deadpool es gore, grosera y desagradable. Y a buen seguro muchos estómagos la encontrarán gratuitamente excesiva. Ahora bien, ¿no es acaso Deadpool un personaje obsceno y de mal gusto?

Quizás lo que más me sorprende es su inmenso éxito a pesar de su categorización para +18. ¿Será un punto de partida para que las majors se den cuenta de que a veces es mejor ser fieles a uno mismo en vez de rebajar el tono para obtener el famoso +13? No lo creo, especialmente viendo la falsa infantilización de algunos súper-héroes que tanto Marvel como DC realizan. Coñe, que me he encontrado La broma asesina en una juguetería infantil… 


A lo que íbamos y acabamos con esto, Deadpool es una chorrada gigantesca que es perfectamente consciente de serlo y que se esfuerza por meter la mayor cantidad de chistes en el menor espacio posible sin dejar de ser “Marvel”.  Las risas que me he pegado no me las quita nadie, pero claro, si no casas con ese humor… la película no vale nada.

Nota: 6
Nota filmaffinity: 7.1

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