Después de escuchar el
correspondiente especial en La Órbita de Endor, me han entrado unas ganas
horribles (y ya van unas cuantas) de ver la película sobre la que han hablado.
Hacía demasiado que no me adentraba en una galaxia muy, muy lejana, ¡y ya iba siendo
hora!
¿Hace falta decir el
argumento? Aquí está la primera parte (aunque sea el capítulo 4), el inicio de
todo y responsable del éxito.
Y el éxito no suele
venir de la nada. Hay muchas cosas que se hacen bien en esta película. Aunque
Tiburón sea considerado como el primer Blockbuster, Star Wars también pone su
señor grano de arena en la cuestión. Pone una historia de
fantasía clásica en un ambiente nunca visto
y convierte la ciencia-ficción en un divertimento vacuo, algo que prácticamente
nadie había hecho, (recordemos propuestas más sesudas como 2001 o
Soylent Green).
No vamos a negar que el
argumento no tiene nada de complicado. Cuenta una historia muy tópica y vista,
pero está desarrollada de manera impecable, aprovechando además para crear un
mundo fascinante. Apenas nos da unas pinceladas de él, pero es capaz de hacerte
ver que es profundo y carismático, como una promesa de ahí enterrado hay un
vasto universo presto a ser explorado con ganas e ilusión.
Todo el mundo asocia a
Star Wats con uno de los mejores villanos que hemos visto en la pantalla
grande: el grandioso Darth Vader, sin embargo no es hasta El imperio contraataca cuando despliega toda su maldad y su
carisma, contentándose aquí con tener un extraño puesto intermedio como
representante del Emperador pero bajo las órdenes de Moff Tarkin (¡ese viejuno
Peter Cushing!), con el poder destructor de la Estrella de la Muerte de fondo.
A fin de cuentas, tiene
ciencia-ficción (poca), aventura (mucha), acción, épica… y un humor bien
encontrado, especialmente el que viene a cargo del Gordo y el Flaco de este
Universo, C-3PO y R2-D2, una pareja cómica impagable.
Si nos ponemos
picajosos, podríamos opinar que ninguna de las actuaciones destacan por su
virtuosismo. Han Solo, Luke, Leia… son personajes que no exigen nada en
especial a unos actores que tampoco se esfuerzan en hacer más que de sí mismos.
Es probable que ésta sea la razón por la que parecen tan naturales y creíbles.
Los duelos a espada, más insinuados que espectaculares, mantienen el equilibrio
justo para prometer antes que dar, suficientemente escasos para llenarlos de
misticismo y conseguir que tengas ganas de fliparte cada vez que veas a un Jedi encender su espada
(efecto que se pierde en las precuelas).
Un punto y aparte está
en la brutal banda sonora que John Williams creó para la película. Faltan
las palabras para el precioso equilibrio que reina en todo el trabajo. Épica
cuando debe serlo, emotivo cuando toca, íntimo y romántico para los momentos
sentimentales, grandilocuente en las celebraciones… Una música inconfundible
llena de carisma, que se mezcla con las imágenes en una perfecta sinergia para
remarcar cada escena y convertirla en inolvidable.
Sin tener unos grandes
actores, ni una gran historia, ni unas grandes escenas de acción, Star Wars, se
convirtió en un referente imborrable en nuestra sociedad. El motivo está en el hecho de concentrar una
promesa de fascinación que mola un montón y da pie para mil flipadas. Después de
todo, Lucas no es un gran director. Sí es un gran arquitecto y un imaginativo
feroz, construyendo una galaxia de la que apenas te enseña, luego una pizca de talento, mimo y el cariño que
hacen el resto. Es una cuestión de pasión, tener las cosas claras y, por qué
no, un poco de suerte. Un sesgo naif
de cuento de hadas galáctico lo alejaba de las sesudas referencias y lo convertían
en único. Conseguía que cada niño –yo entre ellos- quisiera ser un piloto de
X-Wings o tener el Halcón Milenario para surcar el Espacio sideral (Yo nunca
quise ser Jedi :p) y explorara cada rincón de la vasta galaxia imaginada por
Lucas. Y eso no es nada fácil.
- Ha tenido una infancia terrible.
- Es demasiado joven y ha mamado de todos sus derivados antes que de la película madre.
- Ya era viejo cuando se estrenó.
Y no hay más, porque
para un niño es muuuy chungo no abrir los ojos como platos y admirar una
invitación a imaginar como nunca antes habría visto: esos mortíferos cruceros
imperiales, el Reverso Tenebroso del que se alimentan los malvados, los
místicos sables láser, unas batallas galácticas acojonantes, las razas
humanoides llenas de mutantes, aventuras vibrantes, el galán de los galanes, la
sabiduría intrínseca del mejor de los tutores, un triángulo amoroso incestuoso
y el humor sano y ingenuo de la pareja de androides…. Y la mejor banda sonora
de la historia (o casi). Para mí, el orgasmo es casi inevitable ^^.
Es una película a la que
hay que acercarse cada año, casi. Una promesa de ilusión, de entretenimiento
puro. De cine para ver con el alma inocente y las ganas de dejarse fascinar.
Que la fuerza os
acompañe. Siempre.
Nota: 10
Nota filmaffinity: 7.9
Como ya he comentado
antes, lo que le más valoro ahora ya adulto es el trabajo concienzudo para dar
vida a una aventura galáctica que ciertamente inauguró una nueva forma de hacer
cine. Dejó a todo el mundo con la boca abierta y se las arregló para arrasar en
todos los apartados técnicos de los Oscar: Dirección artística, bso, sonido,
montaje, vestuario, efectos visuales, efectos sonoros…(Además de estar nominado
a Mejor película, director, guión, actor secundario). 7 Oscars y 5 nominaciones
más. ¡Casi nada!
Comentarios sobre la
versión: Tengo la remasterizada del 25º aniversario. La tecnología digital le
permitió a Lucas hacer retoques y meter cositas y escenas porque sí, porque
podía meterlos. Se notan cuales son las escenas nuevas –mucho más pulcras
visualmente y con cositas extrañas que se mueven aquí y allá- que además no
añaden NADA a la historia y bajan el ritmo. Aquí Lucas había descubierto que
tenía un juguete nuevo y quería usarlo, aunque no sabía hacer que le quedara
bien.
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