viernes, 6 de marzo de 2015

Relatos Salvajes

¡Yey! ¡Los Franceses han traído esta película a los cines franceses! Además de las ganas que le tenía, el poder verla en castellano siempre es un extra que se agradece para poder disfrutar de esta nominada (que al final no se lo llevó).


Los pasajeros de un avión se dan cuenta de que todos conocen a la misma persona. Una camarera de un restaurante reconoce un agente de bolsa que causó la ruina de su padre. Dos conductores libran una guerra sin cuartel en una carretera desierta. Un padre de familia ejemplar ve como la grúa se le lleva el coche y decide rebelarse contra el sistema. El hijo de una familia adinerada  atropella a una mujer embarazada mientras. Una boda aparentemente feliz se convierte en un auténtico “Funny Games”. 
Seis pequeñas historias ligadas por un pequeño hilo conductor: una cruzada de cables, un hasta aquí hemos llegado, una rotura del sistema. Individuos anónimos empujados más allá del límite, llegando al momento en que rompen cualquier atadura y se dejan llevar por sus instintos más viles, sobrepasando la frontera entre civilización y barbarie, respondiendo a nuestro mundo caótico liberando toda la mala leche posible.
Si hace unos años un bienintencionado oficinista llamado Michael Douglas tenía “Un día de furia”, en estos Relatos Salvajes tenemos una vuelta de tuerca similar, pero con más dosis del humor cabroncete del que gustan los argentinos.

Estos cortocircuitos mentales son una buena muestra de un humor brutal, bárbaro y gamberro, pero decididamente hilarante. La tragedia provocada es tan exagerada que se vuelve inevitablemente cómica en unos escenarios sorprendentes, trazados con pulcritud y donde los buenos pensamientos claramente no son bienvenidos.
Y es que Szifrón nos deja claro que apenas se necesita un instante, una simple mala decisión que nos lleva a cruzar la línea y desatar la tempestad. Caer en las redes de la locura es tan fácil como perder el control y reaccionar con toda la contundencia posible, relamiéndose ante el placer que ello conlleva. En los diferentes cortos se pone luz sobre el ser salvaje que tenemos dentro, todo ira y violencia. ¿Qué se necesita para saltar? ¿Cómo abrir nuestra caja de Pandora? Los celos amorosos, la injusticia, el abuso, los conductores, el tráfico, la deshumanización de la administración pública, los abogados… Cada corto es una verdadera animalada, una exageración que no debemos repetir, pero no podemos evitar identificarnos con las escenas, revestidas con un humor tan negrísimo que distraen nuestra conciencia y nos hacen reír.

Reímos con abandono frente a estas situaciones que degeneran rápidamente en una locura devastadora. Esta pequeña locura está llena de gritos, lágrimas, mal gusto, sudor y sangre, cadáveres, insultos, injurias, castigos y venganzas… Desternillante.
Los seis pequeños cartuchos de dinamita se ríen de los géneros, de las convenciones y de las reglas de convivencia, devastando todo y dejando a su paso risas sobre un campo de ruinas.  Un equilibrio entre el desarrollo y la chanza y unos actores a los que es fácil creerse permite disfrutar con una gamberrada continua, reduciendo la realidad a un absurdo hiperviolento y desternillante.

Nota: 8
Nota filmaffinity: 7.8

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