¡Yey! ¡Los Franceses han
traído esta película a los cines franceses! Además de las ganas que le tenía,
el poder verla en castellano siempre es un extra que se agradece para poder
disfrutar de esta nominada (que al final no se lo llevó).
Los pasajeros de un
avión se dan cuenta de que todos conocen a la misma persona. Una camarera de un
restaurante reconoce un agente de bolsa que causó la ruina de su padre. Dos
conductores libran una guerra sin cuartel en una carretera desierta. Un padre
de familia ejemplar ve como la grúa se le lleva el coche y decide rebelarse
contra el sistema. El hijo de una familia adinerada atropella a una mujer embarazada mientras. Una
boda aparentemente feliz se convierte en un auténtico “Funny Games”.
Seis pequeñas historias
ligadas por un pequeño hilo conductor: una cruzada de cables, un hasta aquí
hemos llegado, una rotura del sistema. Individuos anónimos empujados más allá
del límite, llegando al momento en que rompen cualquier atadura y se
dejan llevar por sus instintos más viles, sobrepasando la frontera entre
civilización y barbarie, respondiendo a nuestro mundo caótico liberando toda la
mala leche posible.
Si hace unos años un
bienintencionado oficinista llamado Michael Douglas tenía “Un día de furia”, en
estos Relatos Salvajes tenemos una vuelta de tuerca similar, pero con más dosis
del humor cabroncete del que gustan los argentinos.
Estos cortocircuitos
mentales son una buena muestra de un humor brutal, bárbaro y gamberro, pero
decididamente hilarante. La tragedia provocada es tan exagerada que se vuelve
inevitablemente cómica en unos escenarios sorprendentes, trazados con pulcritud
y donde los buenos pensamientos claramente no son bienvenidos.
Y es que Szifrón nos
deja claro que apenas se necesita un instante, una simple mala decisión que nos
lleva a cruzar la línea y desatar la tempestad. Caer en las redes de la locura
es tan fácil como perder el control y reaccionar con toda la contundencia
posible, relamiéndose ante el placer que ello conlleva. En los diferentes
cortos se pone luz sobre el ser salvaje que tenemos dentro, todo ira y
violencia. ¿Qué se necesita para saltar? ¿Cómo abrir nuestra caja de Pandora?
Los celos amorosos, la injusticia, el abuso, los conductores, el tráfico, la
deshumanización de la administración pública, los abogados… Cada corto es una
verdadera animalada, una exageración que no debemos repetir, pero no podemos
evitar identificarnos con las escenas, revestidas con un humor tan negrísimo
que distraen nuestra conciencia y nos hacen reír.
Reímos con abandono
frente a estas situaciones que degeneran rápidamente en una locura devastadora.
Esta pequeña locura está llena de gritos, lágrimas, mal gusto, sudor y sangre,
cadáveres, insultos, injurias, castigos y venganzas… Desternillante.
Los seis pequeños
cartuchos de dinamita se ríen de los géneros, de las convenciones y de las
reglas de convivencia, devastando todo y dejando a su paso risas sobre un campo
de ruinas. Un equilibrio entre el
desarrollo y la chanza y unos actores a los que es fácil creerse permite
disfrutar con una gamberrada continua, reduciendo la realidad a un absurdo
hiperviolento y desternillante.
Nota: 8
Nota filmaffinity: 7.8
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