Kiefer Sutherland, el incansable personaje de 24, interpreta a un expolicía venido a
menos que se ve obligado a trabajar de guardia nocturno en un viejo centro
comercial incendiado. En la primera noche que baja a los subterráneos descubre
que allí los espejos no son normales. Están manchados de huellas extrañas, se
rajan y se recomponen espontáneamente y, sobretodo, los reflejos parecen tener
vida propia.
A partir de ese momento, una serie de sucesos inquietantes
empezarán a ocurrir a nuestro héroe y sus conocidos. Los reflejos están
furiosos por algo, y quieren sangre…
Para los que no lo sepan, es un remake de una película
surcoreana títulada Geoul sokeuro que
según google translator significa algo así como Al otro lado del espejo. Así pues, es fácil imaginar que nos
encontramos ante una versión -siempre espectaculares, ejem- de una película de
terror asiática. En este caso, el autor la traslada a Nueva York y le añade un
cierto toque de casquería gore que no pega demasiado con el ambiente de tensión
que reina en la película.
ACTORES: A pesar de tener un personaje de lo más absurdo
entre manos, Sutherland hace lo posible por hacer que su personaje sea creíble
y, sorprendentemente, lo consigue en algunos momentos. El resto del elenco
oscila entre lo patético y lo lamentable, sin hacer el más mínimo esfuerzo más
allá de recitar sus diálogos.
DIRECTOR: Alexandre Aja se ha labrado una cierta reputación
entre los aficionados al cine de terror -con dos películas gore y un remake
relativamente decente-. Al menos por lo que se ve en esta película, ese
prestigio es totalmente inmerecido. La película intenta crear climas de tensión
(sin conseguirlo demasiado) por medio de subidas de volumen y gente que aparece
de repente. A pesar de ello, los efectos son más bien bastante chusqueros y cutres, dando más pena que otra
cosa. Además, las tres escenas totalmente gratuitas de casquería (la inicial,
la del baño y la del sótano) destacan para mal en el tono general de la
película siendo gratuitamente grotescas y desagradables en un film relativamente suave. La escena del baño es de las cosas más
estúpidamente patéticas que he visto en bastante tiempo y toda la lucha en el
sótano es cuanto menos, extraña. Vaya con la super-abuela-demoníaca…
GUIÓN: En una película de terror sobrenatural, es de esperar que haya ciertas licencias en cuanto a
la realidad y se impongan una serie de normas “fantasmales” que expliquen lo
que ocurre. El problema de esta película es que, una vez
mostradas, el director se las salta a la torera para intentar alargar una película
que no hay por donde cogerla (a partir de la inundación del piso, es un despropósito
detrás de otro). La película intenta seguir el clásico esquema de la casa
embrujada situándo los hechos en unos grandes almacenes destruidos -que no entiendo
porqué hay que custodiar-, luego deriva en una especie de investigación
criminal que no tiene el más mínimo interés y, cuando la trama está tan forzada que no da más de sí, manda todo a tomar viento y se dedica a hacer
sustos continuamente hasta acabar en un WTF!? en toda regla.
Dentro de lo que es una película de terror, es de lo
peorcito que he visto en bastante tiempo -y mira que el terror no suele
entusiasmarme-. La trama es muy incoherente y desordenada, hay bastantes
escenas que sobran y no aportan nada. No consigue transmitir la más mínima
tensión y en bastantes momentos no provoca otra cosa que indiferencia. No es
precisamente la mejor película de Aja -Las
colinas tienen ojos es mínimamente decente-, aunque se agradece el esfuerzo
de Kiefer Sutherland por al menos intentar hacer bien su trabajo.
Nota: 2 (no le
pongo un 1 porque Sutherland se lo curra y hay que valorarlo).
Nota filmaffinity: 5.4
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