martes, 13 de septiembre de 2011

Reflejos


Kiefer Sutherland, el incansable personaje de 24, interpreta a un expolicía venido a menos que se ve obligado a trabajar de guardia nocturno en un viejo centro comercial incendiado. En la primera noche que baja a los subterráneos descubre que allí los espejos no son normales. Están manchados de huellas extrañas, se rajan y se recomponen espontáneamente y, sobretodo, los reflejos parecen tener vida propia.
A partir de ese momento, una serie de sucesos inquietantes empezarán a ocurrir a nuestro héroe y sus conocidos. Los reflejos están furiosos por algo, y quieren sangre…

Para los que no lo sepan, es un remake de una película surcoreana títulada Geoul sokeuro que según google translator significa algo así como Al otro lado del espejo. Así pues, es fácil imaginar que nos encontramos ante una versión -siempre espectaculares, ejem- de una película de terror asiática. En este caso, el autor la traslada a Nueva York y le añade un cierto toque de casquería gore que no pega demasiado con el ambiente de tensión que reina en la película.

ACTORES: A pesar de tener un personaje de lo más absurdo entre manos, Sutherland hace lo posible por hacer que su personaje sea creíble y, sorprendentemente, lo consigue en algunos momentos. El resto del elenco oscila entre lo patético y lo lamentable, sin hacer el más mínimo esfuerzo más allá de recitar sus diálogos.

DIRECTOR: Alexandre Aja se ha labrado una cierta reputación entre los aficionados al cine de terror -con dos películas gore y un remake relativamente decente-. Al menos por lo que se ve en esta película, ese prestigio es totalmente inmerecido. La película intenta crear climas de tensión (sin conseguirlo demasiado) por medio de subidas de volumen y gente que aparece de repente. A pesar de ello, los efectos son más bien bastante chusqueros y cutres, dando más pena que otra cosa. Además, las tres escenas totalmente gratuitas de casquería (la inicial, la del baño y la del sótano) destacan para mal en el tono general de la película siendo gratuitamente grotescas y desagradables en un film  relativamente suave. La escena del baño es de las cosas más estúpidamente patéticas que he visto en bastante tiempo y toda la lucha en el sótano es cuanto menos, extraña. Vaya con la super-abuela-demoníaca…

GUIÓN: En una película de terror sobrenatural, es de  esperar que haya ciertas licencias en cuanto a la realidad y se impongan una serie de normas “fantasmales” que expliquen lo que ocurre. El problema de esta película es que, una vez mostradas, el director se las salta a la torera para intentar alargar una película que no hay por donde cogerla (a partir de la inundación del piso, es un despropósito detrás de otro). La película intenta seguir el clásico esquema de la casa embrujada situándo los hechos en unos grandes almacenes destruidos -que no entiendo porqué hay que custodiar-, luego deriva en una especie de investigación criminal que no tiene el más mínimo interés y, cuando la trama está tan forzada que no da más de sí, manda todo a tomar viento y se dedica a hacer sustos continuamente hasta acabar en un WTF!? en toda regla.

Dentro de lo que es una película de terror, es de lo peorcito que he visto en bastante tiempo -y mira que el terror no suele entusiasmarme-. La trama es muy incoherente y desordenada, hay bastantes escenas que sobran y no aportan nada. No consigue transmitir la más mínima tensión y en bastantes momentos no provoca otra cosa que indiferencia. No es precisamente la mejor película de Aja -Las colinas tienen ojos es mínimamente decente-, aunque se agradece el esfuerzo de Kiefer Sutherland por al menos intentar hacer bien su trabajo.  

Nota: 2 (no le pongo un 1 porque Sutherland se lo curra y hay que valorarlo).
Nota filmaffinity: 5.4

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