martes, 20 de septiembre de 2011

Ice Age 3: El origen de los dinosaurios


Tercera parte de esta divertida saga de animales en la edad de hielo. La extraña manada formada (ahora) por 2 mamuts, 2 comadrejas, un tigre dientes de sable y un perezoso sigue sus aventuras en el valle. Mannie y Ellie están nerviosos, ya que esperan un bebé en breve. Mientras tanto, Diego se siente mayor y quiere marcharse, y Syd tiene envidia de los mamuts y quiere tener pequeños también. Mientras vaga por la nieve, encuentra unos huevos de dinosaurio que curiosamente dan lugar a unos pequeños T-Rex. Los problemas vendrán cuando mamá Rex quiera recuperar a sus crías, secuestrando a Syd de paso. Sus amigos no tendrán más remedio que adentrarse en el peligroso mundo perdido de los dinosaurios para rescatarlo. Mientras tanto, Scratch sigue con sus desventuras bellotiles, aunque ahora se le une una ardilla sexy que le hará replantearse sus prioridades “a su manera”.

La película dura en su totalidad 80 minutos, siendo la más corta de toda la saga. A decir verdad, incluye dos historias completamente paralelas que se van entrelazando, cambiando de una a otra según convenga.

Por un lado tenemos las aventuras de Syd y su cuadrilla, que transcurre por un registro de cine de aventuras con una buena dosis de chistes divertidos. El recurso de añadir dinosaurios al juego constituye un tópico bastante manido y es una buena muestra del agotamiento de la saga, aunque la historia es inferior a las anteriores partes -tampoco es que fueran nunca grandes historias- sirve de excusa para una buena sucesión de gags absurdos que siguen funcionando. Algunos ya están repetidos de otras películas, pero hacen gracia igualmente. Una buena sucesión de guiños bien metidos y chistes varios hacen que los cuarenta minutos de desventuras de Syd y compañía pasen rápido.

Por otro lado, están los verdaderos protagonistas de la película: Scratch y su bellota. En la Fox se han dado cuenta de la gracia que hace la ardillita desventurada y le han dado cancha a lo bestia, acumulando una buena cantidad de minutos. Y vaya si los aprovecha. Su historia contiene los mejores gags de la película, estirados hasta lo imposible para disfrute de los fans, consiguiendo momentos absolutamente descacharrantes.

La fórmula empieza mostrar signos de agotamiento, ya que ha sido necesario forzar la mezcla de dos cortos para que la película llegue a la duración necesaria. La historia es casi inexistente en ambos cortos ya que la inclusión de los dinosaurios es una mera excusa para alargar la historia y Scratch no tiene historia como tal. No obstante, los chistes siguen funcionando y continúa haciendo reír mucho. Un defecto añadido es el hecho de que la trama de Scratch es mucho más divertida, provocando que a veces estés más rato esperando que vuelva a salir antes que disfrutando de las desventuras de Syd y compañía.

Técnicamente, se nota mucho el paso del tiempo y la película es muy superior gráficamente a las anteriores partes -especialmente a  la primera, a la cual ya se le notan los años -. La sustitución del hielo por la jungla permite la inclusión de gran cantidad de detalles y guiños por toda la pantalla, que se agradecen y hacen la película mucho más agradable.

No deja de ser lo que intenta ser: una película cortita para reir a mandíbula batiente un rato, con un entretenimiento intrascendente. La historia -como en anteriores partes- es casi inexistente y en muchas ocasiones recurre a escenas de películas anteriores pero nos deja mucha diversión, humor en la tradición de la Warner, muchas caídas y diálogos ágiles, con un nivel técnico más que notable, eso sí, sin llegar a sorprender. Pero bueno, Scratch sigue haciendo de las suyas, y eso puede llegar a ser suficiente.

Nota: 6
Nota filmaffinity: 6.5

Me resulta difícil buscar la excusa argumental para realizar una cuarta película -que está en producción-, pero mientras los chistes sean igual de buenos, servirá para mantener el listón. Sólo espero que no se convierta en una saga agonizante como Shrek.  

Si alguien puede entender a qué viene el título, que me lo diga. Yo no lo entiendo.

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