viernes, 20 de enero de 2023

Absolutamente todo

Estaba yo intentando reponerme de la resaca cuando me acordé de que tenía que hacer la reseña de esta película, vista una mañana tonta de resaca en que quería ponerme a ver algo que no me diera demasiados quebraderos de cabeza. Una comedia, algo de los Monty Python y Simon Pegg en la portada, pues pa’lante y sin mirar.

Por una carambola del destino, unos extraterrestres omnipotentes deciden darle poderes a un perdedor bastante mezquino y sentarse a ver qué pasa. Nuestro panoli protagonista, gozando de unas capacidades casi divinas, pondrá patas arriba su vecindario con resultados obviamente desastrosos, pero que, de alguna manera, le acabarán sirviendo para ligar con la chica guapísima de turno.

Y bueno, una vez vista, hay que reconocer que la película me dio lo que le pedía: entretenerme sin pensar. Se puede destacar algún chiste bien conseguido y poco más. Si bien la premisa inicial tiene su punto, lo hemos visto desarrollado con más acierto en otras películas (Como Dios). La excusa argumental da lugar a un puñado de chascarrillos de resultado bastante irregular, dando lugar a una película muy tontorrona y fácil de seguir. No tiene ninguna complicación y además dura muy poquito, por lo que se ve sin molestar en ningún momento.

 

Más allá de todos los chistes en torno al perro del protagonista, que funcionan con ingenio, el resto de chistes se hacen los gamberretes mientras se mantienen blanquitos y agradables. Se fuerza mucho el juego en que el protagonista, siendo consciente de que puede hacer verdaderas maldades, se contenta con ser traviesito e, incluso en sus momentos más “oscuros”, se mueve con un candor que mantiene la película en una propuesta para todos los públicos.

Los protagonistas, Simon Pegg, Kate Beckinsale y Sanjeev Bhaskar, son bien conscientes de la tontería de película que tienen en danza por lo que tampoco se esfuerzan mucho, mientras que los papeles más secundarios son encarnados con menos ganas aún, llegando a actuaciones algo vergonzosas en algunos momentos. Ah, ¿y los Monty Python dónde andan? Pues apenas se les ve y se les oye un poco más. Su participación no dista mucho de hacer el mínimo esfuerzo para poder decir que están allí. Sorprende que tras las cámaras este Terry Jones, que ha demostrado poder hacer comedias muchísimo más inspiradas en el pasado.

Sin embargo, hay que reconocer que la película entra con una ligereza muy de agradecer. Aun en su esperpento, sabe ser lo suficientemente simple como para ofrecer un poquito de diversión sin aristas ni complejidades. Justo un día que no quería comerme la cabeza, pude entretenerme con algo menos de 90 minutos que ver con una leve sonrisita. Sus limitaciones son las que son – grandes y destacadas – pero en su modestia, se acaba haciendo simpática.

Nota: 4

Nota filmaffinity: 4.8 

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