jueves, 1 de diciembre de 2022

El portador de la Noche (Graham McNeil)

Me di cuenta de que tengo la mayoría de libros de la saga de Uriel Ventris menos los dos primeros, que sí que tengo en la estantería. ¿Quizás es hora de completar todos, no? NO, no voy a volver a leer los 6 libros, sólo los que no tengo reseñados.

Título: El portador de la noche

Autor: Graham McNeil

Título original: Nightbringer

Traducción: Juan Pascual Martínez

“Uriel Ventris, recién ascendido a capitán de los ultramarines, recibe la orden de intervenir en la investigación efectuada en el planeta Pavonis, un mundo imperial azotado por disturbios internos y por piratas éldar renegados. Sin embargo, nada es lo que parece, y hay planes que ocultan otros planes. Uriel y sus aliados se verán obligados a comenzar una mortífera carrera contrarreloj para acabar con su siniestro y escurridizo enemigo… o deberán destruir por completo el planeta por el bien de la humanidad.”

 Primer libro de Uriel Ventris y uno de los primeros de Graham McNeil en la franquicia. Aquí se muestra como un escritor con cara y ojos al conseguir escenas divertidas, con humor negro bien metido, cuando son cualidades que no se aplicarían a los Ultramarines.


Y es que los Ultramarines son los más marines y más marines de los Marines Espaciales. Descritos habitualmente como los más cuadriculados y devotos del reglamento por el reglamento, se hacía difícil pensar en tener un protagonista carismático no especialmente acartonado. Pero con Uriel Ventris lo consigue, creando para la franquicia lo que yo llamo el síndrome del Marine Protagonista.

Hace gracia comprobar como Pasanius o Learchus (los dos “amigos” de Ventris dentro del Capítulo son cuadriculados, siempre pensando en lo que debe pensar un Marine y no concibe algo como saltarse las normas. En fin, más tiesos que un palo y no precisamente muy dotados para protagonizar una historia. Sin embargo, Ventris es diferente. Por alguna razón de trasfondo (siempre se explica), este Marine es algo inadaptado, rarito, pensando en alternativas para hacer las cosas… Lo cual no le ha impedido progresar en la organización, porque bueno lo es un rato largo, claro. Pero son justo esas cualidades “inusuales” las que le convierten en un personaje bastante más humano y, por tanto, más adecuado para protagonizar una historia que debamos leer. Cuando pasa una vez, mola, pero cuando compruebas que ocurre en prácticamente todas las novelas de Marines Espaciales, se les acaba viendo un poco el plumero.

En El portador de la noche tenemos un argumento a tres bandas la mar de liado que exige bastante al lector, algo bastante poco habitual en esta colección. Esta búsqueda de complejidad no impide tener acción de primera, con todo lo que debe de tener una novela de este tipo. A McNeil se le dan bien los fuegos artificiales y se queda bien a gusto.

Pero sí, en este primera entrega vemos como Uriel Ventris y su mejor amigo Pasanius (y su inseparable lanzallamas) luchan contra cultistas del caos, mientras sobreviven a intrigas políticas y a un asesino en serie suelto por ahí. Ah, y está también el Portador de la Noche (uno de los malos malosos de los Necrones) que la lía por donde pasa. Mucha chicha bien tratada que mola un puñado. El único problema con este libro es que si no conoces el trasfondo del Universo del Wh40k te vas a perder un poquito mucho. Después de todo, las servoarmaduras, bólters, espadas sierra y éldars no son palabras de uso común para alguien poco avezado al mundillo.

Por otro lado, esta novela se acuerda muy bien de representar cómo se comporta un Marine para con los humanos normales. Desde su pedestal, no pudiendo evitar considerar inferiores a esos seres que son conscientes que deben proteger, pero al mismo tiempo lamentándose por tener esos pensamientos que sabe que no son correctos. Esto lo usa con mucha habilidad a medida que toda la trama política se desarrolla y no sabemos quién es de fiar y quién es un traidor al Imperio. Me encanta cuando estas cosas se hacen bien.

Y es que tampoco se olvida de hacer tridimensionales a los secundarios humanos. La Gobernadora Sholai debe afrontar un papel que le viene grande, pero que aun así hace lo que puede por hacer lo correcto para su pueblo, sin por ello dejar de pensar en la importancia de su persona, claro. Admirada y asustada con la presencia de los Marines, en ningún momento se pierde la impresión que da de “A mí no me criaron para estos berenjenales”, sin que por ello pierda un ápice de competencia, como nos ocurriría a todos (ejem) en un brete similar.

También se debe resaltar al apocado Alto Cargo del Administrarium (Jé) Barzano. De perfil muy bajo, concienzudo con los números y perdido en sus tecnicismos, por momentos recuerda a cómo sería un tecnosacerdote. Con pocas habilidades sociales, parece ser el único que se lleva bien con los Marines y, además, se las arregla para estar siempre en todos los fregados. Indudablemente, tiene su secretito, cosa que en su momento me pilló completamente de sorpresa. Ahora, en esta relectura, me ha parecido MUY obvia en las páginas anteriores a su revelación. Cosas de haber leído mucho más, claro.

 Como buena tarjeta de presentación en la franquicia, McNeil pone de todo, y bueno. Además de una trama bastante elaborada que se realiza a tres bandas, nos mete la acción grandilocuente típica de la franquicia, multitud de personajes distintivos, y variando en su crudeza en función de quién y dónde estén las tortas. No se deja un posible escenario: batallas campales, luchas urbanas, asedios desesperados, peleas de naves espaciales, escaramuzas confusas… Que la hora de fliparse, pocos de la franquicia lo hacen con tanta consistencia como Graham McNeil.

Una novela muy consistente, de la que se entiende porqué salió una saga completa de seis libros con ella. Si bien puede ser agreste para un profano, contiene todo lo que uno desearía encontrar en una novela de la franquicia: Buenos personajes, conspiraciones políticas y batallas de primer nivel. Así da gusto leer estas cosas.

 

Nota: 8

Nota goodreads: 3.74/5 

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