Ya ha pasado el Sant Jordi de este año y ya tocaba ponerse con el Sant Jordi del año pasado, ¿no?
Título:
Carbono Modificado
Autor:
Richard Morgan
Título
original: Altered Carbon
Traducción:
Juanma Barranquero
“Takeshi Kovacs, mercenario y
antiguo emisario colonial, había sido juzgado, condenado y almacenado. Pero lo
transmiten a la Tierra y lo reaniman en una funda de policía a instancias de un
millonario… que le pide que investigue su reciente asesinato. En un futuro en
el que se ha vencido a la muerte, el crimen toma derroteros insospechados.”
Uno
no ve todos los días un caso de asesinato en que la propia víctima sea la que
encargue al pringado del detective la investigación de su propia muerte. Y es
que en verdad, hay muchas cosas del libro que son sorprendentes. Partiendo
desde un mundo de ciencia-ficción muy bien trabajado, nos presenta una
solidísima historia de detectives ciberpunk con influencia neo noir, que además
presenta unas cuestiones éticas bien tratadas, una sociedad podrida como pocas,
ultra-violencia brutal y toneladas de diversión.
Carbono modificado busca
con ahínco una lectura áspera y desagradable. Recrea un futuro cercano podrido,
en el que todo está en venta, dónde la justicia y la integridad ni están ni se
les espera. Cada aspecto parece modificado para glorificar las drogas, la
violencia y el sexo en una búsqueda de la obscenidad gratuita bastante
desmadrada. El libro contiene una de las escenas de sexo más involuntariamente
hilarantes que he leído. Pero de siempre. Ya sabréis a cuál me refiero cuando
la leáis. Es… interesante.
La
gratuita grosería que rodea cada página del libro no impide poder apreciar la
consistencia del mundo que se crea,
pudiéndose entender como nuestro mundo ha llegado ahí a partir de
adaptando las reglas que conocemos a las novedades que esta sociedad presenta,
especialmente cuando se nos ilustra con el concepto del re-enfundado. Para
lidiar con los viajes más allá de la luz o las logísticas galácticas
intergeneracionales, la conciencia puede ser descargada a un chip y luego
cargada a un caparazón humano, llamado “funda”. Aquí es donde la cosa cobra
todavía más gracia, ya que la funda no tiene por qué ser un clon generado a tal
efecto, sino que también puede ser el cuerpo de un criminal o una víctima cuya
conciencia se ha almacenado, dejando a su cuerpo disponible para su compra. Así
que puedes estar al lado de tu vecino, amigo o amante – excepto que no son
ellos, sólo su cuerpo caminando con otra persona mirando a través de sus viejos
ojos. Morgan no deja que esta novedad robe el escenario, sino que la combina
con una trama que lo aprovecha hasta sus últimas consecuencias. Fácilmente
podemos encontrar malos usos para esta nueva tecnología, especialmente en una
sociedad tan podrida como la que se nos presenta.
EL
mundo en que el detective de fortuna Takeshi
Kovacs existe
es duro, frío y desagradable, pero pronto se nos hace notar que Kovacs tiene un
buen pasado detrás de esa superficie cachonda y arrogante. Este detective
fatalista no tiene miedo de usar las pistolas, es bien consciente de que está
ante un caso que le viene grande y, entre su chulería y mala idea, sabe qué
cabezas reventar para conseguir su objetivo. Aparentemente desesperado,
mantiene un plan que sólo él conoce, arrastrándonos por un torbellino de acción
despiadada, ataques cibernéticos y reflexiones sobre la (mala) suerte que
algunos arrastran.
Le
acompaña muy a su pesar la curtida policía Kristin Ortega, una de las pocas personas íntegras del cuerpo
que, además, ha encontrado en el caso un filón del que no puede evitar tirar.
Con muy poco sentido del humor, mucha necesidad de autoafirmarse y ganas de
que, por una vez, se haga justicia con aquellos que abusan de la inviolabilidad
del poder. Por si fuera poco, estaba enamorada de la anterior persona que ocupó
la funda actual de Kovacs, lo que le provoca cierta incomodidad que la pone
todavía más de mala leche. En el fondo, sólo intenta hacer lo correcto en un
mundo que parece haber olvidado lo que es eso.
El
caso viene encargado por el matu Laurens
Barcroft.
Habría
que entretenerse un momento a explicar qué son los matus: Se trata de aquellas
personas tan pero tan ricas que mantienen un conglomerado de clones, copias de
seguridad y sistemas redundantes que se han convertido en virtualmente
inmortales, capaces de volcarse de nuevo en cuerpos jóvenes tan pronto alguno
se les echa a perder. Esto provoca que a partir del tercer siglo de vida, la
perspectiva del tiempo se pierda de tal manera que han perdido gran parte de su
humanidad, convirtiéndose principalmente en bastardos arrogantes que consideran
el mundo como su patio de juegos con el que entretenerse para toda la
eternidad. Cuando el magnate Laurens
Barcroft es asesinado, automáticamente “resucita” utilizando la copia de
seguridad del día anterior, con lo que recibir un disparo entre los ojos no
sería un gran inconveniente, pero a nadie la gusta que le disparen, y menos a
alguien con el orgullo tan subido como el suyo. Este ricachón vive para sus
negocios, que maneja con la perspectiva del que sabe que le quedan siglos por
delante, implacable ante sus enemigos y siempre buscando aumentar su parcela de
poder.
Su
acompañante en este viaje eterno es Miriam
Bancroft, una mujer cuya única tarea en la vida es “estar
buena”, que palia su aburrimiento con perversiones cada vez más y más
retorcidas. Esta niña caprichosa es consciente de todo lo que puede comprar el
dinero y sabe que dispone de un chorro casi infinito del mismo, por lo que se
permite hacer todo lo que le viene en gana. Pero nadie vive cerca de ocho
siglos siendo una pavitonta inocente, por lo que ha tenido tiempo de sobrar
para guardar una buena cantidad de secretos dentro del armario. Bajo una
apariencia de indolencia, esconde un alma manipuladora que urde conspiraciones
por el mero placer de urdirlas y entretenerse viendo como los “inferiores”
luchan y caen a su alrededor.
En su inhumanidad, ninguno de los dos tiene un especial ánimo cruel ni malvado, lo cuál sí ocurre con la verdadera antagonista Reileen Kawahara. Antigua mercenaria que ha progresado hasta convertirse en matu, es la dominadora de los bajos fondos de la Tierra (y medio sistema). Con una guarida bien característica que no se olvida, no se despista ni un segundo para aplastar a todos los incautos que puede bajo su bota, inventando nuevas torturas y nuevos negocios de los que sacar tajada. Toneladas de mala idea, crueldad y ambición se esconden en una apariencia aparentemente amable, encarnando a una de las malvadas que más se clavan en el inconsciente del lector.
El
estilo de Morgan es muy directo, pero plenamente efectivo, haciendo avanzar la
acción a toda velocidad, como si estuviera en una olla a presión presta a
detonar en estallidos de violencia en cualquier momento. Se nos cuenta siempre
a partir del punto de vista de Kovacs que, a pesar de sus obvios defectos como
persona, se hace fácil de querer. Tiene su arte al explicar las cosas y sus
cínicos comentarios que denotan su peculiar ética dan lugar a un puñado de
momentos jocosos.
La
historia funciona espléndidamente como thriller, pero tiene su enjundia cuando
se nos muestran diversos aspectos de la sociedad. Si bien Morgan no se
entretiene mucho en un tema en concreto, sí toca un puñado de conceptos que se
nos hacen ahora más relevantes que cuando se escribió. El abuso de poder de los
estratos superiores, los problemas que genera la falta de acceso a una sanidad
decente, las limitaciones de una policía a la hora de hacer justicia y,
sobretodo, las consecuencias del re-enfundado en la sociedad… Es sorprendente
como se nos muestra la profundidad del universo sin por ello detener el avance
de la trama para dar explicaciones, planteando además un buen puñado de dilemas
interesantes a debatir posteriormente.
Respecto al desenlace SPOILER me ha volado la cabeza reconocer al Valle de los Caídos como la guarida de Kawahara. No te lo dice explícitamente, pero queda muy claro de qué se está hablando. Toda una sorpresa. No deja de ser curioso que un británico se acuerde de estas cosas a la hora de ubicar una historia de ciencia ficción. FIN DEL SPOILER.
En
fin, Carbono alterado es un libro que
provee de buena ciencia-ficción, con un punto provocador, que al mismo tiempo
contiene un estupendo thriller y una serie de personajes que saben dejar
huella. Su estilo directo y su mezcla de géneros lo convierten en indispensable
para cualquier fan del género negro, la ciencia-ficción y la ambientación
grimdark. Eso, que lo léais. Son 700 páginas que pasan como nada.
Nota: 9
Nota goodreads: 4.05/5
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