Puesto
en perspectiva, las películas de Thor previas al Ragnarok me habían hecho muy poca gracia. Debería estar de buenas
para tratar tan bien a la de Kenneth Brannagh y la segunda ni siquiera me
molesté en reseñarla. No es que me ilusionara especialmente cuando se anunció Thor: Ragnarok, aunque estuviera bajo la
batuta del director de Lo que hacemos enlas sombras. Sin embargo, como ya ha pasado otras veces, la cachondidad del
tráiler me vendió la moto para estar atento a echarle un ojo. ¡Si hasta salía
Hulk haciendo de gladiador! Pues bueno, acabó cayendo.
El
cambio de tono con sus dos predecesoras es brutal. Se abandona por completo la
trascendencia shakespeareana que se había venido usando y nos traen una
película llena de LSD, que recuerda a los cómics creados por Walter Simonson,
en una época muy loca del Dios del Trueno (de la humanidad), mezclado de una
manera muy… ejem… con una versión muy libre del muy serio cómic Planeta Hulk.
Thor: Ragnarok
es una película muy zumbada, casi podríamos considerarla una spoof movie de súpers, pues tanta
chorrada y tanta memez arrejuntada no se puede tomar de otra manera. Lo más
curioso es que además se las arreglan para tener un argumento coherente entre
tanto engendro estrambótico y tanta fantasía colorista. EL humor campa a sus
anchas con un bombardeo continuo de gags bien capaces de dejarte boquiabierto,
alucinando como todos los momentazos épicos se cortan tras una gilipollez de
uno u otro personaje. Yo he tenido muchos problemas para aguantar en la butaca
de la risa, que conste. Por otro lado, hay que puntualizar que no se trata de
una comedia de acción en estilo de Guardianes de la Galaxia (que podríamos
considerar como una peli de Jackie Chan supervitaminada), Thor es una soberana
tontería, muy deudora de las míticas Agárralocomo puedas o similar.
Lo
más importante es que proporciona diversión por un tubo sin asomo de
grandilocuencia. Es un film desinhibido y fresco, con muchas ganas de reírse de
sí misma. Se cambia el paradigma de los personajes y la interacción entre los
hermanos Thor y Loki, aportando más variedad y carisma. Además, los secundarios
están bien aprovechados para aportar ritmo y un buen par de gags, especialmente
a costa de Hulk, que probablemente se guarda los mejores chistes de la cinta.
Nos los creemos y nos mola, estoy seguro de que el grupete se lo ha pasado en
grande rodando la película.
Chris
Hemsworth fue, inicialmente, al actor que tenía más miedo para dar vida a los
súpers de Marvel, pero a medida que pasan los años ha sabido hacer suyo al Dios
Asgardiano, creciendo a lo largo de las películas y explotando una vena cómica
que ya venía tiempo anunciando. Hemsworth no sólo moja las bragas de medio
mundo sino que sostiene a Thor como nunca esperé que pudiera hacer: es un héroe
con alma, torpón pero valeroso y capaz de hacer saltar cualquier tipo de lógica
cuando la situación lo requiere.
Además,
las nuevas incorporaciones funcionan como un tiro. Desde el carismático cameo
del Dr. Strange (je, je) como el pasadísimo de vueltas personaje de Jeff Goldblum,
que debe llevar años buscando el tío más raro posible para llevar a la gran
pantalla. ¡Vaya bicho! Por su parte, Cate Blanchett interpreta a Hela, la
“nueva” hermana de Thor y Loki, componiendo la mejor villana en solitario de
una peli de Marvel. ¡Qué estilo a la hora de pegar palizas a todo Dios que pasa
por ahí, po’ favó’! Sabe ser épica (y arreglarse el pelo cuando va a matar) en
medio de tanta gansada. No hay nada como tener a un buen actor que se toma en
serio su trabajo…
Se
abandona también el ambiente tenebroso y oscuro que habían tenido sus
predecesoras, mucho más seriotas. Aquí los colorines campan por doquier en una
película que es pura festividad visual (para muestra, la persecución de las
naves recreativas en el planeta de Goldblum), complementando unos efectos
visuales puestos, aunque parezca extraño, al servicio de la película y no al
revés. Tanta brillantina le aporta un toque cartoon que permite aceptar
cualquier burrada comiquera con mucha más facilidad. Después de todo, ¿quién no
va a adorar un Coliseo galáctico en que Thor y Hulk se atizan como gladiadores
de la Antigua Roma? Una fiesta.
Evidentemente
que se trata de una película que no gustará a los que disfrutaron de las
anteriores entregas (¿los hubo?), ni a aquellos que tengan a Thor en un
pedestal de los héroes honorables y épicos. Ésta no es su película. Todo es
cuestión de poner el chip del humor, entonces Thor: Ragnarok funciona como un tiro. De las mejores de la
franquicia.
Nota:
8
Nota
filmaffinity: 6.5
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