Después de repasar los libros más impactantes que he
leído este 2016 que ya se ha ido, le llega el turno a las películas. Setenta
títulos han pasado por las pantallas (más algunas repeticiones), para jolgorio
y aburrimiento general. Hay películas que me han encantado, películas que me
han gustado, otras me han aburrido y, quizás, las que peor sabor de boca me
dejan son aquellas que podrían haber sido mucho más, pero no lo son. La batalla
por coronarse en mi ránking ha sido feroz y he tenido que sudar sangre para
acabar escogiendo a las ganadoras, todas llamadas a ser referencias de su
género.
Las mejores
Que Kubrick es uno de mis directores favoritos no va a
coger por sorpresa a nadie. Así pues, cuando reseño una de sus películas en el
blog, ya podemos estar (casi) seguros de que se colará en las Recomendaciones
del Año. Senderos de gloria es una de las cumbres del género bélico, una
película que sabe no dejar a nadie indiferente, aunque salgas de ella con un
cabreo de tres pares de narices. No es un trago de buen vino, sino un vinagre
magistral que te indigna y te da ganas de patear al mundo que nos rodea. Ahí
está la grandeza de la película. No sólo tiene un guión impecable ni apenas se
le notan los 50 años que tiene (la construcción de escenas es impresionante,
con travellings a lo largo de las trincheras o el campo de batalla que siguen
cortando el aliento), no. Es una ficción tan trasladable a nuestra vida laboral
que nos remueve por dentro de la peor manera. Justo lo que Kubrick quiere con
el film. ¡Qué pocos son capaces de construir una base sólida a partir de
sentimientos, realizando además una propuesta artística de este calibre! Da
igual los años que pasen, Senderos de gloria es una maldita pasada atemporal.
Kubrick coge a la realidad y te golpea con ella. Tienes que tener latón dentro
del cuerpo para no quedar impactado por su dureza y honestidad. Simplemente, es
una maldita pasada.
Si Senderos de
gloria es el epítome de las historias de soldados y abogados, Spotlight es mejor película de
periodistas de los últimos veinte años. Nos enseña cómo deberían ser (y como
cada vez menos son) los centinelas de la democracia. Un grupo de periodistas
investiga los abusos sexuales por parte de sacerdotes de la diocésis de Boston,
soportando mil presiones hasta dar lugar con una verdad con la que ocnstruir un
lugar mejor en que vivir. Quizás sea una propuesta para disfrutar más a nivel
mental que con las tripas (pues no hay rastro de morbo o carnaza en el film),
pero se trata de la mejor película estrenada en 2016 (para mí). Un prodigio de
guión que equilibra mil aspectos inmiscibles, unas actuaciones brillantes y una
puesta en escena milimétrica que permite tratar temas llenos de polémica sin
rastro de carnaza o efectismos gratuitos. Un film apasionante, sin duda.
La última película de estas recomendaciones es una de las
cumbres del cine de terror. Alien, el Octavo pasajero. El monstruo fálico que habita
nuestras pesadillas, el ser más terrorífico que nuestra imaginación puede
generar, la criatura más mortífera que ha creado la evolución es el responsable
de llenar de miedos las pantallas de medio mundo desde su aparición a finales
de los setenta. Simplemente con recordar su nombre, nuestro subconsciente nos
recuerda lo pequeños que somos en la inmensidad cósmica, evocando miedos
insondables y seres más allá del espacio conocido. Ridley Scott consigue lo más
difícil en el cine: juntar imágenes impactantes, personajes míticos y toneladas
de tensión con las que mantenerte a tope durante dos horas sin apenas recursos.
La acción es constante pero sus estallidos se encuentran perfectamente medidos
y cronometrados. La película no tiene ningún punto muerto y su entorno
biotecnológico retro-futurista (toma ya) te atrapa y te lanza hacia un horror
del que es difícil salir sin haber sufrido…. aunque en el espacio nadie pueda
oir tus gritos.
La peor (más o menos)
Para la peor película voy a nombrar dos propuestas que en
realidad son la misma (casi) aunque estén rodadas con treinta años de
diferencias. Un bonito exaequo entre Los Locos del Cannonball y Need for Speed.
Ambas películas comparten argumento (una carrera clandestina de bólidos),
puntos fuertes (coches bonitos… y ya) y puntos flacos (Nulidad de trama,
actores pésimos, acción más que mejorable, humor chabacano…). Siendo una casi
el remake de la anterior adaptado a los gustos actuales, constituyen ambas
ejemplos lamentables de productos de usar y tirar, tan repletos de horterismo
como faltos de ganas y talento.
En fin, gente, eso ha sido todo por hoy. Pero esto todavía no ha acabado. El próximo día habrá otra entrega de estas recomendaciones del año con una categoría que nunca había hecho antes. No sé como me saldrá, pero bien vale un pequeño experimentillo ^^.
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