Las películas de bajo (o mínimo)
presupuesto tienden a partir de buenas ideas que aprovechan las espartanas
condiciones de rodaje para hacer gala de la calidad de sus creadores. No
obstante, suele ocurrir que acertadas premisas caen presa de un flojo
desarrollo o una incapacidad para ser plasmadas acertadamente. Otras veces, en
cambio, lo que se echa en falta para convertir una película de bolsillo en una
buena película es justamente su presupuesto. Notar que el resultado se empobrezca
por no disponer de más recursos es a veces un fastidio, y es justo lo que acaba
ocurriendo en esta propuesta.
En Secuestrados, la rutinaria vida de una familia se ve quebrada
cuando su chalet es asaltado por una banda de albaneses para realizar un “secuestro-express”.
Los criminales confían en que el terror que somete a la familia sea suficiente
para hacer un trabajo fácil y rápido. Aunque claro, las cosas no siempre salen
como uno desea…
El incómodo inicio no hace
esperar nada bueno. La presentación de la “familia feliz” se realiza
torpemente, con diálogos forzados y una sensación de incomodidad general por
parte de los actores. Es cutrillo con ganas. Una vez empieza el secuestro, la
película sigue siendo cutre, pero consigue ponerte mucho más a tono. Evidente
deudora de Funny Games, con
influencias quizás excesivas, se recrea en cómo un día tranquilo se transforma
en una pesadilla.
El director te arroja con energía
la sangre, el sudor y las lágrimas de los protagonistas. Primeros planos
combinados con larguísimos planos secuencias y pantallas partidas al estilo 24 son las principales novedades que aporta el
director para provocar tu incomodidad y pegarte al asiento. Porque lo hace,
aunque el guión abuse de todos los tópicos posibles (desde el secuestrado que
se hace el chulito, apariciones inesperadas, incompetencia de los
secuestradores, un par de incoherencias extrañas...) y los actores no estén muy
por otra labor que gritar y llorar, se empatiza rápido con la pobre familia y
el ritmo no te deja descansar una vez empieza la fiesta.
El otro problema al que se
enfrenta la película es el dinero, que brilla por su ausencia. Tanto la
ambientación como los efectos especiales son modestos (siendo amables), y estoy
seguro de que la película se ha rodado directamente en la casa del director,
que seguro que ha acabado poniendo el coche y todo. Se nota que no se pueden
hacer buenos exteriores, ni hay capacidad para trabajar bien la fotografía ni
tener un sonido aprovechable. ¡Ay si hubiera tenido un presupuesto decente!
Teniendo en cuenta los recursos
disponibles, la película obtiene un resultado digno (e impactante), la
imitación de Funny Games patria tiene
su gracia, pero claro los fallos que hay se notan taaanto.
Nota: 4
Nota filmaffinity: 5.1
PD: El final es una pasada, de los
que te dejan el culo torcido.
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