Algunos me habéis recordado repetidamente que, de la misma manera que dedico post a una saga una vez la tengo completada, debería hacer lo mismo con su equivalente de la pequeña pantalla. Es decir, reseñar también las series que vaya viendo. Así que, haciendo un poco de caso a esos “pesados” que insisten :p, he decidido empezar a hacerlos.
Aunque tengo bastantes series en danza, no me
gusta la idea de hacer un post a mitad de serie, ni siquiera al final de cada
temporada. La opinión general sobre la misma puede cambiar mucho con desenlaces
horribles (Dexter) o certeros (Trigun), así que, por ahora, sólo me
ocupare de aquellas que hayan acabado y yo haya visto entera. Esto obligará a
que no haya series de actualidad (entre que no las llevo al día y esperaré a
que acaben totalmente para reseñarlas…), pero seguro que servirá para que
alguno coja ideas sobre qué serie atacar a continuación o para recordar los
buenos (o malos) momentos que pasó con ella.
Para empezar con el lío, he escogido la serie
que, probablemente, es la primera que vi de inicio a fin de manera consciente.
Es decir, cogiendo todos los capítulos y tachándolos de la lista una vez
vistos. :) Se trata de una serie británica del 2006 que, mediante una pequeña
vuelta de tuerca, sabe ser diferente de las series policíacas normales y,
sobretodo, tiene una espectacular banda sonora. Se trata de Life on mars.
La serie nos sitúa al inspector Sam Tyler
persiguiendo a un peligroso psicópata que lleva treinta años matando. Sam sufre
un accidente de tráfico cuando ya lo tiene acorralado, siendo enviado a 1973.
De alguna manera extraña, se ha despertado en el pasado y le esperan en su
misma comisaría, pero en una época que no es la suya. Sam está totalmente fuera
de juego, pero debe empezar una “vida en Marte”, adaptándose a los extraños
“cambios” mientras descubre si ha viajado en el tiempo, si está loco o si en
realidad está en coma en un hospital en 2006.
¿Qué nos ofrece esta serie? Un protagonista
en un perpetuo choque cultural, la ambientación marca de la casa de la BBC, un
par de personajes impagables y un buen guión repleto de referencias culturales
que te da una serie de capítulos sólidos y entretenidos.
La serie se sostiene por la extraña química
que desprenden los dos personajes principales. El bienintencionado y
desorientado Sam Tyler y el Inspector jefe Hunt, alcohólico, violento y
corrupto, pero sincero y honorable, a su manera.
Sam Tyler está como un pez fuera del agua. De
alguna manera ha ido a parar a 1973 y no sabe cómo o porqué. Mientras investiga
cómo puede haber llegado a esta época (con algunos delirios bastante
inquietantes en algunos momentos), intenta hacer una vida “normal” como
inspector, resolviendo los casos que se van presentando capítulo a capítulo.
Tiene la ventaja de que sabe el futuro, por lo que puede adivinar/prever muchas
cosas, pero su educación como policía moderno le hace confiar en cosas tan
típicas como la presunción de inocencia, tratar bien a los sospechosos o tener
en cuenta a la policía científica… lo que le ocasionará un montón de problemas
con el resto de la comisaria…
… y principalmente con el Inspector jefe
Hunt. Es un policía que destila mala leche y que confía en su instinto para
resolver los casos. Brutal, corrupto y burro como él solo, pero carismático con
ganas. No entiende los miramientos que
tiene Sam a la hora de resolver los casos, optando siempre por la aproximación
directa, la que le dictan sus tripas. Philip Glenister le da mucha clase al
personaje y, se hace querer, el jodío (nominación a los BAFTA incluida).

Los entrañables Carling y Skelton son los
atolondrados sub-inspectores. Obvios productos de su época, son machistas,
groseros, racistas pero entrañables en el fondo. Consideran a Tyler un atontado
rarito, pero como es un superior, le obedecen ciegamente, aunque no entiendan
mucho por qué hacen lo que hacen…
Toda la serie se ordena a lo largo de
capítulos autoconclusivos en los que se van resolviendo casos. Son todos muy
diferentes entre sí, aportando variedad y tocando muchas teclas. El guión está
bien trabajado y aprovecha las posibilidades de la historia, relacionando los
casos con los problemas sociales de la época en la sociedad británica (racismo,
las disputas con Irlanda, luchas sindicales, aparición de nuevas drogas como la
heroína...), aderezados con escenas que llegan al terror psicológico en las que
el pobre Sam trata de averiguar cómo volver a su época.
Mientras resuelve los casos que se le
presentan en la primera temporada, Sam intentará atrapar al asesino que
perseguía cuando se trasladó en el tiempo. Durante su búsqueda, descubrirá
muchas cosas sobre su pasado y tendrá la oportunidad de conocer a su padre, que
desapareció cuando él era un niño. Posteriormente, en la segunda temporada,
buscará la manera de volver a su realidad, sumergiéndose poco a poco en un
mundo de pesadilla que le ocasionará problemas con sus compañeros de trabajo.
Además de la cuidada ambientación, hay que
destacar (y mucho) la espectacular banda sonora, con todos los hits y clásicos
del rock inglés del momento, entre los que destacan temas de los Stones, David
Bowie…
Es una serie de policías, simple pero con
unos toques de ciencia-ficción y de terror que la hacen diferente del resto. No
la estiran artificialmente para destrozarla por ganar audiencia. Dura lo que
tiene que durar. Eso es lo mejor, sin duda. Los personajes se hacen entrañables
y junto con la música de los 70 se apoderan de nuestro salón. Su ajustada
duración de solo dos temporadas es ideal para convertirla en un grato recuerdo.
Nota: 7
Duración 2x12 capítulos de 60 minutos (1día)
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