domingo, 29 de septiembre de 2024

Detective Conan - La novia de Halloween

Detective Conan es una saga que cumple con su cita anual en los cines. Después de La Bala Escarlata, que nos había hecho gracia dentro de sus limitaciones, decidimos cumplir con nuestra parte y acudir a La Novia de Halloween que se estrenó al año siguiente. Es la película 25º de la saga, ríete tú de James Bond.

Aparentemente, no hay nada extraño en la boda de un par de inspectores de policía amigos de Conan Edogawa. Nadie podía esperar que durante los ensayos se produjera un altercado en el que el novio quedara malherido. Como nuestro detective infantil favorito no puede quedarse quieto, empieza a meter las narices donde no le llaman, implicándose en un asunto de liberación de rehenes, terroristas muy malotes y una conspiración para provocar un incidente muy gordo en Shibuya durante la celebración de Halloween.

Quizás el planteamiento es tan peregrino como siempre, pero esta película está BIEN. No esperaba yo salir tan contento de la película. No se trata de un producto alimenticio, sino que, por una vez, tiene algo que contar, componiendo un producto la mar de entretenido. Lo que, en un principio es una historia infantil de detectives (quién ha saboteado la boda) se transforma de pronto en una trama de terroristas y contraespionaje en que los protas se ven implicados de una manera “lógica”. La novia de Halloween se mueve bien dentro del género de espías sin venirse tan arriba como es típico en la serie. Se mantiene con los pies en el suelo, maneja bien la tensión y es capaz de intrigarte (¡SI!) sobre cómo se las arreglará Conan para salir del desaguisado en el que se ha tirado de cabeza.

En todo momento mantiene un buen sentido a la hora de desarrollar la trama, con sus giritos más o menos funcionales en el momento adecuado, casi pudiéndose verse sin problemas por un profano de la saga sin enarcar mucho las cejas. Aquí tenemos detectives que hacen cosas de detectives (nada de francotiradores que aciertan a monedas a kilómetros de distancia de un tren en movimiento y atravesando tres paredes). Además, por una vez no se olvida que los protagonistas son niños que se encuentran con algo que, efectivamente, les viene grande y no les queda otra que hacer lo que pueden. Que si te vienen con ametralladoras, ¡no queda otra que salir por patas y llamar a la policía! Se agradece que hayan buscado hacer una película diferente (adentrándose en las historias de espías) y que les salga bien la cosa.

Otra cosa a destacar es que en la película el presupuesto es más holgado que el de la serie, así que siempre se aprovecha para tener una animación más cuidada y unos diseños más complejos. Se nota que los movimientos fluyen mejor, con unos fondos localizados en un barrio concreto de Tokyo plasmado con mimo. No estamos en un lugar anónimo de una ciudad cualquiera, pues en muchos casos, es posible saber en qué calle de Shibuya están en cada momento, siguiendo incluso sus movimientos en un mapa. Son detalles que se agradecen y contribuyen a redondear el conjunto.

A pesar de que la trama de espías tiene algo de mala leche, no dejamos de estar ante una película infantil, por lo que el final peca de suavecito y falto de mordiente. Es el apartado más flojo del proyecto, pues se nota que el argumento se fuerza para que todo acabe bien. Estos arreglos contrastan con todo el mimo que se ha puesto en el guión durante los anteriores noventa minutos, pero bueno, si lo comparamos con los engendros lisérgicos que hemos visto en casi cualquiera de las veinte películas anteriores de Detective Conan, ni tan mal.

Se me hace raro hablar de una película de Detective Conan que no es un producto para fans, sino que está BIEN. Sus antagonistas tienen motivaciones y sentidos. El argumento tiene cierto sentido, sabe crecerse con la tensión, provee de buenas escenas de acción y mantiene la intriga con acierto. No va a cambiarte la vida, pero sabe dar dos horas de buena mandanga. Toda una sorpresa.

 

Nota: 7

Nota filmaffinity: 6.7 

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