Cada año me pego mi correspondiente maratón de cine de zombies. Un gustazo culpable que gusto de darme de vez en cuando (y que creo que este 2020 será imposible de tomar).
La primera película
de esta ronda es la canadiense Blood Quantum. El film plantea, como no puede
ser de otra manera, un apocalipsis zombie en el que la sociedad se ha ido a
tomar viento. Sin embargo, hay una excepción. Por alguna razón desconocida, los
indígenas de la zona son inmunes a la zombificación, por lo que han conseguido
establecer unas reservas libres de zombies donde los blancos (y otras razas)
pueden refugiarse mientras ellos se hacen los amos del cotarro.
Ahí está la vuelta de tuerca inusual, los indígenas son inmunes, mientras que los zombies son todos blancos. Así pues, el peligro para los protagonistas no es el de convertirse en zombie sino el de ser sobrepasados/comidos por ellos. Esta obvia relación con el racismo no es casual. No en vano el equipo que hay detrás de la película es indígena y la película aprovecha para criticar cierta política del gobierno canadiense establecida en los años 80 sobre cómo se les debía tratar (demasiado recientemente corregida). El giro se plantea con acierto y un pelín de mala leche bien buscada, aunque se olvida completamente cuando empieza la lucha por la supervivencia, me hubiera gustado que se pusiera algo más de énfasis en ello.
El principal
problema del argumento de la película es que parece haberse llegado a un status
quo más o menos satisfactorio en que los indígenas son los privilegiados por el
sistema y al resto no le queda otra que tragar. Todos son más o menos felices
(ejem ejem) y no parece haber una ruta obvia que el argumento deba tomar ¿Cómo
desatas entonces algún tipo de trama? Pues poniendo a personajes
(supuestamente) inteligentes a hacer estupideces sin motivo hasta que todo
salta por los aires. Entonces, lo que quedaba de sociedad se va al garete y
empieza una nueva lucha por la supervivencia, con todos los tiros y todas las
tortas convencionales que estamos acostumbrados a ver en las mil propuestas que
trae el género.
Se olvida pues
cualquier crítica racial o desarrollo de los personajes (que tampoco es que
fuera muy allá, inicialmente), repitiendo todos los tropos habituales,
repasando los trillados caminos de las pelis de zombies, con la única salvedad
de que algunos personajes son inmunes y tienen poderes extras. A pesar de
ciertos altibajos, funciona aceptablemente, llegando al final con cierta
dignidad, consiguiendo incluso alguna que otra escena destacable, como la redención
del samurái indio.
En resumen, Blood Quantum tiene un buen planteamiento, un desarrollo algo cuestionable y un final apañaete. A pesar del girito argumental, se queda como una de zombies mas que seguro hubiera ganado si se hubiera incidido más en el tema racial/social que se deja de fondo tan pronto empiezan los tiros.
Nota: 4
Nota filmaffinity: 4.0
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