Recordaba haber visto esta película hace mucho y, con
ganas de poner una cosilla absurdilla y diferente a mi pareja, nos pusimos con
este clasquillo. De vez en cuando me gustan las cosas extrañitas
José Luis Cuerda firmó un puñado de películas muy idas de
olla en los ochenta, siendo ésta la que recuerdo con más cariño. Así en el cielo como en la Tierra es una
paja mental en la que no se deja títere con cabeza. En la película, el cielo se
trasfigura en una suerte extraña de típiquísimo pueblo español de la Castilla
profunda. El alcalde del “pueblo” es Dios, que no ha quedado muy contento con
los últimos tres mil años de humanidad. Jesús es un amargado resentido por el
trato que se le dio cuando bajó a la Tierra… Y así podemos seguir con toda la
plétora de personajes que conforman las fuerzas vivas del pueblo y de la
Historia Sagrada, en una irreverente metáfora en la que los santos se hayan tan
perdidos y desanimados como la descreída humanidad que habita abajo.
A primera vista puede parecer que se está realizando una
parodia de la Iglesia (bueno, sí, un poco), lo cual se refuerza al comprobar
que no falta NADA de la Historia Sagrada. Sin embargo, a la que analizamos un
poco, podríamos ver que se está usando a la mitología católica más pura para
hacer una parodia de la sociedad española, de sus vicios, virtudes y defectos
más característicos. Este delirio no tiene especiales ganas de ofender al
respetable, centrándose más en provocar un poquito y, sobretodo, hacer
reflexionar a propios y extraños, religiosos y agnósticos, pasando por ateísmos
varios.
Lo que más se puede destacar es que cuenta con un puñado
de actores en estado de gracia, ganándose cada uno de ellos un hueco en nuestro
corazoncito, interpretando a la perfección a los duales personajes. El mejor de
todos es el genial Luis Ciges, un borrachín recién acogido en el cielo que
sirve de cicerone para que conozcamos lo que ocurre en el cielo. Dios es el
alcalde, puro carisma arrollador a cargo de Fernando Fernán Gómez, Jesús es un
amargado Jesús Bonilla que vive acomplejado por ver robado su momento de
gloria. San Pedro es, obviamente, el capitán de la Guardia Civil, interpretado
por el inefable Francisco Rabal. El Arcángel Gabriel es el sereno del pueblo,
un Enrique San Francisco que está bien harto de anunciaciones y estas cosas y
así podríamos seguir con Manuel Aleixandre, Gabino Diego y un elenco de lo más
granadito.
Además, el guión es un puro delirio en el que tu
capacidad de asombro se lleva hasta el límite. Plantea un Cielo lleno de
descreídos en el que Dios decide desatar el Apocalipsis, para hacer una buena
escabechina abajo, levantar el humor patriótico arriba y, de paso, recordar a
la humanidad quién manda. Sin embargo, This
is Spain y las cosas salen como salen. Desde todo el mundo pasando de San
Juan Evangelista y su poesía, los muertos que salen del purgatorio hasta la
retranca que se trae el Ciges ante cada evento, hay espacio para la mejor
crítica y el descacharre padre. Quizás el mejor gag es el de Dios leyendo a
Nietszche y disfrutando con sus ideas, comentando que parece que escriba a
gritos y que si no fuera un poco extraño el concepto, se haría ateo.
El remate final se produce en el desarrollo de las
consecuencias del Apocalipsis. Simplemente desternillante. Puede que luego el
desenlace se pase de delirante para algún que otro paladar, pero a mí me
costaba no caerme de la silla a causa de las risas.
Si acaso uno de los peros que se le puede poner al film
es que para apreciar bien todos los chistes se hace necesario CONOCER bien el
catolicismo. Si no sabes las relaciones entre personajes, la imaginería
asociada en la mitología… te vas a perder gags y los diálogos empiezan a no tener sentido. Recuerda, “No hay que
tomarlo al pie de la letra, es poesía”.
Por otro lado, cuando la veo me sale una sonrisita
entrañable cuando el casticismo rural se mezcla con los vívidos recuerdos del
pueblecito al que he ido cada verano. No falta nada y las relaciones entre las
gentes del pueblo están clavaditas ¡Si es que en el fondo, la película es puro
costumbrismo mágico!
Así en el
cielo como en la tierra es una
película tremendamente original, muy diferente. Se guarda un puñado de puntazos
increíbles y un gusto para sorprender muy grande. Tiene el toque justo de
irreverencia para provocar sin llegar a ofender, con una mezcla de
parodia/homenaje al catolicismo patrio que me resulta enternecedor. Muy castiza
y muy nuestra, puede que no todos casen con su humor, pero tiene gags TAN
buenos que las risas están aseguradas. Se le va la castaña demasiado en el
desenlace pero el aroma de sinfonía inconclusa de un planteamiento tan
brillante la convierte en un espectáculo todavía más especial. Más que
recomendable para echar unas risas divinas.
Nota: 8
Nota Filmaffinity: 6.8
Otra que me apunto para disfrutarla. Yo soy muy de este tipo de humor absurdo. He disfrutado mucho "Amanece que no es poco", otra película de este director que me parece sencillamente deliciosa y que veo cada vez que puedo.
ResponderEliminarAhora estos temas de ofensas religiosas están muy de moda... ves con cuidado de que no te acusen de vete tú a saber qué y te cierren el blog!!! jajajajaja!!!
Si te gustó "Amanece que no es poco" TIENES QUE VERLA :)
EliminarY si alguien se molesta, que vayan a por Cuerda, yo soy sólo un transmisor :p
Mt