Es el segundo libro de la trilogía de los Tribunos de
Suzanne Collins, ¡así que atentos todos los que no quieran saber cosas de
antemano!
Título: En llamas
Autora: Suzanne Collins
Título original: Catching fire (Enciendiéndose)
“Contra todo
prónostico, Katniss ha ganado Los Juegos del Hambre. Es un milagro que ella y
su compañero del Distrito 12, Peeta Mellark, sigan vivos. Katniss debería
sentirse aliviada, incluso contenta, ya que, al fin y al cabo, ha regresado con
su familia y su amigo de toda la vida, Gale.
Sin embargo, nada es
como a ella le gustaría. Gale guarda las distancias y Peeta le ha dado la
espalda por completo. Además se rumorea que existe una rebelión contra el
Capitolio...”
Tenía cierto miedo de que esta segunda parte se convirtiera
en más de lo mismo o, peor aún, que la historia se centrara en el triángulo
amoroso planteado y dejara de lado la aventura. Ni por asomo. ¿Ésta el libro a
la altura de su predecesor? A ver…su lectura sigue siendo muy fresca y las
páginas pasan como nada, además, la historia es más rica y compleja sin perder
por ello ritmo e intensidad en la aventura. Así que si os gustó la primera
parte, la segunda os gustará aún más.
En este libro, la historia comienza justo dónde acababa la
primera y se puede dividir en tres secciones bien diferenciadas.
En la primera vemos como Katniss ha regresado a casa
después de su victoria en los Juegos, pero ha pagado un alto precio moral por
ello. Regresa a casa torturada por las pesadillas y los recuerdos. Espiada por
el Capitolio se ve obligada a fingir su romance con Peeta mientras suspira por
Gale. La historia peca de previsible, pero la autora consigue que no se exceda
en azúcar y le añade detalles de thriller político muy bien entrelazado con los
traumas de Katniss.
Para callar las incipientes rebeliones, el Capitolio decide
hacer unos nuevos Juegos del Hambre. La particularidad estriba en que ésta vez
sólo participarán los ganadores de anteriores Juegos del Hambre. Casualmente
Katniss es la única ganadora viva de su Distrito, por lo que su participación
está ¡uy! asegurada. Así el Capitolio se asegura probablemente que Katniss
muera y de paso eliminar a unos cuantos héroes de los distritos. En la segunda
sección, veremos la preparación de unos Juegos del Hambre muy especiales, pues
hay en ellos mucho más en juego que otras veces. Esto provoca que todo el
proceso sea mucho más complejo, Katniss es más experta, se fija en más
cosas y hay más personajes a los que prestar atención, obligándote a centrarte
mucho más en los detalles.
Debo reconocer que cuando esta parte se planteaba estaba
pensando todo el rato que la autora se estaba metiendo gratuitamente en un
berenjenal al repetir una retransmisión de los Juegos. Había muchas
posibilidades de parir un truño enorme pero la autora se saca de la manga un
desarrollo argumental bien conseguido y una serie de escenas con una fuerza
inesperada que hacen de ésta parte lo mejor de lo que he leído en la saga. En
dos segundos consigue dar a estos Juegos una importancia épica espectacular sin
olvidar la trama política de fondo.
Finalmente, la tercera sección consiste en el descenso a la
Arena. Los Juegos del Hambre empiezan de nuevo y lo hacen con toda su crueldad.
La Arena ya no es un simple campo deshabitado dónde matarse unos a otros, ahora
está construida con unas dosis de letalidad y mala leche muy altas. Además, los
participantes ya no son chiquillos asustados. Son ganadores de otros concursos,
asesinos feroces, astutas estrellas que saben ganarse al público y, en modo
alguno dudarán de usar todas sus armas para ganar los Juegos. Si antes los
Juegos ya eran bestias, ahora alcanzan nuevas cotas de salvajismo
retransmitido. Tampoco diré qué pasa en la Arena, sólo que se les va mucho la
pinza.
El punto de vista sigue siendo el mismo. Nosotros sólo nos
enteramos de todas aquellas cosas que Katniss ve o piensa. Si ella no está o no
se le ocurre, no “nos enteramos”. Sigue siendo una chiquilla que no desea otra
cosa que tranquilidad, pero su acto de desobediencia al ganar los Juegos la ha
convertido -muy a su pesar- en un símbolo de la rebelión. Ni quiere, ni está
preparada para ello. A medida que avanza el libro, podemos ir intuyendo que
algo gordo se está preparando -ya se veía en el anterior libro, que había algo
más de lo que parecía-, pero la pobre Katniss ni se entera del percal, ocupada
como está en permanecer viva y decidir con cuál de los dos tortolitos quedarse.
Realmente, la manera que tiene la autora de dejarte caer los detalles
discordantes hace que a veces tengas ganas de dar unos buenos sopapos a Katniss
por su empanamiento. Esta incapacidad de Katniss de enterarse de lo que ocurre
alrededor me deja muchas veces con las ganas, ya que intentas leer más a ver si
te lo explican y lo que consigues es pasar más páginas sin que te den más
detalles (a veces).
No obstante, Katniss hace menos cosas y observa más, lo que
permite que haya más variedad en la acción y en el desarrollo de los personajes.
Además de Katniss, destacan:
Peeta: El yerno ideal de la historia se ha
convertido en la pareja oficial de Katniss a ojos del público. Perdidamente
enamorado de ella, empieza a sentir celos y a ser más manipulador y chantajista
para conseguir que Katniss no pueda escoger qué hacer con total libertad.
Haymitch: El antiguo mentor del Distrito 12 está dejando la
bebida y esto le convierte en alguien con mucho mas reflexivo y calculador. Si
en la primera parte era obvio que buscaba la supervivencia de Katniss, ahora
sus lealtades se vuelven algo más cuestionables y sus objetivos más difíciles
de desentrañar. Uno de los personajes que más cambia, pasa de ser un mero
borracho a tener un carácter y un mal humor muy bien conseguidos.
Finnick: Anterior ganador de los juegos. Un adonis ligón
del distrito 4 que con doce años no tuvo reparos en comportarse como un
gladiador y usar el método red+tridente para eliminar rápidamente al resto de
sus rivales. Físicamente poderosísimo e inteligente, su comportamiento resulta
sospechosamente agradable y amistoso.
Johanna: Ganadora de los juegos del distrito 6. Experta en
el uso de todo tipo de hachas, tanto para echar abajo a un árbol como para
hacer salir volando unas cuantas cabezas. Mayor que el resto de los Tribunos,
su actitud malhablada y pasadísima de vueltas la convierte en un rival
sanguinario, impío y peligroso.
Si en la anterior novela encontrábamos diversas pinceladas
de crítica social “desaprovechadas” para convertir el libro en pura diversión, ahora
la autora se acuerda mucho más de esos detalles. A partir del retorno a los
Juegos, podemos leer bastantes diálogos y reflexiones sobre la necesidad o la
ética que hay detrás de una rebelión armada -¿Cuándo es lícito rebelarse?
¿Acaso la sangre derramada es menos importante que la caída de un sistema de
gobierno?-que le añaden gracia a la historia. Como el libro se centra
únicamente en Katniss, no se ahonda en demasía en estos temas, pero están
continuamente pululando “de fondo” mientras ella se intenta quitar el pavo de
encima.
En resumen, la novela gana en espectacularidad y
profundidad, la trama está mejor desarrollada y tiene muchos más momentos
puñeteros que su primera parte. Pierde un poco la simpleza de su predecesora y
da aventuras y emoción pura, pero con más enjundia y (leve) complejidad. Se
trata de un libro en el que las páginas pasan como nada y asegura buenos ratos
de entretenimiento. Me sigue fastidiando la simpleza que le da el punto de
vista único, pero no se puede negar que la agilidad y la frescura con las que
pasan páginas es de felicitar.
Nota: 8
Nota anobii: 4.5/5
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