He tenido un viaje imprevisto y estaba leyendo un auténtico tocharro de
nosecuantas mil páginas que no tenía
nada de práctico ni portátil, así que ataqué un poco la Cesta’13 a ver que
encontraba y saqué el libro Nº6, que procedí a ventilarme con cero esfuerzo en
los tres días que duró la odisea. Lo cogí con ganas desde el primer momento, se
nota que me gustan las historias que profesan sincero amor por la literatura y
la exaltación de la imaginación…
Título: El Sr. Penumbra y su librería 24 horas abierta
Autor: Robert Sloan
Título original: Mr. Penumbra’s 24 hour Bookstore
“Dentro, imaginaos la forma y el volumen de
una librería normal vuelta sobre un costado. Era un lugar ridículamente
estrecho y vertiginosamente alto, cuyas estanterías llegaban hasta arriba: tres
pisos de libros, quizá más. Torcí el cuello (¿Por qué las librerías resultan
siempre tan incómodas para los cuellos?); los estantes se difuminaban
suavemente entre las sombras, de tal modo que parecía que no tuvieran fin.
Todos estaban atestados, y tuve la sensación de encontrarme en el lindero de un
bosque. Pero no de un amable bosque californiano, sino de uno viejo de
Transilvania, repleto de lobos y brujas y bandidos con puñales, agazapados
donde la luz de luna ya no alcanza. Colgadas de las estanterías, había unas
escaleras que se deslizaban hacia los lados.”
Este fragmento de la portada es un pequeño avance de lo que te espera en la
tercera página. Hay una descripción de una tienda de libros realmente
deliciosa, que se vuelve instantáneamente familiar para los amantes de los
libros. Es toda una invitación a la aventura épica que está por venir.
Cuando Clay, un informático en paro, empieza a trabajar en la librería del
Sr. Penumbra recibe dos instrucciones concretas: Atender a todos los libros con
la dedicación que se merecen y no curiosear ninguno de los libros de la sección
prohibida de la librería. Obviamente, esta última orden no se podrá cumplir,
lanzando a Clay a una aventura inesperada en busca de un enigma milenario cuya
resolución podría cambiar la sociedad como la conocemos. El secreto de la vida
eterna encontrado por Manatius Gerritszoon (el inventor de la fuente
Gerritszoon xD) está al alcance de las manos de aquellos dispuestos a traspasar
sus pruebas, adentrándose en pasadizos secretos y bibliotecas olvidadas,
descifrando códigos y haciendo “trampitas” a base de conseguir que los
ordenadores echen un cable cuando las personas llegan a sus límites.
El argumento puede recordar a estas novelas de enigmas que tan bien
conocemos, pero la verdad es que El Sr.
Penumbra no va por ahí. Si ha de parecerse a algún tipo de historia es a
estos libros de Caballeros errantes, bárbaros y dragones que han poblado la
fantasía épica desde tiempos inmemoriales. Está ocurriendo en la actualidad,
pero realmente evoca, con mucho cariño, a esos libros de la Dragonlance, donde
una persona “normal” se ve lanzada a la búsqueda de un objeto de magia
milenaria y deberá sortear mil peligros, descubriendo al héroe que desconocía
llevar dentro hasta vencer al mal. Lo más gracioso es que el propio Clay es
consciente de la existencia de esas novelas y realiza el mismo la analogía a lo
largo del libro, además de permitirse citar a obras muy reconocibles como El nombre de la Rosa, El señor de los Anillos o Dr.
Who, por poner algunos ejemplos. Estos guiños no son el motor de la
historia (como casi pasaba en Ready
Player One) sino un obvio y sentido homenaje a todos aquellos temas que
excitan la imaginación del autor, Robert Sloan.
El Sr. Penumbra es una suerte de twist de la
Fantasía Épica de toda la vida trasladando la acción a nuestro San Francisco en
la actualidad. Los protagonistas son hijos de su tiempo. Tienen su iPhone en el
bolsillo y su MacPro siempre a mano. No tenemos magos capaces de hacer milagros
imposibles, pero tenemos informáticos que trabajan en Google y obran en tiempo
récord tareas imposibles para un humano, como la excesivamente entusiasta Kat Potente, un cerebrito que siempre
tiene un ordenador cerca con el que saciar sus ansias de tecnología y vencer a
enemigos más allá de la realidad.
El protagonista, Clay Jannon, es
el pícaro del grupo. Aquel que siempre sabe dónde fisgar, en qué lugares
colarse y a qué puertas preguntar para realizar las tareas que se
necesitan. Aunque es informático de
profesión, hace –y él mismo lo reconce- las tareas de Project Manager, organizando esfuerzos, contratando expertos y
asignando la persona ideal para cada tarea. Es un personaje que se hace querer,
especialmente por su ingenuo optimismo y su energía para tirar hacia adelante
cuando parece que ya no hay por dónde seguir, siempre presto a sacarse un truco
de la manga para colarse dónde no se le esperaría estar.
En la actualidad no hay dragones ni orcos que eliminar, pero hay mil
peligros a los que enfrentarse y algún guerrero debe hacer su trabajo para
proteger al grupo. En este caso está sustituido por el emprendedor Neel, cuya fabulosa fortuna proveniente
de una start-up de Internet proporciona al grupo la protección
necesaria para llevar a cabo su tarea
sin peligro. Es un frikazo salidorro que ha tenido suerte en la vida, una
suerte de Wollowitz extremo de los que seguro conocemos unos cuantos a su
alrededor. Es producto de muchas risas, a pesar de que, realmente, no tiene
ningún peso en la historia.
Por su parte, el Sr. Penumbra,
dueño de la librería donde empieza todo el embrollo, hace las veces del Sacerdote del grupo,
el que les acoge en el cansancio, sana sus heridas y los conduce hacia el
siguiente paso de su búsqueda. Es un hombre mayor lleno de entusiasmo y
batallitas, con un pie queriendo seguir los pasos de sus cibernéticos
compañeros y con el otro lastrado en las tradiciones analógicas de lo que se
sabe que funciona. Su torpeza social y la incómoda devoción que profesa hacia
la palabra escrita lo convierten en personaje la mar de entrañable.
Debo felicitar a la imaginación del autor por la premisa inicial con la que
se mueve la novela, pues pergeñar un homenaje tan curioso a las aventuras de
D&D en sintonía con una conspiración mundial de libreros tiene su mérito.
Conjuga estupendamente el misterio Tolkeniano con las últimas tecnologías y
unos personajes extraídos de nuestra realidad.
El estilo que usa Sloan es muy llano y fácil de seguir, consiguiendo leer
páginas y páginas sin apenas esfuerzo, con unos hechos muy cercanos que sacan
punta a las nuevas tecnologías de maneras que no se nos podrían ocurrir. Un
poco como ocurre en los libros de Matilde Asensi o Carlos Ruiz Zafón, la
información que se nos aporta es interesante y permite sumergirte con ganas en
sus páginas. Lo dicho, que me lo ventilé en tres días sin enterarme.
Sin embargo, hay que reconocer que el homenaje se queda en eso, un
homenaje. Al progresar en el desarrollo del libro, éste echa de menos un
trabajo más cuidado en una trama que avanza a trompicones, con altibajos en el
ritmo y un desenlace que peca de simpleza ante la complejidad de la
conspiración planteada, como si no supiera qué hacer para concluir y prefiriera
ventilar la historia en un plis. Le faltan como 50-100 páginas que condujeran
del nudo al desenlace con un poco más de emoción o intriga, que apenas están
presentes en el libro. Después de todo, el malo, que lo hay, no da nunca la
sensación de poder triunfar o poner en peligro a unos personajes que, más allá
de lo que indica su ficha de personaje, no tienen tampoco ninguna profundidad
ni diferenciación (bueno, excepto Penumbra).
Sí que es, en cambio, un libro para todos aquellos nerds que mantengan amor
por los libros. Se nota que Sloan ha trabajado años y años dentro de la
industria informática (no en vano, es uno de los fundadores de Twitter), pues todos los personajes
están a la última en tecnología y la aprovechan para romper códigos, obtener
información y mil cosas más. Quizás aquellos no versados con amplitud en las
nuevas tecnologías puedan sentirse extraños ante este entretenimiento simple
pero agradable.
Me lo he pasado en grande con este homenaje y extraño lavado de cara al
género fantástico. Su planteamiento destila originalidad y buen rollito,
deslizándose con una facilidad inesperada. Me he divertido bastante con él,
pero lamentablemente le acaba faltando chicha en su desenlace ya que se hace
demasiado corto y hubiera agradecido un desarrollo más ordenado. Aun así, es la
mar de aprovechable para aquellos que gusten de un libro de fantasía épica repleto
de amor por los libros algo diferente.
Nota: 5
Nota goodreads: 3.76/5
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