martes, 5 de abril de 2016

El Sr. Penumbra y su librería 24h abierta (Robin Sloan)



He tenido un viaje imprevisto y estaba leyendo un auténtico tocharro de nosecuantas mil  páginas que no tenía nada de práctico ni portátil, así que ataqué un poco la Cesta’13 a ver que encontraba y saqué el libro Nº6, que procedí a ventilarme con cero esfuerzo en los tres días que duró la odisea. Lo cogí con ganas desde el primer momento, se nota que me gustan las historias que profesan sincero amor por la literatura y la exaltación de la imaginación…

Título: El Sr. Penumbra y su librería 24 horas abierta
Autor: Robert Sloan
Título original: Mr. Penumbra’s 24 hour Bookstore

“Dentro, imaginaos la forma y el volumen de una librería normal vuelta sobre un costado. Era un lugar ridículamente estrecho y vertiginosamente alto, cuyas estanterías llegaban hasta arriba: tres pisos de libros, quizá más. Torcí el cuello (¿Por qué las librerías resultan siempre tan incómodas para los cuellos?); los estantes se difuminaban suavemente entre las sombras, de tal modo que parecía que no tuvieran fin. Todos estaban atestados, y tuve la sensación de encontrarme en el lindero de un bosque. Pero no de un amable bosque californiano, sino de uno viejo de Transilvania, repleto de lobos y brujas y bandidos con puñales, agazapados donde la luz de luna ya no alcanza. Colgadas de las estanterías, había unas escaleras que se deslizaban hacia los lados.”

Este fragmento de la portada es un pequeño avance de lo que te espera en la tercera página. Hay una descripción de una tienda de libros realmente deliciosa, que se vuelve instantáneamente familiar para los amantes de los libros. Es toda una invitación a la aventura épica que está por venir. 

Cuando Clay, un informático en paro, empieza a trabajar en la librería del Sr. Penumbra recibe dos instrucciones concretas: Atender a todos los libros con la dedicación que se merecen y no curiosear ninguno de los libros de la sección prohibida de la librería. Obviamente, esta última orden no se podrá cumplir, lanzando a Clay a una aventura inesperada en busca de un enigma milenario cuya resolución podría cambiar la sociedad como la conocemos. El secreto de la vida eterna encontrado por Manatius Gerritszoon (el inventor de la fuente Gerritszoon xD) está al alcance de las manos de aquellos dispuestos a traspasar sus pruebas, adentrándose en pasadizos secretos y bibliotecas olvidadas, descifrando códigos y haciendo “trampitas” a base de conseguir que los ordenadores echen un cable cuando las personas llegan a sus límites. 


El argumento puede recordar a estas novelas de enigmas que tan bien conocemos, pero la verdad es que El Sr. Penumbra no va por ahí. Si ha de parecerse a algún tipo de historia es a estos libros de Caballeros errantes, bárbaros y dragones que han poblado la fantasía épica desde tiempos inmemoriales. Está ocurriendo en la actualidad, pero realmente evoca, con mucho cariño, a esos libros de la Dragonlance, donde una persona “normal” se ve lanzada a la búsqueda de un objeto de magia milenaria y deberá sortear mil peligros, descubriendo al héroe que desconocía llevar dentro hasta vencer al mal. Lo más gracioso es que el propio Clay es consciente de la existencia de esas novelas y realiza el mismo la analogía a lo largo del libro, además de permitirse citar a obras muy reconocibles como El nombre de la Rosa, El señor de los Anillos  o Dr. Who, por poner algunos ejemplos. Estos guiños no son el motor de la historia (como casi pasaba en Ready Player One) sino un obvio y sentido homenaje a todos aquellos temas que excitan la imaginación del autor, Robert Sloan.

El Sr. Penumbra  es una suerte de twist de la Fantasía Épica de toda la vida trasladando la acción a nuestro San Francisco en la actualidad. Los protagonistas son hijos de su tiempo. Tienen su iPhone en el bolsillo y su MacPro siempre a mano. No tenemos magos capaces de hacer milagros imposibles, pero tenemos informáticos que trabajan en Google y obran en tiempo récord tareas imposibles para un humano, como la excesivamente entusiasta Kat Potente, un cerebrito que siempre tiene un ordenador cerca con el que saciar sus ansias de tecnología y vencer a enemigos más allá de la realidad. 

El protagonista, Clay Jannon, es el pícaro del grupo. Aquel que siempre sabe dónde fisgar, en qué lugares colarse y a qué puertas preguntar para realizar las tareas que se necesitan.  Aunque es informático de profesión, hace –y él mismo lo reconce- las tareas de Project Manager, organizando esfuerzos, contratando expertos y asignando la persona ideal para cada tarea. Es un personaje que se hace querer, especialmente por su ingenuo optimismo y su energía para tirar hacia adelante cuando parece que ya no hay por dónde seguir, siempre presto a sacarse un truco de la manga para colarse dónde no se le esperaría estar. 

En la actualidad no hay dragones ni orcos que eliminar, pero hay mil peligros a los que enfrentarse y algún guerrero debe hacer su trabajo para proteger al grupo. En este caso está sustituido por el emprendedor Neel, cuya fabulosa fortuna proveniente de una start-up  de Internet proporciona al grupo la protección necesaria  para llevar a cabo su tarea sin peligro. Es un frikazo salidorro que ha tenido suerte en la vida, una suerte de Wollowitz extremo de los que seguro conocemos unos cuantos a su alrededor. Es producto de muchas risas, a pesar de que, realmente, no tiene ningún peso en la historia. 

Por su parte, el Sr. Penumbra, dueño de la librería donde empieza todo el embrollo, hace las veces del Sacerdote del grupo, el que les acoge en el cansancio, sana sus heridas y los conduce hacia el siguiente paso de su búsqueda. Es un hombre mayor lleno de entusiasmo y batallitas, con un pie queriendo seguir los pasos de sus cibernéticos compañeros y con el otro lastrado en las tradiciones analógicas de lo que se sabe que funciona. Su torpeza social y la incómoda devoción que profesa hacia la palabra escrita lo convierten en personaje la mar de entrañable.

Debo felicitar a la imaginación del autor por la premisa inicial con la que se mueve la novela, pues pergeñar un homenaje tan curioso a las aventuras de D&D en sintonía con una conspiración mundial de libreros tiene su mérito. Conjuga estupendamente el misterio Tolkeniano con las últimas tecnologías y unos personajes extraídos de nuestra realidad. 

El estilo que usa Sloan es muy llano y fácil de seguir, consiguiendo leer páginas y páginas sin apenas esfuerzo, con unos hechos muy cercanos que sacan punta a las nuevas tecnologías de maneras que no se nos podrían ocurrir. Un poco como ocurre en los libros de Matilde Asensi o Carlos Ruiz Zafón, la información que se nos aporta es interesante y permite sumergirte con ganas en sus páginas. Lo dicho, que me lo ventilé en tres días sin enterarme.

Sin embargo, hay que reconocer que el homenaje se queda en eso, un homenaje. Al progresar en el desarrollo del libro, éste echa de menos un trabajo más cuidado en una trama que avanza a trompicones, con altibajos en el ritmo y un desenlace que peca de simpleza ante la complejidad de la conspiración planteada, como si no supiera qué hacer para concluir y prefiriera ventilar la historia en un plis. Le faltan como 50-100 páginas que condujeran del nudo al desenlace con un poco más de emoción o intriga, que apenas están presentes en el libro. Después de todo, el malo, que lo hay, no da nunca la sensación de poder triunfar o poner en peligro a unos personajes que, más allá de lo que indica su ficha de personaje, no tienen tampoco ninguna profundidad ni diferenciación (bueno, excepto Penumbra).


Sí que es, en cambio, un libro para todos aquellos nerds que mantengan amor por los libros. Se nota que Sloan ha trabajado años y años dentro de la industria informática (no en vano, es uno de los fundadores de Twitter), pues todos los personajes están a la última en tecnología y la aprovechan para romper códigos, obtener información y mil cosas más. Quizás aquellos no versados con amplitud en las nuevas tecnologías puedan sentirse extraños ante este entretenimiento simple pero agradable.

Me lo he pasado en grande con este homenaje y extraño lavado de cara al género fantástico. Su planteamiento destila originalidad y buen rollito, deslizándose con una facilidad inesperada. Me he divertido bastante con él, pero lamentablemente le acaba faltando chicha en su desenlace ya que se hace demasiado corto y hubiera agradecido un desarrollo más ordenado. Aun así, es la mar de aprovechable para aquellos que gusten de un libro de fantasía épica repleto de amor por los libros algo diferente.

Nota: 5
Nota goodreads: 3.76/5

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