sábado, 10 de septiembre de 2016

La leona blanca (Henning Mankell)



Este bimestre la CLO me acerca de nuevo a uno de mis detectives más queridos, el inspector Wallander. Petitejolie me encarga atacar el 3º libro de sus aventuras. ¡Vaya tortura!

Título: La leona blanca
Autor: Henning Mankell
Título original: Den vita lejoninnan

“El hallazgo del cadáver de una joven agente inmobiliaria, asesinada brutalmente sin ningún motivo aparente, supone para Wallander un descenso a los infiernos mucho más largo y profundo de lo que nunca hubiera imaginado al iniciarse un caso. Y esta vez, ademas, se trata de una conspiración internacional detrás de la cual se encuentra una organización de extrema derecha. Esta, decidida a dinamitar el proceso antiapartheid en la lejana Sudáfrica, ha contratado a un asesino a sueldo, quien, con la ayuda de un antiguo agente de la KGB, planea atentar contra un importante dirigente muy cerca de donde Wallander investiga. Acosado por sus persistentes problemas personales, el inspector entrara en una espiral de suspense cada vez mas vertiginoso.”

Mankell es un escritor que me suele gustar, pero en este caso debo decir que me ha encantado. La 3º aventura del Inspector Wallander (se pueden leer independientemente) es con la que más he disfrutado. Si a eso le sumamos que venía con ganas de pillar un buen libro de caza al asesino, tenemos el pack de diversión completo. Para La leona blanca, Mankell nos mete dos novelas en una, con dos tramas detectivescas (el asesinato sin motivo aparente de una agente inmobiliaria y una conspiración para atentar contra la vida de Mandela) que avanzan paralelas, guardando muchos elementos en común a pesar de ser independientes. 

Cada uno de los casos es complejo y brutal, pero al mismo tiempo muy realista. Cómo está ambientado a principios de los noventa (el libro se escribe en 1995) encontramos muchos elementos de nuestra sociedad que no han pasado por la revolución digital. Al menos a mí se me ha hecho entrañable contemplar la primera informatización de los medios de trabajo, el uso de fax, los comentarios sobre la aparición de los primeros móviles… 
El protagonismo absoluto de la trama sueca está a cargo del Inspector Wallander, que tras los sucesos de Los perros de Riga se está sumiendo en una depresión. La revelación de los horribles crímenes que transcurren a su alrededor le han sumido en la desesperación, al verse incapaz de comprender un mundo que acoge a seres capaces de realizar actos tan brutales y planear conspiraciones que implican auténticos baños de sangre. Aun así, este abnegado policía se obliga a realizar su cometido por la sencilla razón de que alguien tiene que hacerlo y prefiere evitar que los demás sufran por su inacción. ¿Por qué me gusta el señor Wallander? Porque es humano. Es una persona que puedo encontrar cualquier día por la calle. Tiene problemas de alcohol y tendencia a la depresión, pero no es ningún tío duro, no es Harry el Sucio, es solo un policía de pueblo, una persona real que, simplemente, intenta hacer su trabajo. Su mujer le ha dejado, no se acaba de llevar bien con su hija, es incapaz de llegar a un compromiso con la nueva mujer de su vida  y piensa constantemente en dejar su trabajo. Es su humanidad y lo que considero su típico pesimismo sueco lo que convierte a este personaje en alguien tan carismático. 
Se enfrenta a dos peligrosos asesinos que no pueden ser más diferentes. Anatoli Kovalenko es un antiguo jefazo de la KGB para el que la vida humana no es más que una mercancía con la que ganar dinero. Totalmente desprovisto de escrúpulos, este ser mata, tortura y agrede con la misma facilidad con la que respira. Su compañero es el sudafricano Victor Mabasa. Contrariamente a Kovalenko, es un hombre de honor que valora la vida, respetando y honrando a todas sus víctimas, -gajes del oficio, que diría- asegurándose de que su espíritu trasciende y llegue sin más problemas al más allá. 

De la parte Sudafricana tenemos también a tres personajes a los que destacar. El protagonista es el malvado Jim Klyne, un supremacista bóer que no quiere ver como su país cae en manos de los negros, a los que considera inferiores. Pedante y calculador, ha preparado una serie de incidentes que culminará con el asesinato de Mandela, lo que provocará una guerra civil y así permitir a los blancos poner orden y volver a períodos de tranquila placidez. A veces sorprende lo bien pensado que puede tener un plan y otras lo corto de miras que puede llegar a ser, pues se considera tan superior a los demás que es incapaz de concebir que alguien pueda pensar por sí mismo y reaccionar ante sus actos. 

El presidente De Klerk es consciente de la existencia de conspiraciones en su contra, por lo que encarga al joven fiscal Schaeppers que la investigue. Este avezado abogado tiene una visión optimista del mundo y cree firmemente en la necesidad de crear un mundo mejor que legar a sus hijos. Se convierte en un trasunto joven de Wallander, pues afronta la investigación con la misma sagacidad que nuestro detective sueco, pero lo hace lleno de ilusión, con la alegría de aquel que aún no está hastiado de contemplar los horrores del mundo.

Como ya he comentado antes, éste es el libro de Wallander que he leído que más he disfrutado. Tanto la brutal investigación de Sudafrica como la inhumana persecución de Suecia constituyen una novela por sí solas. El ritmo con el que se alternan está más que bien medido, perfecto para dejarte con la intriga de querer saber qué ocurrirá después y así sigues leyendo y leyendo. 

Quisiera destacar también los contrastes que se producen entre ambos ambientes. La desolación que se vive en las agrestes provincias suecas contrasta con la abigarrada vitalidad de Sudafrica, donde la vida es mucho más dificil pero se disfruta más de cada día que se vive. Mankell hace un buen trabajo al destacar con hacierto los problemas políticos, enlazándolos con maestría a los giros de guión para producir buenos golpes de efecto y aumentar la tensión de la trama. La prosa de Mankell ayuda a que el libro sea fácil de leer, con un estilo muy ágil, organizado, escrito como si fuera un informe de una investigación policial. El tono recuerda al de los procedimentales televisivos (CSI), haciéndose familiar para el lector, que puede devorar el libro con placer.

Realmente, tiene todo para que el amante de la novela negra disfrute: Un par de casos de lo más turbio con implicaciones políticas. Una atmósfera desoladora y una investigación de lo más vibrante. Si a ello le añadimos un estilo fácil y ameno, tendremos un coctel ideal para disfrutar de una novel a que no te deja descansar. Lo dicho, un libro muy disfrutado de los que da gusto leer.
Nota: 9
Nota goodreads: 3.83/5

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