Este bimestre la CLO me acerca de nuevo a uno de mis
detectives más queridos, el inspector Wallander. Petitejolie me encarga atacar
el 3º libro de sus aventuras. ¡Vaya tortura!
Título: La leona blanca
Autor: Henning Mankell
Título original: Den vita lejoninnan
“El
hallazgo del cadáver de una joven agente inmobiliaria, asesinada brutalmente
sin ningún motivo aparente, supone para Wallander un descenso a los infiernos
mucho más largo y profundo de lo que nunca hubiera imaginado al iniciarse un
caso. Y esta vez, ademas, se trata de una conspiración internacional detrás de
la cual se encuentra una organización de extrema derecha. Esta, decidida a
dinamitar el proceso antiapartheid en la lejana Sudáfrica, ha contratado a un
asesino a sueldo, quien, con la ayuda de un antiguo agente de la KGB, planea
atentar contra un importante dirigente muy cerca de donde Wallander investiga.
Acosado por sus persistentes problemas personales, el inspector entrara en una
espiral de suspense cada vez mas vertiginoso.”
Mankell es un escritor que me suele gustar, pero en este
caso debo decir que me ha encantado. La 3º aventura del Inspector Wallander (se
pueden leer independientemente) es con la que más he disfrutado. Si a eso le
sumamos que venía con ganas de pillar un buen libro de caza al asesino, tenemos
el pack de diversión completo. Para La
leona blanca, Mankell nos mete dos novelas en una, con dos tramas
detectivescas (el asesinato sin motivo aparente de una agente inmobiliaria y
una conspiración para atentar contra la vida de Mandela) que avanzan paralelas,
guardando muchos elementos en común a pesar de ser independientes.
Cada uno de los casos es complejo y brutal, pero al mismo
tiempo muy realista. Cómo está ambientado a principios de los noventa (el libro
se escribe en 1995) encontramos muchos elementos de nuestra sociedad que no han
pasado por la revolución digital. Al menos a mí se me ha hecho entrañable
contemplar la primera informatización de los medios de trabajo, el uso de fax,
los comentarios sobre la aparición de los primeros móviles…
El protagonismo absoluto de la trama sueca está a cargo
del Inspector Wallander, que tras
los sucesos de Los perros de Riga se
está sumiendo en una depresión. La revelación de los horribles crímenes que
transcurren a su alrededor le han sumido en la desesperación, al verse incapaz
de comprender un mundo que acoge a seres capaces de realizar actos tan brutales
y planear conspiraciones que implican auténticos baños de sangre. Aun así, este
abnegado policía se obliga a realizar su cometido por la sencilla razón de que
alguien tiene que hacerlo y prefiere evitar que los demás sufran por su
inacción. ¿Por qué me gusta el señor Wallander? Porque es humano. Es una
persona que puedo encontrar cualquier día por la calle. Tiene problemas de alcohol
y tendencia a la depresión, pero no es ningún tío duro, no es Harry el Sucio,
es solo un policía de pueblo, una persona real que, simplemente, intenta hacer
su trabajo. Su mujer le ha dejado, no se acaba de llevar bien con su hija, es
incapaz de llegar a un compromiso con la nueva mujer de su vida y piensa constantemente en dejar su trabajo.
Es su humanidad y lo que considero su típico pesimismo sueco lo que convierte a
este personaje en alguien tan carismático.
Se enfrenta a dos peligrosos asesinos que no pueden ser
más diferentes. Anatoli Kovalenko es un
antiguo jefazo de la KGB para el que la vida humana no es más que una mercancía
con la que ganar dinero. Totalmente desprovisto de escrúpulos, este ser mata,
tortura y agrede con la misma facilidad con la que respira. Su compañero es el
sudafricano Victor Mabasa. Contrariamente a Kovalenko, es un hombre de honor que valora la vida,
respetando y honrando a todas sus víctimas, -gajes del oficio, que diría-
asegurándose de que su espíritu trasciende y llegue sin más problemas al más
allá.
De la parte Sudafricana tenemos también a tres personajes
a los que destacar. El protagonista es el malvado Jim Klyne, un supremacista bóer que no quiere ver como su país cae en manos de los
negros, a los que considera inferiores. Pedante y calculador, ha preparado una
serie de incidentes que culminará con el asesinato de Mandela, lo que provocará
una guerra civil y así permitir a los blancos poner orden y volver a períodos
de tranquila placidez. A veces sorprende lo bien pensado que puede tener un
plan y otras lo corto de miras que puede llegar a ser, pues se considera tan
superior a los demás que es incapaz de concebir que alguien pueda pensar por sí
mismo y reaccionar ante sus actos.
El presidente De Klerk es consciente de la existencia de
conspiraciones en su contra, por lo que encarga al joven fiscal Schaeppers que la
investigue. Este avezado abogado tiene una visión optimista del mundo y cree
firmemente en la necesidad de crear un mundo mejor que legar a sus hijos. Se convierte
en un trasunto joven de Wallander, pues afronta la investigación con la misma
sagacidad que nuestro detective sueco, pero lo hace lleno de ilusión, con la
alegría de aquel que aún no está hastiado de contemplar los horrores del mundo.
Como ya he comentado antes, éste es el libro de Wallander
que he leído que más he disfrutado. Tanto la brutal investigación de Sudafrica
como la inhumana persecución de Suecia constituyen una novela por sí solas. El
ritmo con el que se alternan está más que bien medido, perfecto para dejarte
con la intriga de querer saber qué ocurrirá después y así sigues leyendo y
leyendo.
Quisiera destacar también los contrastes que se producen
entre ambos ambientes. La desolación que se vive en las agrestes provincias
suecas contrasta con la abigarrada vitalidad de Sudafrica, donde la vida es
mucho más dificil pero se disfruta más de cada día que se vive. Mankell hace un
buen trabajo al destacar con hacierto los problemas políticos, enlazándolos con
maestría a los giros de guión para producir buenos golpes de efecto y aumentar
la tensión de la trama. La prosa de Mankell ayuda a que el libro sea fácil de
leer, con un estilo muy ágil, organizado, escrito como si fuera un informe de
una investigación policial. El tono recuerda al de los procedimentales televisivos
(CSI), haciéndose familiar para el lector, que puede devorar el libro con
placer.
Realmente, tiene todo para que el amante de la novela
negra disfrute: Un par de casos de lo más turbio con implicaciones políticas.
Una atmósfera desoladora y una investigación de lo más vibrante. Si a ello le
añadimos un estilo fácil y ameno, tendremos un coctel ideal para disfrutar de
una novel a que no te deja descansar. Lo dicho, un libro muy disfrutado de los
que da gusto leer.
Nota: 9
Nota goodreads: 3.83/5
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