sábado, 8 de abril de 2023

Escupiré sobre vuestra tumba (Boris Vian)

Libro leído como parte de la Cesta’13 (Nº 53). Una cosita delgadita, que descubrí mucho más destacable por su historiografía que por su contenido.

Título: Escupiré sobre vuestra tumba

Autor: Boris Vian

Título original: J'irai cracher sur vos tombes

Traducción: Jordi Beltrán

“Boris Vian publicó Escupiré sobre vuestra tumba en 1946 bajo el seudónimo de Vernon Sullivan. La crítica rechazó la obra por violenta, pornográfica y descarnada. Dos años más tarde, fue prohibida por ultraje a la moral y a las buenas costumbres y tanto el autor como el editor fueron procesados. El argumento, motivo de escándalo, gira alrededor de la historia de Lee Anderson -de raza negra, pero con apariencia de blanco- y la terrible venganza que planea cuando racistas blancos matan a su hermano.”

Ya el resumen de la contraportada lo deja claro. No es un libro para almas sensibles. Después de unas veinte páginas en las que se te explican los porqués, el protagonista se desata y no deja títere con cabeza. Me ha dejado cansado y todo, la de cosas bestias y aberrantes que llega a juntar en apenas 150 páginas. Así a bote pronto, dos violaciones, prostitución infantil, una veintena de escenas de sexo variado y un buen montón de violencia, con al menos tres asesinatos. No es mal bagaje para un libro que ya tiene 80 años. Avisados quedáis si os metéis con sus páginas.

Pero como he comentado, más que su contenido, lo importante de este libro es de dónde sale. Estamos en 1946 y estos últimos años muchos estadounidenses están residiendo de manera semi-permanente en Europa. Traen consigo toda su parafernalia cultural y, especialmente en Francia, descubren la llamada “novela sureña”, género que tiene cierto éxito en EEUU. ¿De qué va este género? Se trata de novelas un poco pulp situadas siempre en estados del Sur, en los que las heridas de la Guerra Civil todavía están medio abiertas, el racismo es rampante y la sociedad es violenta y descarnada. Sus historias son truculentas, llenas de pecado a los ojos de los bienpensantes de la época, atrayendo muchos lectores por el morbo que generaban: hipocresías de la sociedad, ganas de escandalizarse, etc. Ahí es donde interviene Boris Vian. Éste es un artista principalmente conocido por su dedicación al Jazz, pero que le daba a todo, un artista total en el sentido más amplio de la palabra. Pero sobre todo era un atravesado, un tocanarices de cuidado y le iba todo lo que fuera reírse de los demás. Sabiendo el éxito de la novela sureña en Francia, empieza a hacer saber en sus fiestas que le ha llegado un manuscrito de una novela tan bestia y tan impactante que no la han podido publicar en EEUU. Se empieza a correr la voz en determinados ambientes, y se empieza a generar una expectación tal por esa “novela prohibida” que al final Vian se ve obligado a enseñarla. Así que tiene que escribir (y muy rápido) una novela capaz de escandalizar a lo bestia. Coge tres botellas de whiskey, se desaparece un fin de semana y vuelve el lunes siguiente con Escupiré sobre vuestra tumba, en la que ha incluido todo lo que se le ha ocurrido para escandalizar al incauto lector que, no olvidemos, se muere de ganitas por saber qué es lo que han censurado al otro lado del charco. Lo empezó a vender como si fuera una traducción y, al poco, se había formado un escándalo bien grande, provocando que tuviera que reconocer la verdad, sucediéndose demandas, prohibiciones, un par de atropellos y algún que otro atentado incendiario. Además, Boris Vian, que tenía una vida muy desordenada, muere de un ataque al corazón poco después, generándose así una leyenda todavía más morbosa en torno a su polémico libro.

 

Yo sólo digo que, hoy en día, es una novela muy bestia, a bastante distancia de casi cualquier cosa que puedas encontrar en librerías, incluso dentro de las propuestas más gamberras. Si ahora ya es difícil de leer, no quiero pensar como tenía que ser en 1946, cuando se publicó originalmente. Todo en la novela queda supeditado a las ganas de provocar, torciéndose cualquier sentido de la trama ante la nueva bastardada que se le acaba de ocurrir a Vian. ¿Qué tal cepillarse a unas niñas? Póngame dos. ¿Tirar a un perro por la ventana? Sin problema. ¿Un chockinggasm hasta las últimas consecuencias? ¡Cómo no! Evidentemente, el protagonista Lee Anderson es un mero instrumento para hacer pasar las páginas. Vian no se molesta en añadirle desarrollo o coherencia, cumpliendo sólo en ser muy retorcido, tener mala leche y estar más caliente que el palo de un churrero.

Lo que sorprende, en cambio, es que sí se hace un esfuerzo en que Escupiré sobre vuestra tumba pueda pasar como novela sureña: se copia el estilo narrativo, se acierta con la descripción de la sociedad y las actitudes de gran parte de los personajes. Se nota que Vian se había leído mucho el género y sabía QUÉ está escribiendo. Así, pervertir todos los tropos posibles se tornó algo fácil y que, además, pudiera pasar por una novela genuina a falta de algún repaso de edición. Vamos, que coló durante un buen puñado de meses.

Escupiré sobre vuestra tumba no es una novela a disfrutar. Es desagradable y zafia hasta decir basta, pero lo hace por un ¿buen? motivo. Es una morrocotuda gamberrada hecha con muchas ganas de tocar las narices, cosa que consiguió con creces. Quizás mejor acercarse a él con intenciones de historicidad y conocer una historia curiosa que con la idea de pasar un buen rato. Total, si se acaba leyendo en dos tardes…

 

Nota: N/A

Nota goodreads: 3.6/5 

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