Este libro se leyó
como uno de los últimos ejemplares de la CLO (gracias Doli), una buena manera
de acercarme a géneros y propuestas no habituales.
Título: El domingo
de las madres
Autor: Graham Swift
Título original: Mothering Sunday
Traducción: Jesús Zulaika
“Inglaterra,
30 de marzo de 1924. El Domingo de las Madres. Una jornada en la que las
criadas vuelven a sus casas para visitar a sus familias. Pero Jane Fairchild,
de veintidós años y que trabaja para los Niven, es huérfana, y pasa ese día de
un modo muy distinto. Se cita con su amante, Paul Sheringham, el único hijo
vivo de los vecinos de los Niven, que han perdido a los otros en la guerra.
Jane y Paul llevan años de relación clandestina, pero ha llegado el momento de
dejarlo, porque él va a casarse con una chica de su clase social dentro de dos
semanas. La pareja hará el amor por última vez, pero después de despedirse
sucederá algo inesperado que cambiará para siempre la vida de ella... En los
años que le quedan por delante, Jane acrecentará su interés por la lectura –a
través de los libros de Conrad–, trabajará en una librería de Oxford y con el
tiempo se convertirá en una novelista de éxito, en una forjadora de ficciones.
Pero nunca olvidará lo sucedido aquel 30 de marzo de 1924.”
Como suele ocurrir
en la CLO se trata de un libro que guarda bastantes sorpresas a lo largo del
trayecto que supone su lectura. Y eso que son apenas 160 páginas.
En un primer
momento, parece que estamos ante un sucedáneo de los libros de Jane Austen, en
que todo parece que va a girar en torno a los amoríos de Jane Fairchild. Sin
embargo, la temática del libro va cambiando sutilmente desde su inicio
costumbrista. Encontramos por medio una oda de amor a los libros llena de
devoción, un mini-tratado de la actitud frente al sexo de la época, una
biografía de una vida y, de fondo, un reverso tenebroso sobre qué ocurrió
exactamente durante el Domingo de las Madres. Todo ello mezclado con un extraño
lirismo muy agradable. En ese sentido, me recuerda a las biografías que escribía
Virginia Woolf, siempre presta a llevarte por lugares inesperados.
El único personaje
desarrollado es la propia Jane
Fairchild, a lo largo del cual se articula toda la novela.
Como una flor que se abre ante la luz del sol, el futuro de Jane se muestra lentamente
ante ella. En un primer momento está desnuda (y follada) en casa de su amante,
que se ha despedido para siempre sin molestarse en decir adiós, desde allí,
reflexiona sobre lo que ha sido su vida y cuáles son los pasos que se deben dar
para salir adelante. Al mismo tiempo, se nos transmite que lo que estamos
leyendo es un recuerdo de una Jane ya anciana que rememora esa mañana que
cambió tanto a su vida. Tenemos, pues, una mezcla entre una Jane madura, llena
de energía y la seguridad en sí misma fruto de la experiencia y el éxito, junto
con los actos de una Jane insegura con su lugar en el mundo, deseosa de
progresar pero desconocedora de lo que le espera al día siguiente.
La narración sigue
así un esquema circular en que Jane da vueltas sobre los temas que le
inquietan, avanzando un paso más en cada rotación. Me sentí gratamente
sorprendido cuando constaté la manera en la que Swift había capturado tantas
emociones y subtextos en tan pocas palabras, especialmente si estás atento ante
los leves cambios que se producen cada vez que se repite alguno de los hechos.
La narración es lenta, languideciendo sin prisas, repleta de descripciones
detalladas, como si quisiera grabar cada instante en tu memoria para
recordarlo todos los años de tu vida. Las páginas no avanzan fácilmente, pues
te ves obligado a prestar mucha atención a todos los detalles, especialmente
cuando te das cuenta de la atmósfera onírica que sobrevuela el recorrido que
Jane hace desnuda por la casa, explorando cada rincón, absorbiendo todos los
recuerdos y buscando la mejor manera de acabar un día tan importante.
Swift despliega aquí
cierta gracia a la hora de mostrar y escamotear detalles relevantes para la
comprensión de los hechos, que se vuelven deliberadamente ambiguos ante cada
repaso. Ya la propia Jane te recuerda que su testimonio es poco fiable, dejando
deliberadamente cosas en el aire, anunciando que a veces hay que adornar los
hechos para hacerlos más interesantes y ahorrarse explicaciones no deseadas. Ya
sólo la extraña calma con la que la propia Jane se despide de la casa y el
corolario final de la propia obra da pie a mil interpretaciones tan deliciosas
como perturbadoras sobre qué ocurrió realmente. SPOILER Yo
creo que Jane sabía que Paul la iba a dejar tirada, por lo que saboteó el coche
para que éste se estrellara. Si tienes otra interpretación, estaré encantado de
discutirlo ;) FIN DEL SPOILER.
Lo reconozco, cada
vez disfruto más con los narradores poco fiables que te obligan a comerte la
cabeza para saber qué hay de verdad en cada palabra. Además, lo hace con un
lirismo notable, en la se nota mucho esfuerzo en plasmar la diferencia de
comportamiento, de trato y de maneras de hablar de los diversos personajes en
función de su estrato social (mis felicitaciones por las labores de traducción,
también).
Otro detalle que disfruto se encuentra en que El domingo de las madres contiene una
preciosa oda de amor por los libros y el acto creador, mostrando la maravilla
de la creación de una historia, especialmente cuando entran las emociones, con
una naturaleza delicada que convierte la lectura en una experiencia tan bella
como incómoda.
Es muy fácil dejarse
llevar por su narrativa elíptica, por su lirismo y por sus inesperados
quiebros, pero esto no implica que se trata de un libro para todos los
paladares. En sí, es un buen ejemplo de cómo una escritura de calidad puede
elevar una historia mínima y un planteamiento lleno de tópicos (en el fondo,
todo lo hemos visto mil veces) convirtiéndolo en un placer si es el tipo de
historia que aprecias.
Lo que parece una
tontada romántica se transforma en un nostálgico ejercicio de estilo en que se
nos recuerdan las decisiones que marcan las vidas anodinas (o no tan anodinas)
de la gente. Un libro especial, aunque no para todos; pues pueden no comprar su
juego (o no gustar de él) y resultará poco interesante para muchos,
especialmente cuando la forma importa MUCHO más que el fondo, pero si te pilla
con la disposición adecuada, puede emocionar profundamente.
Aunque yo no lo
supiera, era justo lo que necesitaba leer, así que se ha disfrutado.
Nota: 8
Nota goodreads: 3.74/5