Otra cosita que llevaba miles de años por casa y algún día había que leer.
Titulo:
Viejas historias de Castilla la Vieja
Autor:
Miguel Delibes
“Hay una manera de ser de pueblo
como hay una manera de ser de ciudad. En la ciudad las cosas cambian deprisa y
los altos edificios, las luces y los automóviles esconden como pueden el
apresuramiento atontado de la multitud, los gozos y las penas. El pueblo está
ahí, sumiso, apagado, mezclándose cada vez más con el color de la tierra.
En el primero de los dos relatos
de este libro, Viejas historias de Castilla la
Vieja, un hombre regresa al pueblo tras
cuarenta y ocho años de ausencia, pero es como si hubiera pasado un instante.
En Castilla no se cuenta por años, sino por siglos, y allí le están esperando
las casas, los árboles, los campos agotados, las gentes envejecidas, el arroyo
que pasa entre cañizos y el polvillo de la trilla pegado a los muros.
En el segundo, La caza de la perdiz roja, el protagonista es el Barbas, viejo filósofo castellano, escéptico y enraizado a la tierra, que conoce, mejor que nadie, las gentes y las perdices, y si no hay más remedio entabla con el autor un diálogo claro y bello que parece venir rozado por el viento del fondo de los siglos.”
Así,
con pocas dudas. Hacía tiempo que no leía un libro BIEN escrito. Qué mestría.
100 páginas perfectas. Un gustazo leer un libro que sabe tocar con tanta
habilidad todas las fibras sensibles de mi nostalgia. Ha sido como tener a mi
abuelo (QEPD) otra vez a mi lado contándome batallitas del pueblo, de sus
vecinos y las locuras que hacía cuando era joven.
Es MI pueblo. No es que se parezca, es que lo ES. Vale, no lo es, de acuerdo, pero la historia se sitúa en el Páramo Leonés, justo donde está y, en estos sitios, los pueblos se parecen como un huevo a otro huevo. Ha despertado recuerdos que creía olvidados, historias de cuando era pequeño e íbamos cada verano a pasar quince días (o los que fueran) a esa casa solariega, con sus cerdos, sus vacas y sus rutinas en las que no pasaba nada. Épocas en las que sólo tenía que coger la bicicleta para vivir aventuras llenas de descubrimientos, rodeado de maizales eternos, casas con sabor a otra época y una manera de hacer las cosas ya olvidada.
Así
pues, me he sentido tremendamente identificado con el ambiente, las gentes, la
forma de hablar, la calma a la hora de afrontar los problemas y lo lapidario de
algunas afirmaciones. No he dejado de sonreír con todas las puyitas dedicadas a
la comparación entre la gente de ciudad y la gente del pueblo, las prisas de
unos y los modos de los otros. Son frases que he oído durante años, soltadas
con retranca pero repletas de cariño, que no puedo evitar que me emocionen en
gran medida. Una recreación pasmosa que no esperaba que se pudiera hacer tan
bien y con tanta naturalidad.
El segundo relato viene a ser el segundo día que pasa nuestro protagonista en el pueblo, coincidiendo esta vez con un cazador que sigue saliendo cada día al monte, a pesar de tener un pie en la tumba y casi viviendo de prestado. A raíz de los diálogos entre ambos, vamos conociendo las inquietudes del cazador, su filosofía y sus aspiraciones que ha tenido con la vida. Es todo un tratado de cómo envejecer con dignidad, incluso reconociendo que tu tiempo ha pasado, que la actualidad te ha dejado atrás, pero aun así intentando aprovechar lo que la naturaleza te da. Tal como ocurre con la vida, hay cierta defensa de que cuando uno sale de caza, el cazar es lo menos importante, pues todo lo que ello implica tiene más valor: las ilusiones, los recuerdos endulzados, el campo, la cerveza (o el vino aguado) de después… Maravilloso.
La
obra de Delibes se divide en obras cortas, medias y largas. De las largas, la mejor
es El Hereje, de las medias, Los Santos Inocentes es obligatoria y de
las cortas, estas Viejas historias de
castilla la vieja es adorable.
Este
libro describe una época que ya pasó y no volverá, pero su lectura es como ver
caer la lluvia mientras tú estás acurrucadito con una manta al lado del fuego.
Un pequeño instante de felicidad y un recuerdo delicioso repleto de cariño.
Nota:
9
Nota goodreads: 3.81/5
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