lunes, 13 de octubre de 2025

Frío como el acero

Una de estas cosas de Movistar que ves sin ganas una tarde en que no te puedes mover (mucho) del sofá.

La portada ya indica dónde estamos: Toca una de tíos duros de finales de los ochenta. Aquí, esta mole rocosa e inexpresiva es un policía poco dado a mantener las formas que debe infiltrarse en una banda de moteros sospechosos de tráfico de drogas. Cómo es el más duro de los duros, se hará pronto con la confianza del líder, enterándose de que están preparando un atentado contra el Gobernador del estado (o algo así).

Una más dentro de la recua de imitadores de las películas de Stallone, Chuck Norris y Charles Bronson. Aquí tenemos a Brian Bosworth, ex NFL al que convencieron de que podía tener éxito como actor de acción (no).

A la dirección tenemos a Craig R. Baxley, originalmente coordinador de tiroteos en películas de acción que luego se pasó a dirigir sus propias películas para hacer todas las tonterías que le apetecieran. Como lo que sabe es dirigir explosiones, peleas y balaseras, es lo que se dedica a poner a lo largo de la película. Eso de meter una historia con sentido, dirigir a los actores o que la trama tenga algo de coherencia, bueno, menudeces…

Sin embargo, dentro de tontería, esta macarrada es bien consciente de que no te la puedes tomar en serio. Por ello, aboga por entretener a base de frases lapidarias sin control y venirse tan arriba que te acaban arrancando una (ligera) sonrisilla de incredulidad. Reconozco que no vi venir el crescendo de “estamos moviendo unas bolsitas” a “vamos a matar al Presidente” que se gastan aquí. Pero bueno, tiene el acierto de que los tiroteos se suceden a buen ritmo para rellenar sus exiguos 88 minutos (letras incluidas). ¿qué el desenlace es un disparate sin sentido? ¿qué los personajes van como pollo sin cabeza? Bueeeeno, pon más tiros y p’adelante.

Una película de pim, pam, pum. Dura tan poco que no da tiempo a aburrirse y tiene tal cantidad de tonterías autoconscientes que consiguen que el resultado no sea tan malo como otras bazofias del género.

 

Nota: 4

Nota filmaffinity. 4.9

 


sábado, 4 de octubre de 2025

Hulk - Planeta Hulk (Greg Pak, Carlo Pagulayan, Aaron Lopresti)

¿Hace cuanto que no se pasaban los cómics por aquí? Intentaré (otra vez) remediar esto un poco. Hoy traigo una propuesta de mi monstruo verde favorito.

Planeta Hulk nos sitúa a un Hulk muy traumado que llega a un planeta desconocido. Su rabia tiene un buen motivo, pues ha sido traicionado por los Vengadores, aquellos en los que confiaba y expulsado de la Tierra por el bien de la humanidad. En este nuevo planeta, es capturado por el Emperador local que, viendo su capacidad de lucha, decide convertirlo en gladiador para el disfrute de la plebe. Por estas cosas que pasan, Hulk se convertirá en el líder de una rebelión para liberar a la gente de una tiranía. Sin embargo, lo que le mueve no es el deseo de justicia, sino la rabia por la traición sufrida, saciando sus ansias de venganza con la oligarquía del planeta.

Editorialmente, este cómic se publica durante el evento de la Civil War de Marvel. Como la presencia del monstruo verde en cualquiera de los bandos desequilibraría la balanza, se decidió que lo mejor era mandarlo a pasear y que todo ocurriera mientras él “estaba fuera”. Esto otorgó a sus autores una oportunidad inusual: 12 números para hacer lo que les venga en gana en un mundo aparte, sin tener en cuenta interacciones con ningún otro personaje de la franquicia. Así que se vinieron muy arriba. Y sí. Es Gladiator, en versión Marvel. Hulk está más enfadado que Máximo, pero el planteamiento y el desarrollo es similar: tenemos nuestro héroe, una plebe que vive con miedo, un emperador medio zumbado, combates en el Coliseo (galáctico), amores imposibles, etc.

Puede que suene ha visto, pero lo más importante: este cómic mola un montón. Pone a Hulk en una situación en la que no puede limitarse a romper todo, la trama le supera y tiene, con sus limitaciones, pensar qué es lo correcto y qué cabeza debe aplastar. A medida que pasan las páginas, podemos entender los remordimientos que le carcomen por dentro, su necesidad de redención y su rebeldía ante una injusticia tan similar a la que él vive cada día. No tenemos aquí a una bestia sin cerebro, ni a una mente maestra que ha hecho las paces con su cuerpo. Banner vive dentro de Hulk, pero es consciente de que ésta no es su lucha, y las pocas veces que sale a la luz, se percibe en su timidez que lo único que desea es salir de en medio. Después de todo, aquí tenemos a un líder, a un gladiador. Una vez se “despierta”, tenemos a Máximo el Hispano, capaz de decidir el destino de un planeta a partir de su fuerza de voluntad.

Puede que el avance de la trama peque de predecible, pues se copia lo que se copia, pero no le impide tener un buen número de momentazos y diálogos bien encontrados. Así, se disfruta de una historia divertida, ingeniosa y, sobre todo, muy épica. Se hace ideal para engorilarse y ver hasta dónde puede llegar la siguiente vuelta de tuerca y cómo van a subir las apuestas una y otra vez.

El apartado gráfico corre a cuenta de Carlo Pagulayan y Aaron Lapestri (principalmente), a los que debo felicitar por su trabajo. Da vida al planeta Sakaar con las dosis de carisma que merece y, sobretodo, son capaces de transmitir la fuerza brutal con la que se mueve el protagonista. No tendremos aquí splash pages mega espectaculares, pero hay una visceralidad en la acción que encaja a la perfección con la historia que se está contando, transmitiendo la tensión y el carácter de los personajes de manera impecable. Pagulayan es sustituido en un capítulo por Gary Frank. Se nota el cambio en los lápices, pero no descoloca ni defrauda en ningún momento.

De aquella manera, pero este cómic ha sido trasladado a la gran pantalla como parte del MCU. Dentro de Thor: Ragnarok se produce la aparición inesperada de Hulk en un coliseo de gladiadores, después de un buen tiempo sin aparecer en ninguna de las películas. Lleva el mismo uniforme que en Planeta Hulk y, por las pocas cosas que se nos describen, podemos entender que argumentalmente está sucediendo lo mismo que en el cómic. No obstante, en la película el tono es de spoof movie y es Thor quien arregla todo, pero bueno. Asimismo, en la serie de Hulka también se vieron consecuencias de su estancia interplanetaria. No me gusta, pero quizás una traslación más literal hubiera sido problemática ^^


Así pues, Planeta Hulk es uno de los cómics más divertidos del personaje. Con menos trasfondo filosófico que otras historias entre el hombre y el monstruo y mucha más aventura, tenemos 400 páginas de acción, aplastamientos e historias épicas con las que molarnos a lo grande.

 

Nota: 9

Nota goodreads: 4.2/5 

viernes, 5 de septiembre de 2025

Cuatro días de enero (Jordi Sierra i Fabra)

Éste es uno de esos libros que andaba por casa y que de vez en cuando hay que acordarse de leerlos que si no se acumulan mirándote solitarios desde la estantería.

Título: Cuatro días de enero

Autor: Jordi Sierra i Fabra

“Barcelona, 1939: cuatro días antes de la ocupación franquista, un inspector republicano deberá resolver su último caso.

En pleno caos previo a la inminente entrada de los nacionales en Barcelona, el inspector Mascarell afrontará el caso de la misteriosa desaparición de una joven. Aunque todo está perdido, el inspector pretende llegar hasta el fondo del asunto, pero se topará con las altas esferas de la ciudad, que están preparando la llegada de los vencedores# Un intenso retrato de una Barcelona hambrienta, triste y aterrorizada, y una hermosa historia de amor en medio de la desolación.”

Se trata del primer libro de la larguísima saga de los casos del Inspector Mascarell, que ya tiene más de diez entregas. En él, seguimos a un inspector de policía jubilado en la Barcelona de la post-guerra civil. Éste, como si de un Colombo cualquiera se tratara, se ve implicado en casos que debe resolver a contrarreloj, siempre de un lugar a otro de la ciudad.

Y es que en este caso la ciudad se convierte en un personaje más. Mascarell tiene que pateársela de cabo a rabo infinidad de veces en sus novelas. O va en taxi, encontrándose conductores cada vez más extravagantes de los que siempre se entretiene a hacerte un informe completo cada vez que coge uno. Como alguien que se ha criado en Barcelona, me hace mucha gracia reconocer los sitios adónde va y comprobar cómo han cambiado las cosas en este puñado de años. En este caso, tenemos a una ciudad en pánico. La guerra se ha perdido y los golpistas están a días de llegar a Barcelona y tomar el poder. La gente huye con lo que puede, las ratas salen de sus escondrijos y ya nada importa en un mundo que se acaba.

No es ni mucho menos el mejor momento para investigar un asesinato – uno de tantos – pero para eso está el Inspector Mascarell. Se trata de un policía honesto - ¿el último que queda en la ciudad? – que, en un mundo que se desmorona, no puede evitar hacer otra cosa que hacer su trabajo y desentrañar un caso de asesinato. A medio camino entre su incapacidad de hacer otra cosa, servir como una muda forma de resistencia o su estúpida necesidad de hacer lo correcto, sabe que tiene un caso que resolver y eso es lo que importa. Aunque los nacionales estén a la vuelta de la esquina, él es un policía y hace lo que debe hacer la policía.

Hay varios personajes secundarios, como la mujer del Inspector, un periodista que ha decidido quedarse en la ciudad y sobrevivir como pueda, la portera del edificio… Pero es sobretodo Charo la que acapara más atención. Servirá como personaje recursivo en el futuro (ya os voy dando pistas), pero aquí se trata de una chiquilla de apenas dieciséis años a la que le han tocado malas cartas en la vida. Son malos tiempos para todos, pero sin padres, sin trabajo, una hermana pequeña a la que cuidar y una guerra a la vuelta de la esquina es más que suficiente para desmoralizar a quién fuera. Pero Charo está dispuesta a lo que sea necesario para prosperar. Siempre manteniendo su callada dignidad y lo que ella considera decencia, es muy echá’palante, metiéndose en más follones de lo que debería.

La acción se sitúa justo antes de que el ejército tome la ciudad. Así, todos los personajes se mueven con fatalismo, como una comunidad que se sabe derrotada y deambula sin rumbo, habiendo perdido cualquier objetivo en la vida. Esa desesperanza se halla reflejada con brillantez, contrastando con la callada tozudez de Mascarell, que busca resolver un último caso. Choca ante la incomprensión del resto de la gente, que no concibe como puede “perder el tiempo” ocupándose de ello cuando la guerra está perdida y bastante podrá hacer con sobrevivir una semana más. Me hace especial gracia cómo él se muestra incapaz de explicar el motivo, más allá de que “es lo que debe hacerse”.

Luego está el caso en sí, lo que sería un “simple” asesinato se vuelve una tarea contrarreloj ante la ominosa amenaza de la llegada del ejército golpista, que dará al traste con cualquier esperanza de encontrar al culpable. Se percibe la intensidad y la desesperación del inspector por el poco tiempo disponible y su búsqueda de hacer justicia, a su modo. Quizás su resolución peca de obvia, pero podemos entender que el fulcro del libro no se haya en quién lo hizo, sino en aprovechar el discurrir de Mascarell por las calles de Barcelona para describir el ambiente de la ciudad.

Esto no quita que el ritmo al que se mueva la novela es muy vivo, pasando rápidamente de un lado al otro, siempre ante sucesos que tienen interés. Así, nos invita a seguir leyendo y pasar páginas rápidamente, lo que permite acabar el libro en un suspiro.

Una novela negra ambientada en mi ciudad, con un personaje interesante, un caso a desentrañar y una amenaza inusual. Esta primera entrega me ha vendido la saga. Vendrán más aventuras del Inspector Mascarell, seguro.


Nota: 8

Nota goodreads: 3.89/5 

lunes, 18 de agosto de 2025

El insoportable peso de un talento descomunal

Cuando apareció el tráiler de esta película creía que estaba viendo un video chorra de alguien con mucha imaginación y buenas dosis de ingenio. Presenté mis respetos cuando me enteré de que era realmente Nicholas Cage, que se había prestado voluntario a una broma meta a su costa. Lo más curioso de todo es que, de alguna manera, alguien se lo tomó demasiado en serio y puso dinero para hacer la película y… bueno, una vez aprobada, tenían que hacerla, ¿no?

Así, tenemos a Nicholas Cage interpretando a la afamada estrella Nicholas Cage. Se trata de un actor de buena familia, con sus altos y bajos… Bueno todos lo conocemos. Hace de sí mismo, de “nuestro” Nicholas Cage. Con muchos problemas de drogas, algunos divorcios a sus espaldas y una hija que no le habla, acepta ser llevado como “atracción” a un cumpleaños para poder mantener su tren de vida. Sin embargo, allí la cosa se complica, implicándose de alguna manera en el secuestro de la hija del presidente de Cataluña (jé), por lo que los servicios secretos le instaran a que se convierta en espía, héroe de acción y buen padre, todo en uno (o algo así).

Sorprende como Cage ha abrazado su propio meme con tantas ganas y se haya mostrado a realizar una película tan meta sobre sí mismo y su carrera. Toda la película funciona sobre el cachondeo y la confusión entre el hombre y el mito, mezclando si se trata de un homenaje, una burla o una parodia de la concepción que tiene el público de la excéntrica estrella.

La estupefacción campa a sus anchas durante la primera media hora, con un buen puñado de chistes ingeniosos que hacen diana, presto a dejarte ojiplático a la mínima de cambio. Se suceden burlas a sus propias elecciones filmográficas, homenajes extraños (y muy incómodos), intentos de explicaciones que nadie había pedido, tramas absurdas basadas en combinaciones absurdas de tramas de sus propias películas… un poti-poti de memeces muy bien paridas que provocan un buen puñado de risas. La de veces que me he encontrado pensando “ah, esto es lo que tiene que hacerme gracia” para luego caerme de la risa cinco segundos después porque el chiste del chiste ha entrado bien. Lo malo es que no paran de insistir con este leit-motiv, convertido en un running gag inacabable que se hace cansino. Que sí, que lo hemos pillado, pero id a otra cosa, por favor…

Ahí es cuando la película parece que quiere naufragar. Una vez empieza el “percal” e intentan desarrollar una trama, uno se da cuenta de que aquí nada tiene sentido y la película atraviesa un valle muy peligroso. Por suerte, la inesperada química entre Pedro Pascal, Paco León (¡) y Nicholas Cage hace que se mantengan algunos destellos de brillantez que consiguen que no dejemos la película a la mitad. Está claro que los tres se lo han pasado muy grande en estas vacaciones pagadas en Mallorca, pergeñando extravagancias cada vez más rarunas en pos de este engendro de película.

Por suerte (o no), cuando el chicle ya no da más de sí, estamos ya cansados de patochadas y es imposible estirar más el chiste, va la película y decide convertirse en una obra de acción convencional durante su desenlace. Al abandonar la broma meta y convertirse en Con Air (jé), remata la trama con cierta corrección, sus escenas de acción resultonas, un poco de emotividad y aportando un poco de sentido (ejem) a este pifostio. Sin ser nada del otro mundo, permite despedirte del film con un buen sabor de boca, mejorando el resultado final.

A ver, la broma meta es muy loca y, de alguna manera que no acabo de comprender, la desarrolla bien, con lo que se saca de la manga algún chistaco de bandera. Sin embargo, ni es taaaaan divertida ni tiene taaaanta acción como se cree ella misma, lo que da como resultado un pastiche irregular con ciertos momentos de inspiración.

 

Nota: 4

Nota filmaffinity: 5.9 

miércoles, 13 de agosto de 2025

Neon Genesis Evangelion (el Manga)

Como no sólo de libros y películas vive el adicto, partí con la intención de traer de vez en cuando mangas, cómics y series. La verdad es que apenas se han pasado y, quizás, ya tocaba. Así que hoy hablaremos un poquito del manga de Neon Genesis Evangelion.

Uno de los clásicos de la ciencia-ficción dentro de los mangas, nos sitúa en un futuro próximo en el que la Tierra es atacada por unos monstruos gigantes, llamados Ángeles. La única línea de defensa radica en unos robots gigantes (los EVAs) tripulados por unos adolescentes, enfrentados a un reto que les supera por mucho. O al menos, este sería el planteamiento, porque luego la trama se complica sobremanera en dos vertientes. Por un lado, tenemos una serie de conspiraciones dentro de conspiraciones en la que se hace difícil conocer cuál es la verdad sobre lo que ocurre. Por otro lado, tenemos las tribulaciones de los tres adolescentes protagonistas, que malditas las ganas que tienen de subirse a un EVA y jugarse la vida cada día, pues bastante tienen con sus traumas y sus comidas de tarro de gran o enorme tamaño.

Se trata de uno de los pocos mangas realizados a partir de un anime pre-existente. Algún día hablaré de la serie en profundidad (personajes, implicaciones psicológicas, tramas, etc.), pero hoy me centraré en el manga derivado.  Publicado pocos años después de la finalización de la serie original, sus 10 tomos le otorgan un mayor espacio para explicar los mismos hechos del anime. Así, sin realmente cambiar nada, permite que la trama respire, añadiendo poco y trascendencia a una historia que en 24 episodios, ocurre demasiado a calzón quitado.

El objetivo de este manga es, dicho por los propios autores, servir a modo de aclaración y corrección de la historia original. Al aumentar el protagonismo de los secundarios (o darles espacio para expresarse), permite entender todos los sucesos que transcurren entre bambalinas, ocultos a ojos de los protagonistas, respondiendo así a muchas de las preguntas que permanecían en el aire y confundían a un espectador despistado. Así, comprendemos mejor los traumas de Shinji, la necesidad de aceptación de Akane, qué trabajo tiene Misato (y su amor), el origen de Rei (de los que se clavan en las entrañas) y, sobretodo, aporta orden entre el marasmo de tramas conspiranoicas que no había quien entendiera.

Y sobre todo, por el final. Los dos últimos capítulos de la serie original constituyen uno de los desenlaces más polémicos de su género. Cualquiera que los viera, a finales de 1995, sin más contexto que los 22 capítulos anteriores, se quedaría con el culo muy torcido, incapaz de entender qué ocurría. Se gastaron verdaderos mares de tinta discutiendo los hechos y las interpretaciones que implicaban las frases e imágenes mostradas. Este manga surge como necesidad de los propios autores de explicar un desenlace que no pudieron rodar de otra manera (cosa que contaré en la reseña del anime). Podríamos decir que, originalmente, los dos últimos capítulos se ven desde el punto de vista exclusivo de Shinji, enterándonos únicamente de lo que le ocurre. Podemos ver su desesperación al comprender que “ahí afuera” ha llegado el fin del mundo, que él es incapaz de hacer nada para evitarlo, pero al mismo tiempo debe tomar una decisión consciente de que ninguna solución es buena . El manga se explaya (un tomo entero) en explicarnos qué ocurre lejos, “fuera de Shinji”, permitiendo que entendamos “algo” de lo que ocurre. La paja mental es de bandera, no lo negaremos, pero no es tan confusa. Se pierde quizás el punto de fascinación del anime de “nomeenterodequéestaocurriendoperocomomolatodo”, pero resulta ideal para leer después de alucinar con la serie y así poder volver a empezar su visionado apreciando mejor qué ocurre en cada momento.

SPOILER. Debemos entender que, después del segundo impacto, NERV ha encontrado a los Adán y Eva original, y está experimentando con ellos, obteniendo un poder que va más allá de la comprensión humana. Dios no quiere que la Humanidad trastee con cosas que no comprende, así que envía a sus ángeles para exterminarla y recuperar a sus hijos. Por otro lado, Gendo está intentando hacerse con el control total de ese poder, a espaldas de NERV, para destruir a Dios y así permitir a la Humanidad progresar en su evolución. Por su parte, SEELE conspira para utilizar ese poder y conseguir la dominación mundial. Al final, Gendo se sale más o menos con la suya, destruyendo la poca cordura que guardaba Shinji en el proceso. Por si fuera poco, éste último se ve obligado además a tomar una decisión imposible sobre cómo debe desaparecer el ser humano, consiguiendo una nueva oportunidad gracias a su bondad. Se produce así un reinicio de la historia, ya sea para repetir los mismos errores o hacer las cosas de otra manera. FIN DEL SPOILER

A lo largo de los años, los creadores de Evangelion han hecho un montón de versiones sobre el mismo tema, cambiando hechos, poniendo y quitando personajes, permitiendo una suerte de revisitación continua de una misma trama, con diferentes interpretaciones y conclusiones. Cada X tiempo, te permiten volver a montarte en un EVA y maravillarte con las posibilidades que ofrece este nuevo viaje. Así, es posible que la versión que te ha llevado hasta aquí sea algo diferente y puedas llegar a un lugar distinto del que te arroja este manga.

El manga de Neon Genesis Evangelion, funciona como una obra complementaria del anime. Respeta su diseño y sus ritmos, presto a ser leído después de haber flipado por primera vez con la historia. Quizás ha quedado un poco olvidada para los nuevos lectores (Ya tiene 30 años) y tiene el mismo problema tetil de su época (estos japos salidos), pero es una fuente de referencias tan grande que cualquier friki (o no friki) debería darle un tiento, que la experiencia vale la pena. Ciencia-ficción de la buena, toneladas de acción de la buena y pajas mentales sobre el futuro de la humanidad de las buenas.

 

Nota: 9

Nota goodreads: 4.25/5

  

lunes, 11 de agosto de 2025

Pinocho de Guillermo del Toro

A pesar del parón de verano, continuamos por aquí. Después de una película que es pura cotidianeidad, hoy nos detenemos en una de las obras más bonitas que la animación ha dado en los últimos años.

No creo que haga falta presentar mucho una historia tan conocida como la de Pinocho: la marioneta de madera que cobra vida y sueña con ser un niño de verdad. Entremedias, pasará mil aventuras y se meterá en chorropotocientos follones.

Del Toro no inventa nada (o casi) en cuanto a su adaptación. La mueve un poco temporalmente y la sitúa en la Italia pre-fascista, por lo que las vicisitudes de Pinocho y sus amigos se entremezclaran con las del propio país, con aparición de Mussolini incluida. Lo que sí hace es contar cada entuerto con un virtuosismo tal que consigue maravillarnos con escenas que hemos visto mil veces.



Siguiendo una narración exageradamente episódica, cogemos rápido odio y cariño a los personajes que ya conocemos. Aquí el diseño de cada escena coge un tinte más oscuro (incluso) del esperado, pues la dura bota del fascismo se hace patente. El pueblo sufre los abusos de los poderosos, el miedo corre por las calles y la gente sin escrúpulos hace su agosto con los ingenuos como Pinocho. Después de todo, el detonante de toda la historia es un bombardeo sobre el pueblo de Gepetto.

Cada detalle que aparece en pantalla merece una felicitación por su trabajo de orfebrería en una animación que mezcla ordenador y stop-motion. El gusto en el detalle se aprecia en su meticulosidad a la hora de complementar la trama que se está desplegando, dando una pátina de tangibilidad a un cuento imposible. Nunca habíamos visto a Pinocho y sus amigos moverse en un lienzo tan bello y desasosegante como en este cuento tétrico que Del Toro ha creado.

Y es que este Pinocho tiene muy mala idea. Del Toro nos mete temas oscuros en vena, los adereza con un humor incómodo y la ingenuidad de un niño inconsciente de la trascendencia de las decisiones que toma. Se aborda el hecho de morir, la necesidad de guardar duelo y la posibilidad de redención (o falta de ella). Todo ello a un ritmo vivo, que no deja descansar y en un torrente de belleza que distrae de las brutalidades que se muestran en pantalla (o justo fuera de ella).

Se complementa con una partitura bellísima a cargo de Alexandre Desplat, que capta el tono melancólico del metraje. Saben emocionar como deben, profundizando en los sentimientos de los personajes, acompañando sin por ello decirte cómo debes sentir.

Pinocho fue uno de los Oscar de animación más cantados y obvios en bastante tiempo. Proponía una versión muy distintiva de una historia que conocemos, la contaba con mimo y además brindaba una obra de arte en cada encuadre. Simplemente magnífica.

La lástima es que El gato con botas – El último deseo coincidiera justo ese año. Nuestro peludo amigo habría ganado casi cualquier otro año.

 

Nota: 9

Nota filmaffinity: 7.0 

sábado, 5 de julio de 2025

Seis días corrientes

Esta película la vi una de tantas veces que estaba en Movistar+ aburrido buceando y buceando sobre lo que ver.

Seis días corrientes relata una semana en la vida de Valero, Moha y Pep, trabajadores de una pequeña empresa de fontanería y electricidad de las afueras de Barcelona. Formada por seis capítulos que narran los follones en los que se meten en la reparación del día. Cada capítulo corresponde a un día de su semana laboral y se construye alrededor de la relación que se establece entre los protagonistas y los clientes que han solicitado sus servicios. Cada cliente tiene sus particularidades y sus necesidades, lo que pondrá a los fontaneros en situaciones bastante curiosas que nos sacarán unas buenas risas.

Se trata de una película pequeñísima, rodada cámara en mano, a medio camino entre un documental excéntrico y la comedia naturalista. Neus Ballús plantea con gracia escenas corrientes pero inusuales que ahondan en el realismo, haciendo que sea fácil identificarse tanto con los fontaneros como con los que les han contratado. Así, tenemos una reparación en una casa de lujo, un estudio de fotografía, un edificio de viviendas agrietadas…

El guión, también a cargo de la misma directora, está repleto de diálogos que reflejan cotidianeidad, cuyos personajes es fácil encontrar en nuestro día a día, respirando ternura y originalidad, sin olvidar un buen sentido del humor. Si repasamos la carrera de la directora, estos son elementos que encontramos a menudo, siempre con historias cercanas de gente corriente a la que le pasan cosas quizás no tan corrientes pero no por ello imposibles. Sabe aprovechar una y otra vez a unos actores amateurs para transmitir proximidad y cotidianeidad. Sin aspavientos ni alardes, sus guiones no buscan trascender ni transmitir las grandes verdades de la vida, simplemente, describir con gracia la vida de esos fontaneros que tienes que soportar un rato en casa mientras te arreglan lo que sea y luego se marchan.

Obviamente, se trata de una película hecha con dos duros y se le nota que va muy cortita de medios. Apostaría que muchas escenas están rodadas directamente en casa de miembros del equipo, pero cada elemento se aprovecha con imaginación para evitar dar la sensación de cutrez. Al final, todo resulta muy natural y realista.

Seis días corrientes triunfó en el mercado de los festivales de películas de bajo presupuesto (Valladolid, Lorcano, Gaudí, etc). Es una muestra del buen hacer de una directora que se mueve hábilmente en estos ambientes y ya ha cosechado una buena carrera con proyectos de este estilo.

Es una película muy menor, pero muy agradable, centrada en las vicisitudes de gente normal a la que le pasan cosas (más o menos) normales. Este entrañable (y muy modesto) slice of life se ve con una sonrisita confortable y además te deja una sensación calentita en el alma.

 

Nota: 7

Nota filmaffinity: 6.6