lunes, 18 de agosto de 2025

El insoportable peso de un talento descomunal

Cuando apareció el tráiler de esta película creía que estaba viendo un video chorra de alguien con mucha imaginación y buenas dosis de ingenio. Presenté mis respetos cuando me enteré de que era realmente Nicholas Cage, que se había prestado voluntario a una broma meta a su costa. Lo más curioso de todo es que, de alguna manera, alguien se lo tomó demasiado en serio y puso dinero para hacer la película y… bueno, una vez aprobada, tenían que hacerla, ¿no?

Así, tenemos a Nicholas Cage interpretando a la afamada estrella Nicholas Cage. Se trata de un actor de buena familia, con sus altos y bajos… Bueno todos lo conocemos. Hace de sí mismo, de “nuestro” Nicholas Cage. Con muchos problemas de drogas, algunos divorcios a sus espaldas y una hija que no le habla, acepta ser llevado como “atracción” a un cumpleaños para poder mantener su tren de vida. Sin embargo, allí la cosa se complica, implicándose de alguna manera en el secuestro de la hija del presidente de Cataluña (jé), por lo que los servicios secretos le instaran a que se convierta en espía, héroe de acción y buen padre, todo en uno (o algo así).

Sorprende como Cage ha abrazado su propio meme con tantas ganas y se haya mostrado a realizar una película tan meta sobre sí mismo y su carrera. Toda la película funciona sobre el cachondeo y la confusión entre el hombre y el mito, mezclando si se trata de un homenaje, una burla o una parodia de la concepción que tiene el público de la excéntrica estrella.

La estupefacción campa a sus anchas durante la primera media hora, con un buen puñado de chistes ingeniosos que hacen diana, presto a dejarte ojiplático a la mínima de cambio. Se suceden burlas a sus propias elecciones filmográficas, homenajes extraños (y muy incómodos), intentos de explicaciones que nadie había pedido, tramas absurdas basadas en combinaciones absurdas de tramas de sus propias películas… un poti-poti de memeces muy bien paridas que provocan un buen puñado de risas. La de veces que me he encontrado pensando “ah, esto es lo que tiene que hacerme gracia” para luego caerme de la risa cinco segundos después porque el chiste del chiste ha entrado bien. Lo malo es que no paran de insistir con este leit-motiv, convertido en un running gag inacabable que se hace cansino. Que sí, que lo hemos pillado, pero id a otra cosa, por favor…

Ahí es cuando la película parece que quiere naufragar. Una vez empieza el “percal” e intentan desarrollar una trama, uno se da cuenta de que aquí nada tiene sentido y la película atraviesa un valle muy peligroso. Por suerte, la inesperada química entre Pedro Pascal, Paco León (¡) y Nicholas Cage hace que se mantengan algunos destellos de brillantez que consiguen que no dejemos la película a la mitad. Está claro que los tres se lo han pasado muy grande en estas vacaciones pagadas en Mallorca, pergeñando extravagancias cada vez más rarunas en pos de este engendro de película.

Por suerte (o no), cuando el chicle ya no da más de sí, estamos ya cansados de patochadas y es imposible estirar más el chiste, va la película y decide convertirse en una obra de acción convencional durante su desenlace. Al abandonar la broma meta y convertirse en Con Air (jé), remata la trama con cierta corrección, sus escenas de acción resultonas, un poco de emotividad y aportando un poco de sentido (ejem) a este pifostio. Sin ser nada del otro mundo, permite despedirte del film con un buen sabor de boca, mejorando el resultado final.

A ver, la broma meta es muy loca y, de alguna manera que no acabo de comprender, la desarrolla bien, con lo que se saca de la manga algún chistaco de bandera. Sin embargo, ni es taaaaan divertida ni tiene taaaanta acción como se cree ella misma, lo que da como resultado un pastiche irregular con ciertos momentos de inspiración.

 

Nota: 4

Nota filmaffinity: 5.9 

miércoles, 13 de agosto de 2025

Neon Genesis Evangelion (el Manga)

Como no sólo de libros y películas vive el adicto, partí con la intención de traer de vez en cuando mangas, cómics y series. La verdad es que apenas se han pasado y, quizás, ya tocaba. Así que hoy hablaremos un poquito del manga de Neon Genesis Evangelion.

Uno de los clásicos de la ciencia-ficción dentro de los mangas, nos sitúa en un futuro próximo en el que la Tierra es atacada por unos monstruos gigantes, llamados Ángeles. La única línea de defensa radica en unos robots gigantes (los EVAs) tripulados por unos adolescentes, enfrentados a un reto que les supera por mucho. O al menos, este sería el planteamiento, porque luego la trama se complica sobremanera en dos vertientes. Por un lado, tenemos una serie de conspiraciones dentro de conspiraciones en la que se hace difícil conocer cuál es la verdad sobre lo que ocurre. Por otro lado, tenemos las tribulaciones de los tres adolescentes protagonistas, que malditas las ganas que tienen de subirse a un EVA y jugarse la vida cada día, pues bastante tienen con sus traumas y sus comidas de tarro de gran o enorme tamaño.

Se trata de uno de los pocos mangas realizados a partir de un anime pre-existente. Algún día hablaré de la serie en profundidad (personajes, implicaciones psicológicas, tramas, etc.), pero hoy me centraré en el manga derivado.  Publicado pocos años después de la finalización de la serie original, sus 10 tomos le otorgan un mayor espacio para explicar los mismos hechos del anime. Así, sin realmente cambiar nada, permite que la trama respire, añadiendo poco y trascendencia a una historia que en 24 episodios, ocurre demasiado a calzón quitado.

El objetivo de este manga es, dicho por los propios autores, servir a modo de aclaración y corrección de la historia original. Al aumentar el protagonismo de los secundarios (o darles espacio para expresarse), permite entender todos los sucesos que transcurren entre bambalinas, ocultos a ojos de los protagonistas, respondiendo así a muchas de las preguntas que permanecían en el aire y confundían a un espectador despistado. Así, comprendemos mejor los traumas de Shinji, la necesidad de aceptación de Akane, qué trabajo tiene Misato (y su amor), el origen de Rei (de los que se clavan en las entrañas) y, sobretodo, aporta orden entre el marasmo de tramas conspiranoicas que no había quien entendiera.

Y sobre todo, por el final. Los dos últimos capítulos de la serie original constituyen uno de los desenlaces más polémicos de su género. Cualquiera que los viera, a finales de 1995, sin más contexto que los 22 capítulos anteriores, se quedaría con el culo muy torcido, incapaz de entender qué ocurría. Se gastaron verdaderos mares de tinta discutiendo los hechos y las interpretaciones que implicaban las frases e imágenes mostradas. Este manga surge como necesidad de los propios autores de explicar un desenlace que no pudieron rodar de otra manera (cosa que contaré en la reseña del anime). Podríamos decir que, originalmente, los dos últimos capítulos se ven desde el punto de vista exclusivo de Shinji, enterándonos únicamente de lo que le ocurre. Podemos ver su desesperación al comprender que “ahí afuera” ha llegado el fin del mundo, que él es incapaz de hacer nada para evitarlo, pero al mismo tiempo debe tomar una decisión consciente de que ninguna solución es buena . El manga se explaya (un tomo entero) en explicarnos qué ocurre lejos, “fuera de Shinji”, permitiendo que entendamos “algo” de lo que ocurre. La paja mental es de bandera, no lo negaremos, pero no es tan confusa. Se pierde quizás el punto de fascinación del anime de “nomeenterodequéestaocurriendoperocomomolatodo”, pero resulta ideal para leer después de alucinar con la serie y así poder volver a empezar su visionado apreciando mejor qué ocurre en cada momento.

SPOILER. Debemos entender que, después del segundo impacto, NERV ha encontrado a los Adán y Eva original, y está experimentando con ellos, obteniendo un poder que va más allá de la comprensión humana. Dios no quiere que la Humanidad trastee con cosas que no comprende, así que envía a sus ángeles para exterminarla y recuperar a sus hijos. Por otro lado, Gendo está intentando hacerse con el control total de ese poder, a espaldas de NERV, para destruir a Dios y así permitir a la Humanidad progresar en su evolución. Por su parte, SEELE conspira para utilizar ese poder y conseguir la dominación mundial. Al final, Gendo se sale más o menos con la suya, destruyendo la poca cordura que guardaba Shinji en el proceso. Por si fuera poco, éste último se ve obligado además a tomar una decisión imposible sobre cómo debe desaparecer el ser humano, consiguiendo una nueva oportunidad gracias a su bondad. Se produce así un reinicio de la historia, ya sea para repetir los mismos errores o hacer las cosas de otra manera. FIN DEL SPOILER

A lo largo de los años, los creadores de Evangelion han hecho un montón de versiones sobre el mismo tema, cambiando hechos, poniendo y quitando personajes, permitiendo una suerte de revisitación continua de una misma trama, con diferentes interpretaciones y conclusiones. Cada X tiempo, te permiten volver a montarte en un EVA y maravillarte con las posibilidades que ofrece este nuevo viaje. Así, es posible que la versión que te ha llevado hasta aquí sea algo diferente y puedas llegar a un lugar distinto del que te arroja este manga.

El manga de Neon Genesis Evangelion, funciona como una obra complementaria del anime. Respeta su diseño y sus ritmos, presto a ser leído después de haber flipado por primera vez con la historia. Quizás ha quedado un poco olvidada para los nuevos lectores (Ya tiene 30 años) y tiene el mismo problema tetil de su época (estos japos salidos), pero es una fuente de referencias tan grande que cualquier friki (o no friki) debería darle un tiento, que la experiencia vale la pena. Ciencia-ficción de la buena, toneladas de acción de la buena y pajas mentales sobre el futuro de la humanidad de las buenas.

 

Nota: 9

Nota goodreads: 4.25/5

  

lunes, 11 de agosto de 2025

Pinocho de Guillermo del Toro

A pesar del parón de verano, continuamos por aquí. Después de una película que es pura cotidianeidad, hoy nos detenemos en una de las obras más bonitas que la animación ha dado en los últimos años.

No creo que haga falta presentar mucho una historia tan conocida como la de Pinocho: la marioneta de madera que cobra vida y sueña con ser un niño de verdad. Entremedias, pasará mil aventuras y se meterá en chorropotocientos follones.

Del Toro no inventa nada (o casi) en cuanto a su adaptación. La mueve un poco temporalmente y la sitúa en la Italia pre-fascista, por lo que las vicisitudes de Pinocho y sus amigos se entremezclaran con las del propio país, con aparición de Mussolini incluida. Lo que sí hace es contar cada entuerto con un virtuosismo tal que consigue maravillarnos con escenas que hemos visto mil veces.



Siguiendo una narración exageradamente episódica, cogemos rápido odio y cariño a los personajes que ya conocemos. Aquí el diseño de cada escena coge un tinte más oscuro (incluso) del esperado, pues la dura bota del fascismo se hace patente. El pueblo sufre los abusos de los poderosos, el miedo corre por las calles y la gente sin escrúpulos hace su agosto con los ingenuos como Pinocho. Después de todo, el detonante de toda la historia es un bombardeo sobre el pueblo de Gepetto.

Cada detalle que aparece en pantalla merece una felicitación por su trabajo de orfebrería en una animación que mezcla ordenador y stop-motion. El gusto en el detalle se aprecia en su meticulosidad a la hora de complementar la trama que se está desplegando, dando una pátina de tangibilidad a un cuento imposible. Nunca habíamos visto a Pinocho y sus amigos moverse en un lienzo tan bello y desasosegante como en este cuento tétrico que Del Toro ha creado.

Y es que este Pinocho tiene muy mala idea. Del Toro nos mete temas oscuros en vena, los adereza con un humor incómodo y la ingenuidad de un niño inconsciente de la trascendencia de las decisiones que toma. Se aborda el hecho de morir, la necesidad de guardar duelo y la posibilidad de redención (o falta de ella). Todo ello a un ritmo vivo, que no deja descansar y en un torrente de belleza que distrae de las brutalidades que se muestran en pantalla (o justo fuera de ella).

Se complementa con una partitura bellísima a cargo de Alexandre Desplat, que capta el tono melancólico del metraje. Saben emocionar como deben, profundizando en los sentimientos de los personajes, acompañando sin por ello decirte cómo debes sentir.

Pinocho fue uno de los Oscar de animación más cantados y obvios en bastante tiempo. Proponía una versión muy distintiva de una historia que conocemos, la contaba con mimo y además brindaba una obra de arte en cada encuadre. Simplemente magnífica.

La lástima es que El gato con botas – El último deseo coincidiera justo ese año. Nuestro peludo amigo habría ganado casi cualquier otro año.

 

Nota: 9

Nota filmaffinity: 7.0 

sábado, 5 de julio de 2025

Seis días corrientes

Esta película la vi una de tantas veces que estaba en Movistar+ aburrido buceando y buceando sobre lo que ver.

Seis días corrientes relata una semana en la vida de Valero, Moha y Pep, trabajadores de una pequeña empresa de fontanería y electricidad de las afueras de Barcelona. Formada por seis capítulos que narran los follones en los que se meten en la reparación del día. Cada capítulo corresponde a un día de su semana laboral y se construye alrededor de la relación que se establece entre los protagonistas y los clientes que han solicitado sus servicios. Cada cliente tiene sus particularidades y sus necesidades, lo que pondrá a los fontaneros en situaciones bastante curiosas que nos sacarán unas buenas risas.

Se trata de una película pequeñísima, rodada cámara en mano, a medio camino entre un documental excéntrico y la comedia naturalista. Neus Ballús plantea con gracia escenas corrientes pero inusuales que ahondan en el realismo, haciendo que sea fácil identificarse tanto con los fontaneros como con los que les han contratado. Así, tenemos una reparación en una casa de lujo, un estudio de fotografía, un edificio de viviendas agrietadas…

El guión, también a cargo de la misma directora, está repleto de diálogos que reflejan cotidianeidad, cuyos personajes es fácil encontrar en nuestro día a día, respirando ternura y originalidad, sin olvidar un buen sentido del humor. Si repasamos la carrera de la directora, estos son elementos que encontramos a menudo, siempre con historias cercanas de gente corriente a la que le pasan cosas quizás no tan corrientes pero no por ello imposibles. Sabe aprovechar una y otra vez a unos actores amateurs para transmitir proximidad y cotidianeidad. Sin aspavientos ni alardes, sus guiones no buscan trascender ni transmitir las grandes verdades de la vida, simplemente, describir con gracia la vida de esos fontaneros que tienes que soportar un rato en casa mientras te arreglan lo que sea y luego se marchan.

Obviamente, se trata de una película hecha con dos duros y se le nota que va muy cortita de medios. Apostaría que muchas escenas están rodadas directamente en casa de miembros del equipo, pero cada elemento se aprovecha con imaginación para evitar dar la sensación de cutrez. Al final, todo resulta muy natural y realista.

Seis días corrientes triunfó en el mercado de los festivales de películas de bajo presupuesto (Valladolid, Lorcano, Gaudí, etc). Es una muestra del buen hacer de una directora que se mueve hábilmente en estos ambientes y ya ha cosechado una buena carrera con proyectos de este estilo.

Es una película muy menor, pero muy agradable, centrada en las vicisitudes de gente normal a la que le pasan cosas (más o menos) normales. Este entrañable (y muy modesto) slice of life se ve con una sonrisita confortable y además te deja una sensación calentita en el alma.

 

Nota: 7

Nota filmaffinity: 6.6 

viernes, 27 de junio de 2025

El gato con botas - El último deseo

Como quince años después de su anterior entrega, el segundo Banderas más sexy se vuelve a enfundar el traje de furro. No es que nadie hubiera pedido una secuela a estas alturas, por lo que mi enarcamiento de cejas cuando se anunció fue bastante considerable. Pero bueno, uno devora (casi) todo lo de animación, así que…

El gato con botas, secundario de lujo en las películas de Shrek y meme andante, había provocado risas estupendas cuando estaba de estrella invitada, pero se había estampado con ganas cuando tuvo su propia película. Así que uno no iba con muchas expectativas al empezar esta secuela tardía, consciente de que me iba a encontrar algo bastante malillo

Y voy y me encuentro con este videoclip inicial que me pone el ánimo por las nubes.

El último deseo se sitúa bastante tiempo después de las anteriores entregas. Aquí encontramos a un Gato con Botas muy veterano que empieza a ver demasiado cerca la muerte. Después de haber combatido ese miedo con una huida desesperada hacia ninguna parte, llega a la conclusión de que sus mejores tiempos han pasado y lo mejor que puede hacer es retirarse y vivir tranquilo el resto de sus días. Pero bueno, el destino tiene otras ideas y se ve obligado a cursar una última aventura, con la muerte pisándoles los talones y la posibilidad de redimir una vida repleta de excesos con un último acto de integridad.

No hubiera esperado yo juntar El gato con botas y formidable, pero es lo que encontramos aquí. El último deseo es una película simpatiquísima donde todo funciona a las mil maravillas. Con un argumento que hila las aventuras que nos  han hecho disfrutar durante tantos años con versiones irreverentes de los cuentos de hadas más populares, tenemos un festival de ingenio repleto de humor bien encontrado, chistacos afiladísimos y personajes entrañables que se hacen querer.

El argumento abraza el más difícil todavía con muchísimas ganas en una cabriola imposible que se abre melones como si no hubiera un mañana: la importancia de la familia en quienes somos, los amigos son la familia que construimos, saber aceptar que el tiempo pasa y los buenos tiempos no volverán, carpe diem, todo ello aderezado con traumas, problemas de ansiedad y cómo lidiar con ellos. No se olvida de añadir un MONTÓN de asesinatos, construyendo encima un mundo de fantasía que recoge un montón de referencias a los cuentos clásicos que desborda ingenio, y encima lo hilvana bien con la trama. ¿Se puede pedir más?

Por si fuera poco, tienes al prota más carismático que uno pueda encontrar. Tanto la animación como Antionio Banderas dan el do de pecho y Gato se hace querer con ganas. Además, a su alrededor hay un elenco de secundarios que son capaces de echarse la película a las espaldas sin inmutarse: Gatita Garrassuaves, Perrito (cómo le quiero), los tres Ositos o el Lobo Feroz (cómo le quiero). Para terminar, tenemos a Jack Horner como unn antagonista de los que no se olvidan, con una mala idea y un colmillo retorcido que sorprende en una película “para todos los públicos”.

La animación – muy deudora del Spiderverso combina estupendamente el 2D y el 3D reforzando tanto las escenas de acción (no hay más que ver el vídeo de arriba) como los momentos más emotivos (todo lo referente al Lobo Feroz, por ejemplo). El mundo que se crea es vibrante, se percibe vivo y tiene profusión de detalles que hacen un montón de gracia, tanto en los castillos como en las prueba épicas. Y no olvidemos toda la secuencia final, que sabe homenajear a lo grande a los grandes dibujos animados de siempre.

El peor defecto de la película está en su poco oportuno año de estreno. A quien se le ocurre sacar una película tan redonda justo el año de Pinocho. Casi cualquier otro año, El gato con botas – el último deseo se habría llevado el premio gordo en los Oscar de Animación, pero se tuvo que conformar con la nominación. No le dio suficiente con ser una estupenda y encantadora película de aventuras, repleta de creatividad, atractiva, divertida, con un colorido y enérgico lenguaje visual, una notable evolución de personaje, y mucho más cargada de madurez y profundidad de lo que parece a simple vista


Quizás por lo poco que esperaba de ella y lo mucho que me ha dado, pero El gato con botas – El último deseo es una estupendísima película de aventuras en la que todo funciona a la perfección: personajes carismáticos y tridimensionales, una trama madura y trascendente sin perder un épica de diversión, acción a lo grande, chistes bien metidos y una animación de bandera. 100 minutitos divertidísimos.

Nota: 10

Nota filmaffinity: 7.0 

lunes, 23 de junio de 2025

Black Adam

Uno más de los bandazos de este universo DC que tantos quebraderos de cabeza ha dado a los fans en los últimos años. En una suerte de reinicio, Black Adam era la obra que iba a cambiar el equilibrio en los Súpers. Nada iba a ser igual, ni el mundo DC ¡ni nuestras vidas!

Black Adam es un súper de un país ficticio pseudoegipcio que, después de miles de años en hibernación, despierta para recuperar aquello que fue suyo. Ultrapoderoso e incontrolable, la Liga de la Justicia Suplente se lanza para detenerlo, pero ¡ay! Black Adam no es un malvado. Tiene agenda propia y no es precisamente buena gente, pero detrás de todo este follón un mal primigenio acecha su oportunidad….

Dentro de los personajes de cómic, mis conocimientos de DC son más reducidos, así que no tenía ni idea de que este personaje existía. Al parecer es uno de los malos característicos de Shazam, que con los años se había transformado un poco en el anti-héroe de “vale, soy mala gente, pero existen malos mucho más malosos que yo, así que voy con los buenos”.

Esta película tiene su origen en que Dwayne Johnson quería entrar en el mercado de los súpers. Corrían tiempos extraños dentro de Warner (DC) y, dado el inesperado éxito de Shazam!, Johnson decidió buscar cuál era el personaje relacionado que le fuera bien (Black Adam en este caso) y montar una película en torno a él, reiniciando un poco el trasfondo y teniendo en todo momento la sartén por el mango a la hora de decidir qué se hacía. Así, si sonaba la flauta y tenía éxito (po’ dio’, es La Roca, ¿cómo no iba a tener éxito?), él quedaba como el amo y señor del (ahora sí) rentable DCuniverse, montándose en el dólar a lo bestia con las secuelas.

Así, juntó a sus amiguetes (Jaume Collet-Serra en la dirección, etc.), convenció (timó) a los directivos de Warner para que le pagaran la película mientras él mantenía un control total (y 40M$ de sueldo) y tiró para adelante en un proyecto que tenía por objetivo “reequilibrar” el universo de Súpers de DC. Encima, convenció a Henry Cavill para firmar una escena tras créditos un tanto polémica (Cavill había salido rebotado de su Superman harto de las intromisiones de la Alta Dirección de Warner) que no contribuyó a calmar los ánimos en el DC studio. Al final, la recaudación se quedó en la tierra de nadie entre el “no ha perdido dinero” y el “ha sido un éxito”, por lo que se especuló durante mucho tiempo si se seguía esta línea argumental, no, en qué condiciones… Tiempos de indecisión que hicieron que Warner perdiera todavía más dinero y se decidiera a hacer un reset duro del universo (de hecho, ya llevan tres resets desde entonces).

Si algo es Jaume Collet-Serra es un director muy eficaz. Black Adam no tiene nada especialmente sorprendente, pero es entretendida. No llega a molar, pero no aburre en ningún momento. En un mundo ideal, en un universo rodado, habría sido más que suficiente para contentar al espectador, pero claro, no eran tiempos corrientes.

Así, tenemos una película MUY diferente a todo lo que venía haciendo DC.  Siendo una película moderna, tiene un sabor añejo, como si de pre-MCU se tratara que la hace la mar de interesante. Las escenas de acción son ciertamente espectaculares, luminosas, llenas de fuego y explosiones, perfectamente seguibles. Muy académico, en ese sentido. No innova, no se arriesga, pero pone todo en su sitio y cumple a la hora de dar 150 minutos de entretenimiento. Si quisiéramos enseñar a alguien una película que constituyera el canon de lo que debe ser una de Súpers, Black Adam es uno de los mejores ejemplos de ello.

Además, tiene la suerte de tener a un Dwayne Johnson que sabe que se está jugando muchos cuartos, con lo que lo da todo para conseguir que Black Adam mole. Como es tan buen actor, se queda un poco a medio camino (o muy al inicio del camino), pero se nota que se esfuerza. El resto del elenco es un poco más funcional, obviamente no tan implicado. Entre ellos se nota un Pierce Brosnan, que levantando una ceja ya tiene más calidad actoral que la mitad del elenco junto y roba cada escena en qué aparece. Eso no impide que cada uno de los súpers secundarios se sienta distintivo, pudiendo reconocer los traumitas y poderes de cada uno sin especial problema.

Tiene el problema, eso sí, de un exceso de minutos que un ritmo “épico” no contribuye a arreglar. La trama recuerda mucho a las primeras películas de Súpers de los 2000, más simple que el mecanismo de un botijo, con un desarrollo muy obvio y sencillo, con el que te tienes que hacer el tonto muchas veces para que funcione. Pero bueno, no tiene más función que la de servir de armazón para las escenas de acción que vienen incluidas. Se agradece que no abunden los diálogos de besugos, e incluso se las arregla para meter detalles del Universo DC sin que parezcan impostados. Un poco de tijera aquí y allá para que las tortas y las explosiones no estén tan alargadas le habría venido muy bien, pero bueno, en peores nos hemos visto.

Cada vez que hablo de Black Adam con alguien me encuentro que tengo que defender una propuesta entretenida y funcional. Arrastra fama de película horrible cuando se halla sin  problemas dentro de lo “decente”. Pero claro, las ínfulas con que venía para revolucionar el mundo de los súpers, las ganas que tenían muchos de que La Roca se estrellara y los Snyder-fans han provocado que sea una película vilipendiada cuando su única culpa es la de nacer en un universo ya muerto y enterrado.

Black Adam es una película fácil, estruendosa y tonta. Como la película de súpers más académica que uno pudiera concebir, es un divertimento de acción palomitera con cero complicaciones. Constituye un acercamiento muy distintivo del de la Liga de la Justicia y, sin ser una  película que cambie la vida de nadie, proponía el inicio de un Universo (o una línea argumental) que me hubiera gustado ver desarrollada.


Nota: 6

Nota filmaffinity: 5.2 

sábado, 21 de junio de 2025

Lazarillo de Tormes (Anónimo)

Mira tú que libros que aparecen en la Cesta’13 (Nº73).

Título: Lazarillo de Tormes

Autor: Lázaro de Tormes (Anónimo)

“Lázaro es un muchacho desarrapado a quien la miseria obliga a emplearse como sirviente. Las inocentes y a veces justificadas burlas con las que Lázaro se defiende de sus amos son castigadas con una crueldad brutal. Así, garrotazo a garrotazo, la simpleza y credulidad del Lázaro de las primeras páginas ceden paso a la sagacidad y a la astucia propias del más clásico y típico de los pícaros.”

El Lazarillo es uno de los libros de cabecera que todos los chavales tienen que leer en el instituto. Como no puede ser de otra manera, me tocó leerlo con gran placer, recordándolo con gran cariño. Después de todo, fue de los pocos libros que disfruté de su año.

Veinte años después y con unos cuantos años más a la espalda, ¿habrá cambiado mi opinión sobre ella?

Este libro es la primera novela “picaresca” de la literatura castellana. Algo ya de por si un hecho de gran importancia literaria, sino que también es un buen libro por mérito propio. Escrito en 1553 (casi nada), es el pistoletazo de salida a un género que caracterizó el siguiente siglo. Este tipo de libros seguían un esquema común: tenemos a un chico pequeño, muchas veces el bastardo de una prostituta, que hace lo que puede en la vida que le ha tocado vivir, llena de privaciones, de un amo cruel a otro, con mil vicisitudes de todo pelaje. Afronta con ingenuo optimismo los reveses de seres ambiciosos, pretenciosos y detestables. Siempre pasa mucha hambre, pero como sabe ser ingenioso, acaba por salir adelante.

La historia – contada en este caso por un Lázaro ya adulto – no intenta ser divertida, ya que sólo retrata la hipocresía de la sociedad, pero se las arregla para contener un buen puñado de chistes  que harán reír a más de uno. La atmósfera es realista y deprimente, poblada de un puñado de personajes memorables (mi cariño para ese ciego cabrón y al escudero que prefiere pasar hambre a revelar que es pobre y pasa apuros). El tono es deliciosamente irónico, muy propio de la picaresca castellana.

Lázaro empieza con un amo ciego que le maltrata, salta de ahí a un clérigo que sólo le da cebollas mientras guarda el pan bajo llave, un escudero más pobre que las ratas, un fraile corrupto… pero poco a poco su vida va mejorando, aprende a leer, prospera y consigue un trabajo honrado y una mujer que le es fiel (jé). Siempre mejorando, pero siempre mostrando una sociedad llena de trapicheos, hambre y gente que hace lo que sea para salir adelante.

Leyendolo hoy en día, sorprende lo fácil que entra. A pesar de las burradas que propone, no se pierde en ningún momento un tono de comedia muy bien encontrado. Después de todo, si no es por los chistes, costaría soportar según qué barbaridades. Aunque hay versiones más actualizadas, lo leí en castellano antiguo. Entendible a la que pones un poco de atención. Además, apenas dura 80 paginitas, por lo que te lo puedes ventilar en una tarde.

El lazarillo es un libro que te saca la sonrisilla cómplice, con algún chistaco bien metido, pero se lee con agrado. Con casi 500 años a sus espaldas, las aventuras de este desharrapado siguen siendo divertidas.

 

Nota: 8

Nota goodreads: 3.5/5