jueves, 2 de enero de 2025

Recomendaciones (o no) de Mt del año 2024: Libros

Hola a todos, como cada cambio de año, toca hacer un poco de balance y contemplar con qué nos hemos estado aburriendo esta vez. Mis recomendaciones sobre en qué (y en qué no) dedicar vuestro tiempo con la idea de pasar un buen rato agradable y, sobretodo, ser felices. Primero, vamos con lo que toca, que si no se me enfadan.

¡FELIZ AÑO NUEVO!

Como cada edición, empezamos por la sección de libros. No en vano es lo que empezó esta historia y siempre tiene su preferencia. Recordemos una vez más, mis normas. Se trata de mis libros favoritos que he reseñado este año, sin importan de qué año proceden. Se puede comprobar que ninguna de mis elecciones son especialmente recientes, e incluso hay un libro con más de un siglo, buena muestra de que estoy a la última en estos temas. En fin, a lo que vamos.



El primer problema es que este año he reseñado muy pocos libros (¡10!), lo que reduce especialmente las posibilidades entre las que escoger. Además, ha sido especialmente curioso porque hay la mayoría de libros han estado MUY bien e incluso los más flojos demostraron cierta calidad en lo que pretenden, por lo que las elecciones no han sido fáciles, tanto para lo bueno como para lo malo. Empecemos por el principio y vamos con

LO BUENO

Dos libros británicos y un libro francés, muy de nicho todos a su manera.

Empezamos por una biografía muy particular sobre un ciclista inclasificable. Éramos jóvenes e inconscientes retrata la vida deportiva de Laurent Fignon, que destacó durante los años 80. Siempre importante, pero casi nunca entre los titanes, esta autobiografía retrata con mala idea recaditos del pasado, momentos de gloria y lamentos por lo que pudo ser y no fue. Hará las delicias de cualquiera que guste del ciclismo y se acuerde de la figura del francés. Si eres ajeno a este mundillo, tiene la especial gracia de centrarse más en la persona que en el ciclista, por lo que te dará una lectura agradable en la que conocerás a un personaje que era genio y figura hasta la sepultura (con bastante literalidad).

Ahora nos vamos a hace más de cien años y nos ponemos con uno de los mitos fundacionales de la iconografía del terror mundial. Drácula es un referente del que no hace falta dar más detalles. Es una novela con la que entender la importancia de los pioneros y porqué hemos de respetarlos y honrarlos. Permite muchas relecturas fijándote en diversos detalles, aunque sea sólo para ver de donde surgen las influencias y comprobar cómo han evolucionado con el tiempo. Un lector poco avezado puede tener una experiencia extraña por su peculiar estructura, pero sin duda, nos hace pasar un buen (mal) rato, creando una historia con una capacidad de fascinar al alcance de muy pocas. Drácula es una pasada en todos los sentidos.

Finalmente, nos vamos con otra novela “de deportes”, pero que es una experiencia rotundamente diferente. Con la excusa de narrar los 44 días que el entrenador Brian Clough estuvo empleado en el Leeds United, en Maldito United tenemos un retrato de un personaje de carácter obsesivo, dispuesto a todo por ganar, pero imbuido en su paranoia al saberse traicionado por aquellos que aprecia. ¿Puede una novela de deportes, que incluye una biografía de un personaje despreciable, en la que se sabe qué va a ocurrir, ser emocionante e intrigante? ROTUNDAMENTE, SÍ. No es fácil que un partido de fútbol se acerque al terror, y Maldito United lo consigue por momentos. Rara con ganas, confusa en algunos momentos, pero probablemente la mejor novela deportiva que he leído. Mis dieses, Mr. Peace.

LO PEOR

En cuanto a lo malo, me he sorprendido al llegar a plantearme que debía de dejar la sección desierta, pues veía que el peor libro era incluso un libro que estaba más que bien, que de ninguna manera se merecía ser destacado negativamente. No sabía bien cómo hacerlo pero al final recordé que SÍ había leído un libro malo este año. Se trata de una repetición de una lectura pasada que que incluso ya fue destacada en esta sección. No sé en qué pensaba a ver si con los años lo miraba con otros ojos, pero mira, repite, que tiene su mérito.

Al releer El Ocho después de tantos años, me sorprendí al comprobar que seguía siendo una obra viciante. Sí, los años no le habían pasado en balde, pero seguía funcionando como un buen mencanismo de relojería. Envalentonado por ello, decidí comprobar si El fuego era tan decepcionante como cuando la reseñé allí por 2011. Efectivamente, lo era. Es una obra aburrida, mal diseñada y con una cantidad de errores desmesurada. Si os gustó el Ocho y queréis saber cómo continua todo… No perdáis el tiempo, que esto es malo con ganas. 

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