Metámonos con las películas. Siempre es lo que más ocupa aquí, así que es fácil que tenga problemas (una vez más) a la hora de escoger las galardonadas en ambos aspectos. Como este año he estado bastante distraído por mil cosas (oposiciones y tal), sólo ha habido 31 reseñas entre las que escoger. Obviamente, muchas menos de las habituales. Lo que no impide que hayan caído algunas cosas buenas. Como siempre, yo no cuento con que hayan sido películas estrenadas este año ni me quedo con las novedades (eso nunca ^^), sino que para poder salir aquí es necesario que las haya reseñado este año, sin importar de cuándo son o cuántas veces las haya visto.
Pero bueno, vamos con la mandanga.
LO
MEJOR
Empezamos
por una película compleja, de las que tiene un título que engaña. ¡Olvídate de
mí! Es una comedia romántica que está desordenada. Su aproximación mediante
la ciencia-ficción le permite dar el punto extra de subvertir las expectativas
y obligarte a pensar sobre cómo reaccionarías en una situación u otra.
Sorprende su cinismo al diseccionar qué nos hace estar juntos, pero luego está
llena de ganas de vivir, de disfrutar y de disfrutar de un día más en este
mundo con una fuerza de la que pocas películas disponen. Que no os despiste el
título, aquí hay más chicha de la que parece.
Ahora
nos vamos a un clásico. Ésta vez no tiene un siglo, pero casi. Alarma en el expreso es una de las últimas películas de
Hitchcock antes de dar el salto a los EEUU. Jugando con una desaparición en una
habitación cerrada (un tren bloqueado por la nieve), nos hace estar 90 minutos
en deliciosa tensión mientras una bienintencionada jovencita está a la búsqueda
de una viejecita que, curiosamente, nadie recuerda haber visto. En algunas
cosas es tan ingenua que se hace entrañable, pero en otras sabe manejar la
tensión como las mejores propuestas de siempre. Parece mentira que esta película
tenga casi un siglo y siga siendo capaz de pegarte al asiento.
Finalmente,
nos ponemos con una veterana que, de hecho, ya se ha pasado por aquí en el
pasado. No me gusta repetir, pero La princesa Mononoke es una película que me toca la patata
de tantas maneras que no puedo sino disfrutar como un enano cuando pasa por la
pantalla. Un canto al amor por la naturaleza, al respeto y, sobretodo, a la
comunicación entre comunidades en la búsqueda de un progreso común. Todo ello
jugando con una animación exquisita en un mundo fantástico repleto de belleza
en que cada fotograma es una obra de arte. Casi me dan ganas de volver a
ponérmela ahora mismo.
LO
PEOR
La elección aquí ha sido muy fácil. Sólo ha habido una película que merezca – sin asomo de dudas – la calificación de execrable. Como secuela tardía que nadie había pedido Zoolander 2 le pone ganas a repetir todos los tropos que habían convertido a su predecesora en una comedia de culto que se descojonaba de la moda y el star system de los EEUU. Las aventuras del modelo // agente secreto más improbable falla en el tono, sobrepasa en mucho la vergüenza ajena, dejándote en muchos casos con la duda de si los guionistas realmente creían que te ibas a reír con la mayoría de los chistes. Lo peor que le puede pasar a una parodia es no ser graciosa y es lo que ocurre con esta película.
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