Seguimos con las películas
ligeritas, para descansar la mente. Con este título y la firma de Apatow, los
brochazos de humor grueso están asegurados.
Ben es un “niño grande” sin
oficio ni beneficio, que vive la vida padre de porro en porro y de peli porno
en peli porno. Jennifer es una periodista esforzada y obsesionada por su imagen
que lucha por salir adelante en el telenoticias. Una noche de juerga y
estupideces hacen lo que no tienen que hacer y acaban embarazados. Obviamente,
esto trastocará la vida de ambos, obligando a Ben a madurar “un poco” y a
Jennifer a no centrarse tanto en su trabajo.
Miras el título, el actor
principal, el director… tiene toda la pinta de comedia gamberra y grosera. Y
así es durante los primeros cinco minutos. Luego, a partir del embarazo, se
transforma en una comedia romántica muy azucarada. No acaba de funcionar ni
como una cosa ni como otra, pero en ningún momento acaba provocando vergüenza
ajena. Me sorprende la dulzura y la “corrección política” que se sigue en todo
el tema del embarazo, tratado con más respeto del que esperaría en estos locos.
ACTORES: Este tipo de
películas suele requerir que los actores apenas se esfuercen lo mínimo. Por ello
sorprende lo naturales que están ambos actores en sus papeles principales.
Aunque sus personajes son planos e incoherentes, los realizan con una
inesperada sinceridad, con una química entre ellos que funciona cuando nadie lo
podría prever. No obstante, los dos principales secundarios (la pareja de la
hermana de Jennifer) son excesivamente histriónicos e inestables, gratuitamente
paranoicos y provocando repulsión en algunos momentos.
DIRECTOR: Como siempre,
Apatow hace una película fresca y ligera, a modo de entretenimiento inocuo. A
pesar de su larga duración (más de dos horas), el ritmo no se hace cansino y el
desarrollo pasa por todos los tópicos esperables sin excesos ni estridencias.
No acaba de quedar muy claro en qué género quiere quedarse y peca de un exceso
de buenismo inusual, pero no hay apenas nada que destacar o criticar.
GUIÓN: No es nada nuevo,
pero el mayor problema de Apataow es el filtro. Piensa un tema sobre el que
articular la película, embute todos los gags que se le ocurren y, sin quitar
ninguno, los enchufa de manera más o menos coherente. Esto provoca una
diversidad de chistes exagerada, encontrando buenos, ñoños, groseros y otros
muy estúpidos y casi ofensivos.
Una vez situado “el
problema”, la película es agradablemente predecible y pasa por unos cánones de corrección
política exagerada en algunos momentos. Abusa de tópicos e histerismos del
embarazo, pero parece hecha con cierto cariño.
Será que el director ha tenido un niño y tenía ganas de hacer una
película sobre ello.
Los personajes son
abiertamente estúpidos e inconsistentes, con todas las reacciones forzadas para
que casen con las situaciones planteadas, y los diálogos se exceden de lo
estúpido en algunos momentos. No obstante, ninguno de estos defectos dejan de ser algo esperado.
El embutido de chistes groseros articulado en torno al esquema de
una comedia romántica provoca un conjunto desigual, mucho menos ofensivo de lo
que podía esperarse, pero no por ello para todos los públicos. Es un
entretenimiento ligero y olvidable que se deja ver si no eres muy exigente y no
te importan según que groserías ni según que excesos edulcorantes. Lo que sí está claro es que todos se lo han pasado en grande haciendo la película.
Nota: 3
Nota filmaffinity: 5.5
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