Pues ya tenemos aquí la
quinta parte de las aventuras de Uriel Ventris, que ya son! Para los viajes me
gusta llevarme lecturas ligeras, y los libros de Wh40k son siempre bienvenidos.
Entretenidos y que requieran pensar poco, ¡perfectos para desconectar!
Título:
Coraje y Honor
Autor:
Graham McNeill
Título
original: Courage and Honour
“En
el universo de Warhammer 40.000 los nobles Ultramarines, guerreros
genéticamente mejorados para proteger al Imperio de sus enemigos, son los
Marines Espaciales por excelencia. El capitán Uriel Ventris, recién llegado del
Ojo del Terror, debe redimirse a ojos de sus hermanos de batalla, que temen que
haya sido tentado por el Caos. La invasión del planeta Pavonis por parte de los
Tau será la oportunidad perfecta para que Uriel se una a su capítulo y
demuestre que su honor está fuera de toda duda.”
Después de los hechos
acaecidos en Cielo muerto, sol Negro
y en Campo
de la Muerte, el Capitán Uriel Ventris ha conseguido volver a Ultramar.
Allí es recibido con desconfianza y recelo. Ha cumplido su castigo y las tareas
de muerte encomendadas, por lo que deberían reintegrarlo al capítulo. Pero
claro, vuelve de un mundo demoníaco y no acaban de confiar en que se haya
mantenido puro… Es enviado a una misión de poca monta en Pavonis (lugar
donde sucedió el primer libro), donde no debería suceder nada especialmente
importante, para así estudiar su comportamiento antes de darle tareas vitales. Lo
que nadie se espera es que los Taus tienen pensado invadir ese planeta y, como
los Ultramarines no se detienen ante nada, ya tenemos el festival montado.
Y es que es eso lo que
narra el libro: tenemos una campaña completa de una invasión Tau, desde que
aparecen los primeros exploradores a sondear el terreno hasta que todas las
escaramuzas acaban definitivamente. No hay tramas complicadas ni conspiraciones
ni espacio para disertaciones o descripciones floridas. La acción está bien
llevada y desarrollada, los eventos transcurren en un crescendo muy escalonado, fácilmente seguibles y con el punto de
tensión adecuado para que avances con ganas. Simple y llano, buenos contra
malos, avances de los frentes, tiros por todos lados, un ritmo bien calculado y
acción a gran escala al estilo McNeill. Mola.
Todo el desarrollo de las
batallas es seguido desde diferentes puntos de vista, con muchos cambios de
lugar, ya sea desde los Ultramarines, las fuerzas de la Guardia o la reacción
de los civiles; lo que da lugar a un buen retablo de todos los hechos que
ocurren. A modo de Leit motiv, se va
dejando caer continuamente la necesidad de todos de luchar con “Coraje y Honor”,
como recordatorio de que es la única manera de colaborar entre los diferentes
batallones y eliminar así a un enemigo común. Por otro lado, la manera de
combatir de los Taus es muy particular, y apenas había aparecido en las
novelas. Como es diferente y está muy bien reflejada, le añade mucha frescura a
la lectura.
El protagonismo sigue
recayendo en el Capitán Uriel Ventris que, de vuelta en su puesto, se siente continuamente evaluado al llevar a cabo
su tarea. Necesita probarse a sí mismo de que sigue siendo digno de servir en los
Ultramarines y se obsesiona ante la posibilidad de cometer un fallo, sopesando
en todo momento sus decisiones para evitar el más mínimo error. Ha pasado por
mundos demoníacos y eso se nota, ya que ha perdido el candor y el optimismo
inquebrantable que tenía antes, dando lugar a un alma mucho más madura y menos
ingenua.
El Sargento Pasanius es sustituido por Learchus, (estoy seguro de que Pasanius
se cayó de la obra a mitad de escritura, al molestar su presencia en el
desarrollo de la acción). Este último ya había aparecido en los dos primeros
libros, destacando por su rigor y su férrea defensa de la manera “correcta” de
hacer las cosas. Tras la desaparición de Ventris, se había convertido en el
primer favorito para sustituirle, y, justo cuando iba a ascender, reaparece el capitán. Evidentemente, esto provoca un cierto resquemor en Learchus, que le
considera alguien indigno de comandar la compañía, dando lugar a algunos
enfrentamientos dialécticos interesantes.
Por otro lado, me gustaría
destacar el seguimiento que se hace a Plumarroja,
el jefe de los Kroots. Va apareciendo aquí y allá en las escaramuzas y, sin
decir una palabra en ningún momento, se convierte en un malo con bastante
gracia, regando de sangre el camino a su paso.
Otra cosa que he encontrado
-y no es habitual- es una velada crítica al modelo de funcionamiento del
Imperio de la Humanidad. Sin ahondar en ello, se van dejando caer piedrecitas
sobre los puntos más oscuros y despiadados de la forma de gobernar,
comparándolos con el modelo feel good
de los Taus -que luego no es tan bonito como lo pintan-. La vida de los civiles
tiende a ser un aspecto olvidado en estos libros, y siempre es adecuado que te
lo recuerden…
En resumen, tenemos un
libro con todo lo que tiene que tener una novela de Wh40k: acción bien resuelta,
una trama mínima pero aceptable, personajes sólidos, un par de momentos para fliparse un
poco y un buen ritmo que asegure buena diversión. Para fans de la franquicia,
se convierte en una ensalada de tiros más que correcta y contribuye a aumentar
el nivel de la saga a falta del colofón final.
Un poco más de chicha en la trama se hubiera agradecido pero divierte con ganas.
Nota: 7
Nota anobii: 4/5
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