sábado, 29 de junio de 2013

El hombre de acero

El blockbuster de este verano viene con unas mimbres muy bonitas: El desparrame orgásmico visual de Snyder colaborando con el reinventor del oscurantismo narrativo y maestro del Caos Nolan. ¡De ahí iba a salir algo bonito, seguro! Que se atrevan con un héroe con tan poco fondo como Superman… Bueno, no es tan oscura y desasosegante como Batman, ni tiene el humor de Spiderman, Ironman o los Vengadores -que Clark kent no es Tony Stark!- pero la espectacularidad está asegurada.


La película empieza con un fastuoso flash-back del fin de Krypton, explicándote no sólo los inicios de Superman sino también los del General Zod. Una vez destruido Krypton, saltamos a la Tierra, donde un joven Clark Kent busca su lugar en el mundo, intentando pasar desapercibido, pero sin poder evitar ayudar a la gente. Es consciente del miedo que le tendrá la gente cuando sepa qué es capaz de hacer, por lo que se esconde. La llegada del General Zod le obligará a mostrarse al mundo, para así evitar la extinción de la raza humana.

Mi impresión es que es una película que, por planteamiento y situación, está pensada para Nolan: la necesidad de dotar de una complejidad gratuita a todos los personajes, el planteamiento casi místico, las reflexiones éticas sobre el poder… Pero que luego perdió interés por dirigir el proyecto ¿Acoso no sabía cómo acabarlo “bien”? Y le acabó pasando el caramelito a Snyder, para que se flipara con presupuesto infinito. Si a este hombre le das un guión más o menos bien parido, tienes garantía de que te va a hacer una cosa bien bonita.

ACTORES: Cuando los fuegos artificiales no están dominando la pantalla, un buen trabajo actoral te ayuda a dar empaque a la película, esto sucede especialmente con los secundarios masculinos, pues Costner y Crowe cogen a sus endeblemente caracterizados personajes y les dotan de una enjundia destacable. Igual pasa con Michael Shannon, que compone el mejor malo de Superman que hemos visto en las películas y reparte atún para dar y tomar. Incluso Lawrence Fishburne hace un Perry White con empaque! Amy Adams, en cambio, hace una Lois Lane totalmente desdibujada y poco creíble, lo más flojo del elenco con diferencia -tampoco es que el guión le ofreciera mucho más-. Henry Cavill es quién tiene la responsabilidad de hacer a Superman y realiza su trabajo con bastante dignidad. Sabe ser lo suficientemente duro cuando tiene que serlo y evita parecer el “boy-scout salvavidas” típico.

DIRECTOR: La labor de Snyder se puede ver perfectamente reflejada en la hora final de la película. El espectáculo visual es abrumador, deslumbrante y burrísimo. Una pasada de explosiones, destrucción y desparrame apoteósica. La pelea final entre Superman y el general Zod es un prodigio de coreografía, ritmo y bastardidad.
Básicamente: PAM! Tres edificios atravesados, espera que vuelvo, abro otro agujero a los edificios, cojo una viga y te arreo con ella! A volar!! Yo cojo un coche y te lo estampo en la cabeza! Y yo un vagón del metro! Y…. Esta vorágine de destrucción se muestra con todo lujo de detalles, excesiva pero brutalmente convincente.
De la misma manera, el extenso prólogo en Krypton es un espectáculo visualmente sugerente, que da ganas de re-visitar en un posible spin-off si alguien se atreve a hacer un guión sobre ello.
Entre ambos ejemplos de fuerza visual, una serie de flashbacks nos cuentan -mas o menos- una historia que los enlaza y explica. El ritmo de este interludio es bastante lento y, aunque no llega a aburrir, se pierde entre incoherencias e intentos de profundizar en la psicología de los personajes que Snyder no es capaz de aprovechar. Muy bueno cuando se le puede ir la castaña, justito al rodar escenas “normales”.
La imaginería de la película está muy bien trabajada, como sería esperable viendo el presupuesto. El diseño Kryptoniano es precioso y orgánico, deshumanizado pero bonito. Además, Superman pierde por fin sus ridículos calzoncillos por fuera y tiene un traje bonito y acorde a los gustos actuales!

GUIÓN: Dentro del guión, encontramos muchos trazos del estilo de Nolan, ya sea por presentar a un héroe mucho menos ingenuo, por buscar conflictos morales o por la consistencia de los personajes masculinos y la falta de consistencia de los femeninos… Pero luego no está trabajado muy a fondo y aparecen incoherencias graves, como la muerte de Jonathan Kent –ridícula- o la manera de forzar protagonismo porque sí para Lois Lane. Temas planteados y motivaciones que desaparecen a mitad de película se encuentran con tratamientos decisionales mucho más serios de lo que sería esperable dando lugar a un conjunto muy irregular. Yo creo que Snyder encuentra que hay temas para entrar en profundidad pero decide pasar de todo y dedicarse a hacer una película de acción muy, pero muy pasada de vueltas.

Sorprende, eso sí, que este Superman no sea el héroe que tenga que esconderse. Por fin, deja de dedicarse a salvar niños repelentes que caen por las ventanas ni parece tener mucho aprecio por las vidas humanas, se pasea por entre los soldados como un verdadero prodigio y será admirado por todo el mundo después de salir del “armario”.

Para explicarlo recurriré a las ideas de otro flipado, el certero Quentin, en Kill Bill: “Uno de los elementos principales de la mitología del superhéroe es que hay un superhéroe y hay un alter ego. Batman es en realidad Bruce Wayne, Spiderman es en realidad Peter Parker… Tienen que ponerse un disfraz para convertirse... Y es ahí, en esa característica, donde Superman es único. Supermán no se convirtió en Superman… Cuando Superman se levanta por la mañana, él es Superman. Su alter ego es Clark Kent… Las gafas y el traje de negocios es el disfraz que Superman lleva para integrarse entre nosotros. Clark Kent es tal como Superman nos ve a nosotros… Clark Kent es la crítica de Superman a toda la raza humana”.

Es en este aspecto que Zack Snyder cumple, y de manera notable: Superman se nos aparece como el superhéroe entre superhéroes, no tiene que demostrarle nada a nadie, simplemente representa a un semidiós que protege a la raza humana de sus amenazas y debilidades.

¿Es una película buena? No. Tiene demasiados errores y su historia es notablemente inferior incluso a muchas películas de superhéroes. Las partes “Nolan” y las partes “Snyder” son demasiado reconocibles e irregulares pero… ¡vaya flipada! Pocas películas pueden presumir de mostrar una pelea de dioses tan bien como esta. Yo, al menos, me lo he pasado en grande con ella.

Nota: 6
Nota filmaffinity: 6.5

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