Aunque Orson Scott Card nos
había deleitado con una magnífica trilogía después de su magistral El juego de Ender, para celebrar el 25º
aniversario de su obra más conocida decidió publicar una nueva entrega, situada
entre El juego y la trilogía
posterior. Es decir, inserta una segunda parte entre el resto de libros de la
saga. Desde que me enteré que salía, tenía muchas ganas de atacarlo, ¡así que
ya tocaba!
Título: Ender en el exilio
Autor: Orson Scott Card
Título original: Ender in
exile
“Ender
en el exilio ocurre unos cincuenta años
después de lo narrado en El juego de Ender y 2650 antes de La voz de los Muertos, y enlaza también con la serie La sombra de Ender, gracias a
un uso inteligente de los efectos relativistas.
Ender
Wiggin, tras vencer a los insectores y dejar la Escuela de Batalla, parte a la
búsqueda del planeta en el que se habían reunido las Reinas Colmena de los
insectores para intentar entender por qué se hallaban todas en un único
planeta, lo que hacía a su especia extraordinariamente vulnerable.
Ender
recala en la Colonia Ganges, fundada por Aquiles. Pero el comandante de la nave
que lo lleva desea convertirse en el poder en la sombra detrás de Ender o,
cuando menos, enviar a éste de nuevo a la Tierra para quedarse con el poder.
Ender
ve venir el golpe y lo previene, ya que sigue siendo un excepcional estratega.
Tras
veinticinco años de éxito, llega al fin la tan esperada continuación de El
juego de Ender, una de las novelas más
famosas de la moderna ciencia ficción.”
El resumen de la contraportada es horrendo, pero sí que da una idea general. En El juego de Ender conocíamos al Ender
niño que aprendía a luchar contra los insectores y en La voz de los muertos nos encontrábamos con un Ender ya adulto,
buscando redención tras las guerras. Nos faltaba parte de la
historia, ¿qué le ocurre al Ender adolescente antes de llegar a la colonia Lusitania?
Para llenar este vacío surge Ender en el
exilio, que se sitúa inicialmente de
manera simultánea a la saga de Bean y La
sombra, aunque pronto la deja atrás siguiendo los pasos de Ender.
Evidentemente, no es una
obra maestra como su predecesora, pero sí una buena novela de ciencia-ficción,
con las intrigas, conspiraciones y luchas por el poder marca de la casa, junto
con una gran calidad en la construcción de los personajes y una prosa muy
sencilla pero a la vez muy profunda y bien escogida.
Se puede dividir en tres
partes bien diferenciadas:
-
En la primera se te novelizan los hechos que
provocan el exilio de Ender. Se habían
relatado en otros libros, pero en ningún momento se había profundizado en
ellos, simplemente pasaban. Ahora se te explican en detalle. La situación
sociopolítica y el efecto que el “arma Ender” tendría en la Tierra están
perfectamente explicados y te meten bien en situación para que puedas comprender todas las
motivaciones de cada uno de los personajes.
-
Luego se nos cuenta el viaje a la colonia
Shakespeare y los sucesos que ocurren una vez Ender llega. Como “compensación”
por su exilio forzado, es nombrado Gobernador, algo con lo que Quincy Morgan,
el comandante de la nave, no parece estar de acuerdo. Durante el viaje, Ender
se verá obligado a defender su posición contra las ambiciones de Morgan. Card
aprovecha esta disputa para reflexionar sobre las cualidades de un líder, la legitimidad con
que uno puede pretender tener la autoridad y qué hacer en caso de conflicto por
el poder cuando no hay con que basarlo-el gobierno de la humanidad se
encuentra en la Tierra, a 40 años/luz de distancia-.
-
Finalmente, Ender llega a la colonia Ganges,
dónde otra vez se encuentra inmerso en una disputa por el poder. En este caso
entre Virlomi, antigua dictadora en la Tierra y legítima gobernante de la
colonia, y Randall Firth, el más capaz y el mejor dotado para gobernar de todos
los humanos del planeta.
En todo momento la trama
está muy bien hilvanada, el planteamiento de la situación está muy logrado y
el posterior desarrollo mantiene buenos niveles de tensión y ritmo. La
trascendencia de los hechos es obviamente inferior a El juego de Ender, pero esto no impide que las luchas por el poder
y las reflexiones éticas tengan su gracia. Como siempre en Card, las
situaciones y los clímax de tensión están muy bien conseguidos y trabajados,
todas las puntadas tienen hilo, los personajes están muy bien construidos y los diálogos son agradablemente punzantes y
certeros.
No obstante, se pueden
encontrar dos inconvenientes obvios con la última parte del libro, que entra
además en conflicto con el resumen de la contraportada. El principal
inconveniente que veo al leer este libro es que todo lo que ocurre en la
colonia Ganges está muy relacionado con el final de La sombra del Gigante y se requiere haber leído toda la saga de
Bean para pillar todo lo que ocurre. Si no te lo has leído, la cosa pierde. Principalmente porque te chafan el final.
Además, está el problema de
la longitud de los fragmentos: mientras vas leyendo el libro, ves que Card dedica mucho tiempo a
disponer las motivaciones de la marcha hacia Shakespeare, dejando caer que
habrá un posterior viaje a Ganges -preparando el terreno-, es decir, da la idea
de que la estancia en Shakespeare durará poco y se viajará pronto a Ganges.
Cuando ves que tanto el viaje como los sucesos en Shakespeare empiezan a ocupar
páginas y páginas -muy interesantes, eso sí- y el libro se va quedando sin espacio, te
viene la idea de que quizás lo de Ganges se reserva para una segunda entrega.
Sin embargo, a ochenta páginas del final, se da carpetazo a Shakespeare y se
despacha Ganges en un pim pam. No es que remate mal la historia, pero sí que
deja cierta sensación de apelonotamiento. Como si, de repente, se hubiera
quedado sin espacio en el libro y se hubiera puesto a recortar. La única
explicación que le encuentro es que la historia fuera a estar situada inicialmente en Ganges, pero que luego el
resto de la historia le “creciera” y se viera obligado a quitar espacio, sin
que el editor le permitiera ampliar páginas.
Como es habitual en Card,
la historia se sustenta en unos personajes muy trabajados, complejos y
realistas. Despliegan una profundidad inusual que da mucho valor a lo que
ocurre, incluso en los momentos más nimios consiguen que te impliques y quieras
saber más.
Tal como ocurría en El juego de Ender, el protagonismo recae
en la figura de Andrew “Ender” Wiggum,
el genio de la estrategia, criado para ser el mejor general que puede dar la
humanidad. En El juego de Ender contemplábamos
como el alma de Ender se iba destruyendo a medida que avanzaba su
entrenamiento, ahora Ender se enfrenta a algo para lo que su adiestramiento no
le ha preparado: la vida como civil. Card lo obliga a transitar por un duro
camino. Ha regresado de la guerra sin heridas aparentes, pero está roto y vacío
por dentro. Se debate continuamente entre sentimientos de vergüenza y culpa por
haber aniquilado y destruido a miles de millones de seres pensantes (una
especie entera), pesadillas recordando todo lo ocurrido, auto-flagelación por
haber fallado a todos aquellos hombres a su cargo que murieron en las batallas…
En todo momento parece intentar levantar la cabeza y salir adelante, pero no se
ve capaz, no es capaz de encontrar un simple motivo por el cual él merezca
vivir. Convierte el resto de su existencia en una vida torturada en que intenta
todo el rato compensar a los vivos por los errores del pasado, dedicándose a
buscar lo mejor para la humanidad.
Ni siquiera la presencia de
su hermana Valentine le permite
levantar el ánimo. Tan vital y animosa como siempre y deseosa de ayudar a todo
el mundo, no puede evitar sentir frustración al enfrentarse a la vastedad del
dolor de su hermano, ya que es justo el único que tiene capacidad para rechazar
su ayuda. Su papel se acaba convirtiendo en el de una conciencia para Ender, ya
que nuestro héroe se encuentra tan devastado que parece perder el sentido de la
realidad en algunos momentos.
El tercer personaje con más
protagonismo es el almirante Quincy
Morgan, un militar especializado en medrar en tiempos de paz que ha
encontrado en la juventud de Ender un punto de apoyo para cumplir sus
ambiciones y llegar al cargo de Gobernador, honor del que siempre se ha
considerado merecedor. A lo largo del viaje, Ender y él van tejiendo sus redes
para capturar su presa y conseguir el premio gordo. Aunque astuto y taimado, es
un simple aficionado en comparación con los Wiggum, lo que no le impedirá
luchar con todas sus fuerzas por el poder.
El libro destaca por su
sencillez y su buen ritmo mientras se permite reflexionar sobre temas éticos importantes. Entra muy bien e invita a seguir leyendo, atrapado
por el inmenso carisma de Ender. Toda la novela en sí constituye un pegamento
que contribuye a cohesionar y añadir multitud de detalles que habían quedado
colgados y olvidados dentro de las diferentes sagas. Por ello se convierte en
indispensable para cualquier fan de estas historias. No obstante, requiere de haber
leído anteriormente las sagas de Ender y
de Bean y se ve
lastrado por un final apresurado que desmerece el resto del libro.
Nota: 8
Nota anobii: 4/5
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