A rebufo de Millenium, un buen número de libres de novela negra nórdica han
desembarcado en nuestro país. Me habían hablado muy bien de ésta, pero a mí no
me ha acabado de hacer gracia.
Autor: Arnaldur Indriasson
Título original: Myrin
“Holberg,
un camionero de sesenta y nueve años, aparece asesinado en el sótano de su casa
en el barrio de Las Marismas, en Reikiavik, junto a una nota incompleta de lo
que aparenta una confesión —“Yo soy el…”—, que sólo cobrará sentido para Erlendur y
su inseparable Sigurdur Óli cuando encuentran la foto de la tumba de una niña.
Sin embargo, esa niña, fallecida hace más de cuarenta años, no fue asesinada.
¿Qué significa entonces el mensaje del misterioso Holberg, a quien nadie parece
conocer?”
El mayor problema que me he encontrado al
leer la novela es su asepsia. Todo parece escrito y narrado como si de un
informe policial se tratara. Conciso, metódico… Quizás es que vengo de un libro
con un lirismo exacerbado, pero el resultado me ha parecido muy pobre, que en
ningún momento me ha enganchado para leer.
La trama gira en torno a la investigación de
un asesinato que parece común, con un pequeño matiz extraño. Esta pequeña
extravagancia servirá para tirar del hilo de un caso de hace cuarenta años,
cuyas consecuencias llegan a la actualidad. Al principio puede parecer un poco extraña
tanta obsesión por el pasado, pero, a medida que se desmaraña la trama, la cosa
coge algo de gracia. El resultado está algo visto, pero no cae en despropósitos ni incorrecciones.
No obstante, las tramas secundarias –la boda
y la relación con Eva Lind- no aportan nada a la historia ni al carácter de los
personajes, parecen estar simplemente de relleno.
Los personajes son bastante parcos y planos,
con descripciones que no se asemejan mucho a lo que luego transmiten. El Inspector Erlendur es el único con algo
de personalidad, al mostrarte un alma torturada por la vida que ya no se
sorprende ante nada y ante nadie, casi ya alguien sin sentimientos. Es un policía eficaz, pero un desastre en su
vida personal. Su ayudante Sigurdur Oli es
presentado como un trepa de humor ácido, características que luego no se
ven reflejadas a lo largo del libro, como pasa con el resto de personajes. Esto es
especialmente notorio en los personajes femeninos, igualitos todos unos a otros.
A pesar de que es un libro flojillo, la trama
cumple sin exigir mucha atención y se lee muy rápido, sin apenas esfuerzo. Es
fácil encontrar cosas mejores, pero para una tarde tonta en la playa puede servir…
Nota: 2
Nota anobii: 3.5/5
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