George R. R. Martin se ha
hecho -merecidamente- famoso con la fabulosa saga Canción de Hielo y Fuego. De lo que no todos se acuerdan es que es
ya un veterano escritor con muchas novelas a sus espaldas y aquí está la
segunda de ellas, una historia de Vampiros ambientada en el Mississipi del
XVIII (¿Hola, Entrevista con el vampiro?)
Título: Sueño del Fevre
Autor: George R.R. Martin
Título Original: Fevre
Dream
“En
1857, la cuenca del Mississippi bulle de actividad: los vapores señorean sus
aguas en feroz competencia. Cuando Joshua York le ofrece sacar a flote su
naviera a cambio de unas pocas condiciones, sencillas aunque misteriosas, el
capitán Marsh ve realizado su sueño: ser el patrín del vapor más rápido del
río. Pero los sueños de ambos se verán infiltrados por una pesadilla que anegará
de sangre los fondeaderos.”
Yo esperaba encontrar algo tan
intrincado y complejo como Juego de
Tronos pero ni se acerca. En absoluto. La novela es una historia de terror al
uso, un poco irregular y con momentos bien conseguidos.
Empieza con mucha fuerza,
la presentación inicial es poderosa y la ambientación es muy buena. El problema
es que al desarrollar la trama, se peca de una simpleza excesiva. El inicio
prometedor se sigue con una disposición de blanco y negro, con buenos muy
ideales y perfectos y malos muy malvados y perversos. No hay ni rastro de gris,
ni de ambigüedad. El libro se vuelve
obvio y tedioso y durante más de cien páginas hay que realizar un buen esfuerzo
para continuar leyendo. Por suerte, al final vuelve a coger fuerza y acaba con
unas ochenta páginas muy tensas e incómodas, con situaciones muy bien logradas
y sus momentos inesperados y rompedores que caracterizan a este autor.
Los protagonistas son Abner Marsh y Joshua York. Marsh es capitán de un Vapor del Mississipi. Es un
hombre de río, alguien que no se asusta ante nada, honrado, coherente y con unos ideales
inquebrantables. Vive enamorado de sus barcos y trata con arrogancia y desdén a
todos aquellos que no saben apreciar su valor. Su extrema fealdad le ha
impedido encontrar una mujer, pero no es algo que Marsh lamente -ya tiene sus
barcos…-.
Es justo esa férrea
honestidad la que le lleva a contactar con el rico Joshua York, un vampiro bueno, que ha inventado una bebida que cura
la sed de sangre y sueña con la comunión entre humanos y vampiros en un mundo
en que ambos puedan vivir en paz. Es un Legal Bueno de manual. Idealista,
estúpidamente confiado y poderoso, intenta acabar con el dominio de Damon Julian, el vampiro que aterroriza
Nueva Orleans.
Frente a este par de héroes
encontramos al malvado Damon Julian.
Un vampiro milenario que sueña con dominar sobre toda la humanidad. Es un ser
cruel, egocéntrico y depravado que disfruta causando el mal a los demás.
Hace mucho que ya perdió la capacidad de vivir en sociedad, y sobrevive
engañando a incautos que le hacen de servidores a cambio de promesas que nunca
se cumplirán.
Le ayuda Billy Vinagre, un sádico capataz que
disfruta sintiéndose superior a los demás. Sirve a Julian bajo la promesa de
que algún día le convertirá en vampiro. Es un ser despreciable y envidioso que
no merece otra cosa que la muerte. Hace
la vez de contrapunto para Marsh, creando así un obvio dos contra dos de
caracteres contrarios.
Aunque los personajes están
bien construidos y son muy sólidos, son demasiado monolíticos. La distinción
buenos/malos es tan clara y el enfrentamiento de roles es tan obvio que le
quita algo de gracia.
El punto interesante de la
trama reside en el paralelismo Vampiro/Humano con la raza blanca/negra de la época
(estamos pre-guerra de Secesión). Hay insinuaciones del
conflicto ético, pero al final son resueltas con una simpleza excesiva, dando una solución rápida e ilusa, sin darle
demasiadas vueltas. Y ya que lo mencionamos, y si es la primera vez que lees a
Martin, atención, lector: este autor no suele reprimirse a la hora de escribir,
así que la sangre —que en toda buena historia de vampiros no puede faltar—, la
brutalidad y la crueldad están muy presentes en toda la novela.
Tanto idealismo en la trama
se puede entender por el hecho de que Martin escribió esta obra hace bastantes
años, cuando apenas pasaba la treintena. Obviamente, no es un escritor igual de
maduro y eso se nota al hacer tanto la trama como los personajes –comparando con
lo que hemos visto en Canción de Hielo y
Fuego-.
El mayor problema es que,
una vez la historia se ha situado, el bache es muy gordo. Parece que Martin sabía
cómo iba a empezar y acabar, pero no acabó de rematar la manera de enlazar los
dos extremos. El conjunto acaba siendo flojo, aunque en el libro encontremos momentos muy logrados
y una estructura sólida y destacable. Se pueden ver las mimbres de lo que
Martin será, pero también se puede ver que aún le queda un trecho por recorrer.
Nadie nace enseñado y, en esta novela se nota que aún le quedaba por
evolucionar. No obstante, las bases ya están. El planteamiento y un desenlace están
muy logrados, con las dosis de tensión y malignidad que alguien esperaría en
una novela de terror. Casi con ellos ya
valdría la pena para recomendar su lectura a un aficionado del género, pero
creo que es mejor dejar un poco a elección del futuro lector, que debe sopesar
si quiere soportar -o no- las cien
páginas de hastío intermedias.
Como novela de terror
funciona bastante bien y es mejor de lo habitual en el género. Lástima que el
bache intermedio lastre mucho el resultado. Como curiosidad para saber qué
hacía Martin antes de su obra maestra puede tener su gracia.
Nota: 5
Nota anobii: 4/5
Y otro libro que dudo acabe en mis estanterías.
ResponderEliminarEeeh... Sí.
ResponderEliminarHay libros mejores en los que gastar el tiempo y el dinero, que si no, uno no entra en casa ya.
Mt