sábado, 16 de febrero de 2019

Redada asesina 2


Después de este par de cositas elevadas y gratamente paladeables, a un servidor le apetecía una propuesta mucha más directa y salvaje. Apetecía revolcarme en un placer culpable sin complejos ni sutilezas. Me dispuse, entonces, a pasarlo en grande con Redada Asesina 2.

Redada asesina fue de estas películas que nadie vio venir y se las arregló para dar en todos los morros a la industria cinematográfica. Gareth Evans, un escocés afincado en Indonesia, pergeñó un espectáculo de artes marciales lleno de intensidad, ritmo e impacto que arrasó en las taquillas de medio mundo pese a su ridículo presupuesto. Después de esa película que no dejó a ningún espectador indiferente, Sony decidió darle a Evans un presupuesto en condiciones (bueno, apenas 2M$, pero estamos hablando de una película de Indonesia) para que hiciera una segunda parte.

Éste ha hecho un buen uso del tópico de “más grande, más largo y sin cortes” que suele caracterizar a las segundas partes con una visible mejora en la calidad de los escenarios, unos efectos especiales muy efectivos y una puesta en escena compleja y molona a más no poder (el montaje en la persecución de coches es un locurón, por ejemplo).

Se intenta dotar a la película de un argumento coherente más allá de “van dos y se afostian”, lo que no se acaba de conseguir, especialmente cuando las montañas de músculos tienen que ponerse a actuar y no a pegarse. A fin de cuentas no es más que una excusa para que el prota se infiltre en un sitio peligroso y empiecen las toñas, claro, pero si tienes que llenar más de dos horas en vez de ochenta minutos, empieza a parecer como mucha tostada y poca mantequilla.

Pero vamos a lo que vamos, en Redada asesina 2 las hostias son todavía más espectaculares que antes. Ahora Evans puede aprovechar para meter extras, hacer repeticiones y añadir todo el atrezzo necesario. Para muestra sirva la pelea en el patio de la cárcel, el combate en el restaurante o el duelo con los guardaespaldas con bates de béisbol. Las peleas de acción son de lo más duro y mejor hecho en lo que llevamos de siglo


Quizás no tiene la intensidad de la primera parte, al faltar ese elemento claustrofóbico del encierro en el edificio, pero a la que te gusten las ensaladas de tortas, la película pasa como nada. Además, sabe ser variada, presentando peleas con una amplia diversidad de armas, distintivamente primaria y brutalmente excitante, con sus virtuosos asaltos de puñetazos letales y patadas en los morros.

Como diría Manquiña: “Hondonadas de hostias” y “Profesional, muy profesional.”

Una excepción al dicho que “segundas partes nunca fueron buenas”, pues tiene más de lo mismo y mejor. Cine de acción con garra, adrenalina y salvaje brutalidad de lo más gratuito. Así da gusto.

Nota: N/A
Nota filmaffinity: 7.0

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