He leído –y disfrutado- con bastantes libros de Matilde
Asensi (El
origen perdido, El
último Catón, Todo
bajo el cielo). Aprovechando que se trata del libro 33 de la Cesta’13 y que
en la CLO de este mes, Fabireader me “mandó” leerlo, era cuestión de ponerse
con él. Además, me viene bien algo rapidito después del monstruo de 1200
páginas que venía de acabar.
Título: El salón de Ámbar
Autor: Matilde Asensi
“Arte,
ladrones y nuevas tecnologías se conjugan en esta novela a partir de una trama
histórica. En 1941, durante la Segunda Guerra Mundial, el ejército nazi saqueó
los antiguos palacios zaristas y los museos de la Unión Soviética y se llevó a
Alemania obras de arte de un valor incalculable. Entre los objetos robados se
encontraba una joya única, una pieza excepcional que desapareció
misteriosamente durante los últimos días de la contienda: el Salón de Ámbar,
una cámara del siglo XVIII construida enteramente con ámbar semitransparente
del Báltico, cuya recuperación obsesiona hoy día al pueblo ruso.
Ana
Galdeano, una respetable anticuaria de Ávila, miembro de un grupo internacional
de ladrones de obras de arte, se verá obligada a desenmarañar los hilos de una
complicada trama urdida cincuenta años atrás por dos peligrosos e inteligentes
jerarcas nazis que decidieron apropiarse de aquellos innumerables tesoros y,
sobre todo, del Salón de Ámbar.
Matilde
Asensi nos propone una nueva vuelta de tuerca a las novelas de aventuras, donde
los piratas navegan por la red informática a la busca y captura de tesoros
imposibles.”
Reconstrucción del perdido Salón de Ámbar real |
¡Qué suspiro! Me he despistado y se ha acabado.
Si habéis leído otros libros de Asensi y os ha gustado, El Salón de Ámbar os va a gustar. Todo
lo bueno de la autora está en el libro. Listo para ser ventilado y devorado en
una sentada y media. No durará más porque no da para más, todos los elementos
característicos y su prosa ágil son perfectamente reconocibles, convirtiendo al
libro en una versión comprimida (o simplificada) del resto de sus libros de aventuras.
El salón de
ámbar es de lo más simple:
Planteamiento de la intriga – aventura – desenlace. Y pum chimpún. Es que no da
para más, 240 páginas de letra grande que se ventilan sin despeinarte. Se nota
que es la primera novela de la autora. Se le ve potencial, ya sabía hilar una
trama y las neuras que la han acompañado durante toda su bibliografía están ya
presentes, además de un estilo muy marcado que promete buena diversión, pero
aún le quedaba adquirir madurez y acometer con gracia un proyecto más elaborado.
Como libro es muy mejorable, pero ya se le veían mimbres para merecer nuevas
oportunidades, que aprovechó en un puñado de best-sellers la mar de viciantes.
Como ya he comentado, una de las mayores gracias del
libro es el estilo peliculero y ágil que tiene la autora para narrar la acción,
con el punto justito de enigmas y puzles que se convierte en un acicate para
pasar páginas y páginas sin despeinarte. Si ya pasa normalmente con sus libros
que enganchan desde el primer momento y te dedicas a avanzar como un loco, en El salón de ámbar, la sensación es de
¿Ya se acabó?
La protagonista (casi) |
Sí, realmente sabe a poco. La historia queda apenas
desarrollada, quedando patente que daba mucho más juego de lo que se acaba
desarrollando. Apenas un personaje se aleja de la bidimensionalidad. Ana Galdeano no es una jovencita, sino
una mujer hecha y derecha que sabe bien qué quiere y es perfectamente
consciente de los riesgos en que se mete. Dentro de la organización del ajedrez
es Peón, es decir, quién hace el
trabajo sucio. Sin embargo, esta aprendiz de Tomb Raider no se amilana y sabe cuándo debe desafiar a sus
superiores. Mola encontrar un personaje tan bien trazado en alguien tan joven
como la Asensi que escribió el libro (¿pudiera ser un self-insert de la propia
autora? El romance forzado con el amable, guapo y gentleman Caballo es tan impostado que da para
pensar sobre ello). El resto de personajes, Alfil,
Torre, Rey o la pejiguera hija de Caballo son apenas esbozos, no tienen
espacio para ser desarrollados ni lo más mínimo y cualquiera habría podido
desaparecer sin que la historia se viera afectada.
Una de los detalles que más me ha gustado es el esfuerzo
que se realiza para definir y hacer comprender todos los avances tecnológicos
de la época: cómo funciona un chat, que es el IRC o una explicación técnica del
funcionamiento de los archivos JPG. Conceptos explicados para auténticos
neófitos de la era digital que han quedado totalmente desfasados. El candor con
que se te explica el concepto de “contraseña” es tan entrañable que no he
podido sino esbozar una sonrisita al leer esos párrafos.
El salón de
ámbar entretiene lo suyo y se
devora sin ningún esfuerzo. Sin embargo, pide a gritos más desarrollo, lo que
empaña la diversión que sabe proporcionar esta autora. Ya en esta primera
entrega, se puede apreciar de todo lo que es capaz, pero se nota la
inexperiencia y la falta de profundidad que será solventada en libros
posteriores. Sirve para
pasar un rato sin más pretensiones. Lo peor, la sensación de que podía dar
mucho más de sí.
Nota: 6
Nota goodreads: 3.37/5
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