domingo, 15 de diciembre de 2013

Oliver Twist


Apetecía ver una versión de un clásico, y qué mejor que un director sólido para presentarla.

La película nos cuenta las desventuras infantiles de Oliver Twist, un huérfano en la Inglaterra del siglo XIX. Después de escapar del orfanato y de tener un par de amos muy explotadores, es captado por el malvado Fagin para formar parte de una banda de niños carteristas.

La adaptación es seria, trabajada y refleja muy bien la novela de Dickens. Ésta es parte de su grandeza y también su mayor defecto, se ciñe tanto al libro original que el ritmo se resiente y se puede hacer pesada en algunos momentos.

ACTORES: Si hay que destacar a alguien es a Ben Kingsley, que compone un Fagin muy ambiguo, robando cada escena en la que aparece. El resto cumple con su trabajo, con actuaciones “de época”, tal como buscaríamos en una película dickensiana. Quizá me siento decepcionado por los personajes infantiles: cuando leí la novela veia niños con los dientes negros, sucios, feos y agrios. Aquí, toda la tropa de Fagin son poco menos que para el anuncio de Toys 'r' Us, aunque hagan bien su trabajo.

DIRECTOR: Después de rodar su desasosegante El pianista, Polanski decidió irse a terrenos más conocidos. La adaptación al cine es fantástica; no sé cómo os imaginaréis las escenas cuando leéis a Dickens, pero yo me lo imagino tal y como lo reproduce Polanski. La ambientación, el decorado, el vestuario, la música,... está todo tan cuidado, tan al detalle, tan al milímetro, que es como entrar en un trozo de la vida de alguien. La recreación que nos da del Londres de la época está muy bien lograda, tan decadente y deprimente como cabía esperar. Visualmente impecable, es un lujo para los ojos. Cada plano hipnotiza, todos los encuadres están planificados al milímetro y tienen tal profundidad de campo que cada imagen se enriquece con los detalles y la interacción de los planos lejanos, medios y cortos. La narración se estructura linealmente en capítulos donde cada uno es una continuación lógica del anterior y no deja resquicio para la duda al espectador.
El mayor problema es que se ciñe tanto al libreto y realiza una exposición tan formal de la historia que la película peca de predecible, especialmente para quién conoce la historia original. Polanski parece olvidarse del espectador y pinta un cuadro precioso, pero que no busca captar la atención de quién tiene que contemplarlo.

GUIÓN: Cualquier crítica al guión debería hacerse al propio libro en sí. Si te dedicas a seguir fielmente la novela, tienes un buen material. Encontrarás solidez, buenos personajes y buenos diálogos. Pero el encorsetamiento al que se ciñe Polanski hace que el ritmo se resienta y sea necesario esforzarse para prestar atención. Sus personajes, aunque bien construidos, pecan del típico “mal” de Dickens: o son buenos, o son malos, no hay vuelta de hoja. La adaptación es plenamente literal, ideal para quien quiera saber la historia sin pasar por el libro y no deja de ser una forma muy agradable de “releer” el libro mediante imágenes. La novela en movimiento, sin duda.


Así, resulta un "Oliver Twist" bastante dickensiano y suficientemente polanskiano. Esta película nos devuelve el sabor y el olor de lo clásico. Adecuada cuando lo que apetece es justo un “clásico”, a evitar cuando no apetece, claro está.

Nota: 6
Nota filmaffinity: 6.4

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