martes, 12 de noviembre de 2013

Wakolda - El médico de familía



En esta ciudad todas las películas (bueno, casi), son en VOS. Nos llevamos una sorpresa al ver que ponían una argentina (en castellano, ¡uo!), así que se nos ocurrió ir a verla. Para una en castellano que ponen, no le vamos a hacer un feo, ¿no? También es verdad que ese fue el único motivo por el que fuimos, ni siquiera se nos ocurrió mirar mucho el argumento…

Estamos en la parte más recóndita de la Patagonia, a mediados de los 60. Un médico alemán llega al pueblo y seduce a todos con su saber científico, su clase y su dinero. Se aloja en el hotel local, dónde la pequeña de la familia se ve atraída por la inquietante manera de ser del Doctor. En pleno despertar sexual, esta atracción puede ser peligrosa, especialmente una vez conoces la siniestra identidad que se esconde tras sus frías formas: el doctor Josef Mengele.

Nosotros sólo sabíamos que la película iba de  un médico alemán se instalaba en una zona rural de la Patagonia. Totalmente insuficiente para comprender de qué iba la historia. Una vez se apagaron las luces y empezaron las primeras miradas “extrañas”, quizás el film se iba a decantar por algo más depravado. Pero la película volvió a sorprendernos y la depravación (mucha), se fue por otro sentido, pues una película que tiene a un Dr. Mengele obsesionado con la belleza y la perfección de la raza como protagonista da bastante juego.

ACTORES: Alex Brendemühl da otra muestra de su camaleonismo al componer a un inquietante Dr. Mengele. Su composición es sólida e siniestra, transmitiendo mucha sensación de intranquilidad en todos sus actos. Ayuda a sostener la película, y mucho. Frente a su veteranía, la pequeña Florencia Bado se curra mucho a su ambiguo personaje, una niña inocente, pero que desea crecer, que desea ser tratada como una mujer y no como una niña. En el colegio la marginan, lo que la lleva a acercarse a la única persona que parece considerarla adulta, y que no es sino nuestro “querido” Mengele. Oreiro y Peretti componen a unos correctos padres de familia con demasiados secretos, mientras que el resto de actores trabaja con la corrección deseada.

DIRECTORA: Lucia Puenzo parece obsesionada con el despertar sexual, pues todas sus películas tratan el tema, aunque sea de pasada. Aquí aprovecha a la pequeña Lilith para acercarse al personaje de Mengele y, sobretodo, la conniviencia del nazismo en Argentina y la complicidad de la sociedad a aceptar según que ideas. Para ello se ayuda de la obvia inquietud que provoca una posible relación pedófila, más como una sensación inminente que como algo posible. Las malvadas ideas que se esconden tras este manipulador y frío personaje  sustituyen rápidamente esta terrorífica sensación por algo incluso más inquietante.
La mezcla de niños y nazismo es siempre incómoda y la potencia de las imágenes que se obtienen en la desolada Patagonia ayuda mucho a crear el malsano ambiente en que se mueve toda la película. Goza de interpretaciones creíbles, rasgos de buen cine y una fotografía virtuosa, pero con una narración muy lenta y contemplativa que además se acaba deshinchando al final. Quiebros y vueltas cuando se debe precisar un desenlace lastran y alargan lo que es un inicio poderoso e inquietante.

GUIÓN: La película está guionizada por la propia Lucía Puenzo, a partir de un libro escrito por ella misma (yo me lo guiso, yo me lo como). Plantea una problemática íntima inmersa en un contexto histórico, una serie de personajes bien definidos que se desenvuelven en un entorno natural de belleza deslumbrante. La historia es sencilla, pero no por ello falta de contenido, y la construcción de los personajes es notable. Se podría decir que es un episodio recreado del deambular del asesino nazi por la América del Sur, sabiéndose perseguido por los israelitas, pero intentando seguir con sus experimentos. En esta sencillez, una abundancia de subtramas complementan adecuadamente la historia. Son embargo… le falta un poco, la trama no consigue generar verdadero suspenso y no llega a tener ese “punch” que necesita para llegar a mayores cotas. Hay cosas que no quedan claras y que dejan al espectador más que con intriga, con necesitad de unir esos flecos que podrían dejarle con un mejor sabor de boca.

Esta película es inquietante, muy correcta técnicamente y trata hábilmente un tema que se presta al morbo barato. Es impecablemente fría en sus paisajes,  y permite disfrutar buen esfuerzo de sus dos protagonistas, un muy sólido Brendemühl y una enigmática Florencia Bado, pero falla al buscar un clímax que no acaba de llegar,  Para haberla visto sin tener ni idea de que iba, la sorpresa ha sido agradable. Entretiene, intriga y da paso a la reflexión, pero se le echa en falta un final a la altura de lo prometido en la primera hora de película.

Nota: 5
Nota filmaffinity: 6.5

Es la película enviada por Argentina a los Oscars de este año, pero creo que los fallos le restarán demasiado como para optar a la estatuilla. 

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