Ahora que tengo un poco de tiempo, retomo la
idea de reseñar también las sagas una vez las tenga completas del todo. Estos
últimos meses terminé dos sagas más, empiezo por la primera, que es la saga
literaria originalmente conocida como “de los Tribunos”, pero que todo el mundo
conoce como “Los juegos del hambre”.
Título: Los Juegos del Hambre
Autor: Suzanne Collins
Volúmenes: 3
Aparte de su éxito de ventas, como se están haciendo sus correspondientes películas (que no he visto), la saga ha ganado mucha fama y su argumento
es bien conocido:
"En un país post-apocalíptico, la sociedad ha
quedado dividida en doce distritos que viven supeditados a la tiranía del
Capitolio. Para demostrar su fuerza, el Capitolio obliga cada año a dos niños
de cada distrito a competir a muerte entre ellos. Son los llamados “Juegos del
Hambre”, ya que el premio se traduce en extras de comida para el distrito
ganador.
Katniss Evergreen es una chica del distrito
12, que se dedica a la minería y es, con mucho, el más pobre de todos. A pesar
de haberse criado para obedecer, Katniss no puede evitar ser una rebelde y sale
a menudo a cazar, saltándose muchas normas impuestas por el Capitolio. Cuando
su hermana pequeña Prim es escogida para competir en los Juegos del Hambre,
Katniss decidirá ir en su lugar."
Y éste no es más que el planteamiento del
primer libro. A partir de aquí, la fiesta empieza. La saga está compuesta por
tres libros, a saber: “Los Juegos del Hambre”, “En llamas” y “Sinsajo”. Ya
avisaré cuando empiezo a hacer spoilers, hasta entonces, la lectura es “segura”.
Los Juegos del hambre suele considerarse dentro de
la aventura juvenil, incluso algunos lo meten en el saco de libros estilo Crepúsculo y similares, ya que, de
fondo, hay una historia de amor. No obstante, el amor no es para nada el motor
de la historia. Prima mucho la aventura y la lucha por la supervivencia. Es
curioso como suele incluirse dentro de la categoría “juvenil” cuando tenemos un
planteamiento deprimente con ganas y una realidad muy dura a la que
enfrentarse, con un buen puñado de muertes bastante sangrientas, pero las
etiquetas son las etiquetas…
Toda la novela está narrada en primera
persona por Katniss. Sabemos sólo lo que ella ve y piensa, mientras que del
mundo sólo conocemos aquello sobre lo que ella reflexiona. Con esta limitación,
tu, como observador externo, puedes intuir que hay muchas cosas
(conspiraciones, intenciones ocultas) que a ella se le escapan, lo que hace
gracia y frustra a partes iguales. Este punto de vista único es a veces
limitado, pero consigue que te metas muy fácilmente en la historia. La
sencillez de su estilo y la simpleza -que no limitación- de su trama hace que
las páginas pasen como nada. Una vez los Juegos empiezan, la sensación de estar
viendo una retransmisión deportiva muy sangrienta es muy patente y hace que
tengas ganas de más.
Por otro lado, da la sensación de que se
podría haber sacado mucha más chicha de este inicio, muy de ciencia-ficción,
para luego desarrollarlo como una muy simple historia de aventuras. Además, su
parecido a Battle Royale es tan obvio
que hace que pierda bastante gracia.
Nota: 6
Este libro, cuya mayor cualidad es lo ligero
y rápido que pasan las páginas, es mejorado por su segunda parte.
En llamas, es un libro
francamente continuista, aunque se produce un hecho curioso. El inicio es
rematadamente simple, como si se intentara hacer un refrito de la primera parte
y hay un momento en que, indudablemente piensas “la autora se está metiendo en
un fregado porque quiere que va a arruinar todo…”. Sin embargo, la novela pega
un giro muy logrado, buscando un paralelismo con su predecesora pero dándole
una vuelta de tuerca sádica con bastante gracia. Si te gustó la primera parte,
disfrutarás seguro más con la segunda, que es “lo mismo, pero mejor”, y con
connotaciones éticas extras, además.
Nota: 8
En Sinsajo,
la cosa cambia por completo. La autora deja el registro de la aventura y se
mete de lleno en la Ciencia-ficción distópica con aires bélicos. Si ya los
otros dos libros iban “a saco”, en esta tercera parte nos enfrentamos a una
guerra abierta y a unas dosis de brutalidad bastante considerables. Además, el
final de la misma es impactante y marcadamente coherente con el resto de la
novela, sin rastro alguno del “fanservice” esperable.
Suele ser el que menos gusta de la saga, ya
que no se parece a los demás ni en el tono ni en la trama, pero a mí es el que
más me ha gustado. En éste, la autora busca la diferencia y zambulle muy bien
en una ciencia-ficción con tintes políticos bien conseguida. Si ya antes la
autora había demostrado una total falta de misericordia con sus personajes, al
entrar en una guerra abierta, este hecho se desmadra bastante, lo que provoca
el enfado de muchas “fangirls”.
Nota: 8
Como véis, se trata de una saga que mejora
libro a libro, empezando por un simple libro de aventuras “del que se puede
sacar más jugo” para acabar con un libro de ciencia-ficción bien hecho. Estamos
hablando de uno de las mejores sagas de aventuras de los últimos años, con una
profundidad (a la que te pones a rascar) mayor de lo que puede parecer inicialmente.
Si estáis ávidos de aventuras y queréis una
trilogía de libros de los que disfrutar y devorar sin piedad, ésta es una buena
propuesta. Divierte a manos llenas y construye un buen universo en que
sumergirse con ganas. Su primera parte es algo más flojita y peca de excesiva
simpleza y de ser un remake de Battle
Royale, pero el resto de libros suponen un crescendo de tensión bastante majo. No está pero que nada mal.
Nota general de la saga: 7 alto
EMPEZAMOS CON LOS SPOILERS…..
Ante todo, lo que me sorprende de la novela
es la profundidad de las connotaciones que llegan a tener algunos momentos. Es
verdad que el libro se puede leer del tirón sin ver más, pero a la que te pones
a mirar un poco, se pueden apreciar muchas cosas que no pegan mucho en la
novela juvenil.
Puedes quedarte con los amoríos de Katniss,
pero lo que estamos viendo es la rebelión de una sociedad ante una situación
injusta contra los opresores del sistema. Cuando en el primer libro Katniss
toma los frutos venenosos puede parecer que es una decisión romántica (oh, los
amantes mueren juntos!), pero la misma Katniss deja claro que la decisión es
totalmente egoísta: Ella lo que quiere es vivir y, como no sabe cómo salir de
ahí, decide romper la baraja. Katniss se negó a seguir las normas del
Capitolio, si no podían sobrevivir los dos, no sobreviviría nadie: el suicidio
era la única opción. ¿Os dais cuenta de todo lo que ese gesto de suicidio
significa? Una chica de dieciséis años está decidiendo morir, o al menos está
fingiendo hacerlo, porque no quiere seguir con una vida así ni matar a un ser
humano por el mero capricho del gobierno al que está sometida.
Katniss, que ya se ha convertido en una
imagen popular gracias a los Juegos ha hecho algo que quizás nadie esperaba: ha
obligado al Capitolio a modificar sus normas. El Capitolio lleva un siglo
abusando de su poder, llegando a obligar a cada Distrito a enviar a sus niños a
morir y matar “a causa del espectáculo” y forzando que el pueblo, no sólo esté
de acuerdo con ello, sino que celebre las muertes ajenas, buscando un triunfo
que les permita, por un año, vivir con tranquilidad. En esta sociedad, el
Capitolio es quién decide cómo y cuándo mueres y el suicidio de Katniss y Peeta
se convierte en una rebelión abierta contra el Capitolio. Y nadie se ha
rebelado contra el Capitolio y ha sobrevivido. Pero… si eres la estrella más
popular del momento, igual te dejan una oportunidad.
Y eso es justo lo que pasa. Katniss y Peeta
han sobrevivido y si quieren seguir viviendo, tiene que quedar claro que son
pareja. Es decir, no debe haber duda de que eligieron suicidarse por amor y no
por llevar la contraria al Capitolio (y salirse con la suya). Pero ¡ay! Sin
querer Katniss se ha convertido en un símbolo de todos aquellos que quieren
llevar la contraria al Capitolio, por lo que empiezan a producirse disturbios y
rebeliones cada vez más importantes. Esto provoca que el Capitolio reaccione y,
para demostrar que nadie escapa a su control, decide tocar a los intocables, a
aquellos que ya han ganado una vez los Juegos y, se supone, que tienen la vida
arreglada. Es entonces cuando empiezan los segundos juegos. La diferencias son
dos: Ahora los participantes no son niñitos asustados, son asesinos que ya han
salido triunfantes de la arena, saben perfectamente dónde se meten y qué deben
de hacer para salir con vida; por otro lado, los ganadores son ídolos para el
pueblo, mandar a niños a matarse indigna, pero que envíen a tus mayores ídolos
a la picota es harina de otro costal…
Todo el segundo libro es un claro paralelismo
con el primero. Todo se produce con el mismo orden, se repiten las escenas… En
un primer momento lleva al pánico (vaya &%$ de autora que no sabe salir del
tema), pero la evidencia de que, siendo las cosas iguales, todo ha cambiado, es
palpable. Dos escenas obvias: la comparación de un desfile y otro, con la
transformación del vestido incluida y la de todos los participantes cantando
juntos antes de empezar el segundo torneo.
El tour
de force impuesto por el Capitolio es de hecho una invitación a la
rebelión. Están jugando con fuego y es evidente que tiene que explotar: La
rebelión en Egipto empezó cuando a los gobernantes se les ocurrió prohibir el
futbol. Y creo que todo el mundo puede esperar que pasaría en este país si el
Barça o el Madrid fueran “eliminados”.
En toda la saga reina el punto de vista único
de Katniss. Hay muchas cosas que pasan fuera de él, que nosotros sólo podemos
intuir y deducir. Además, Katniss cuenta las cosas como si de una retransmisión
deportiva se tratara y los momentos más sangrientos (que los hay, y muchos)
quedan diluidos. Hay quién percibe aquí una clara crítica a la deshumanización
de la sociedad, que te permite ver descripciones de niñas de once años
penetradas profundamente por una lanza, o jóvenes enfermeras que explotan en
mil pedazos, sin que por ello provoque rechazo o creas que la autora “se pase”.
Y cuando empieza la rebelión es cuando
Collins da lo mejor de sí. Toda la construcción del Distrito 13 da mucho juego,
y el uso del punto de vista único de Katniss es muy útil para ir quitando velos
e ir pasando de unos salvadores a unos hijosdeputa tan grandes como los del
Capitolio. Una vez empieza la guerra, es obvio, junto con la metamorfosis de
Gale. Las luchas por el poder, las torturas, las matanzas…Y las muertes de los
personajes. Estoy seguro que había mucha presión de las fans sobrehormonadas
para que Finnick fuera el héroe (quien, todos aquellos que nos hayamos leído la
trilogía, sabemos que es mucho más que un guaperas: es un hombre enamorado de
Annie, una chica con un profundo trauma psicológico, que muere después de
casarse con ella y de dejarla embarazada), así que la decisión de la autora de
cargárselo (y en off, con un par) es todo una muestra de intenciones: “Hago la
novela que quiero, no la que quieren las fans”.
A lo largo de la saga, especialmente en la
tercera parte, vemos la destrucción de la personalidad de Katniss. Empieza
siendo una chica fuerte y dura, criada en un ambiente de carencia y preparada
para mucho. Pero es obvio que sale muy tocada de los primeros Juegos. Esto se
nota bastante en los segundos, y más aún en el tercer libro, donde vive con un shock traumático continuo que no la deja
descansar. Además está el hecho de haberse convertido en el símbolo viviente de
la rebelión. Y es que, al fin y al cabo, es una humana y no un robot preparado
para derrocar toda una dictadura. Nuestra protagonista, Katniss, la misma que
no sabe qué siente, la que tenía que elegir entre una vida fácil y una
revolución, se encuentra con que los demás han escogido por ella y sin
preguntarle su opinión, lo que, claramente, supone un duro golpe.
A partir de todo esto, Collins, queriéndolo o
no, profundiza en la psicología de Katniss, una simple chica que, solo por
salvar a su hermana, cambia el mundo... pero lo peor de todo es que la mayoría
de veces, si os fijáis, no es Katniss la que acaba eligiendo, los otros acaban
eligiendo por ella —especialmente, la
rebelión— de manera que Katniss se ve obligada a actuar de un determinado modo:
es un juguete del Capitolio y un juguete del Distrito 13, y, aunque sea el
elemento más importante, la pieza crucial para los planes de ambos, a nadie
parece importarle lo que ella siente.
Y luego el final. De los mejores remates que
he visto en una saga. Te deja un mal cuerpo que ni te cuento, pero al mismo
tiempo sabes que es el final que tenía que ser (y lleva a odiar a Gale a
muerte).
CONCLUSIÓN.
No quiero caer en el típico "para
gustos, los colores", pero verdaderamente la conclusión final sería esta.
Yo, de Los Juegos del Hambre, he
extraído esta lectura. ¿Es la única? No, para nada. ¿Es la más correcta? No
creo que tenga los conocimientos, las herramientas ni el ego necesario para
decir que sí o que no. Lo que sí quiero dejar bien claro antes de acabar
—porque será el motivo de mi linchamiento— es que no pretendo cambiar la
opinión de nadie ni obligar a nadie a amar Los
Juegos del Hambre, y este artículo tampoco tiene la intención de imponer la
idea de "Este es el verdadero sentido de la trilogía de Suzanne Collins,
si no lo pillas es que eres tonto y cualquier otra opinión que no se ajuste a
este pensamiento no es válida". Tan solo he querido exponer una serie de
puntos por los que considero que Los Juegos del Hambre supone algo distinto
dentro de las novelas de aventuras, gracias a lo cual marca una diferencia y
debería destacarse. Que haya conseguido o no esa intención, es otro tema. Es
una saga de mejor calidad de lo normal y debe disfrutarse como tal.
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