lunes, 12 de noviembre de 2012

Algo pasa con Mary


Hoy ha tocado revisitar una de las películas más desternillantes de mi juventud. El conocer previamente todos los chistes -los gags siguen frescos en mi memoria- no ha evitado el reírme con una comedia romántica -porque ante todo, es romántica- muy perversa, con muy mala leche y que realmente marcó una tendencia a la hora de hacer comedias gamberras.


Todo comienza cuando Ted, un tímido y atontado joven, consigue ver realizado su sueño y salir con la bellísima y carismática Mary. Un desgraciado accidente provoca el fracaso de la cita y Ted pierde el rastro de Mary. Años después, Ted contrata a un detective para que la localice, pero no podía prever que el detective también se enamoraría de Mary, como toda la constelación de hombres que orbitan alrededor de ella. Todos perdidamente enamorados de Mary, que no parece darse cuenta de nada de lo que ocurre a su alrededor. Si es que Algo pasa con Mary…

Aunque ya habían tocado el éxito con Dos tontos muy tontos, ésta fue la película que lanzo a la fama definitiva a los hermanos Farrelly. Hay que reconocer que es una comedia entrañable y diferente, que además nos brinda una absurda y disparatada historia de amor extrañamente creíble. Tiene momentos absolutamente desternillantes en los que más de uno se debe de haber partido el pecho y que ya han pasado a la historia del cine. Supuso un inesperado soplo de aire fresco a la plétora de aburridas, recatadas y previsibles comedias románticas que habían invadido la pantalla en la época.

ACTORES: Tontorrón, tímido, metepatas… Ben Stiller parece haber nacido para este papel. De la misma manera que Cameron Diaz que, por una vez hace de la persona más lista -ejem- de la película. Los dos destilan una química inesperada y Díaz está más fresca y agradable que nunca -me refiero a su actuación, mentesucias!-. Matt Dillon está insuperable y su carismáticamente desagradable personaje se hace impagable, sosteniendo sin duda la película. Hay momentos que no sabes si odiarle o compadecerte de este grimoso idiota enamorado.

DIRECTOR: Los Hermanos Farrelly siempre han seguido el mismo patrón para hacer películas. Agitan la coctelera para sacar todos los gags que se les ocurren y los embuten -sin filtro- en una misma película, con algo parecido a un argumento para tener excusa de que están contando una historia. Sin embargo, aquí aún estaban empezando y decidieron crear primero el argumento y luego vomitar todos los chistes. Quizás por ello estamos hablando de una película mucho más redonda de lo habitual. Además, el extraño estado de inspiración de los Farrelly en está película consigue hacer aparecer una buena cantidad de gags gamberros y descacharrantes. Por otro lado, no podemos decir que sean grandes directores y la película acaba siendo muy irregular, con agujeros de ritmo y unas cuantas secuencias insulsas.

GUIÓN: Los hermanos Farrelly tienen pinta de haber sido los graciosillos de la clase. Eso sí, bastante buenos en su oficio de ser los payasetes de la clase, los culos de mal asiento y que traían de cabeza a compañeros y profesores, aunque cuando no eran las víctimas de la mofa, probablemente sonriesen ante el ingenio de algunas de las trastadas. En este caso, firman un guión con una historia plagada de situaciones inverosímiles, pero que, sorprendentemente, no resultan irreales. El ritmo es deficiente, pero la calidad que consiguen con según que chistes hace pasables las incoherencias del guión: la escena del fijador, el perro escayolado, la cremallera, los prismáticos…

La película resulta delirantemente cómica, con unos actores en estado de gracia y unos chistes espectaculares que hacen olvidar sus defectos. Es simpática y inexplicablemente entrañable. Innovó en su humor gamberro y políticamente incorrecto para contar una historia romántica de forma chispeante. Generó -a cargo sobretodo de los mismos directores- una moda de películas groseras de humor soez, la mayoría de calidad más que discutible.
Ideal para ver -sin niños cerca- cuando se quiera pasar dos horas de risas.

Nota: 7
Nota filmaffinity: 6.2

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