Después de un poco de espera, ¡por fin empiezo con la
primera saga! Debo reconocer que en las reseñas de los libros correspondientes
me explayé a gusto, por lo que esta entrada consistirá casi en un resumen más
ordenado de lo ya publicado. Eso sí, la saga lo vale.
Título: Ilion
Autor: Dan Simmons
Volúmenes: 4(2)
“Asistimos al desarrollo del asedio de Troya guiados de la
mano del erudito Thomas Hockenberry. Se trata de un personaje misteriosamente
revivido y presente en este Marte del futuro, cuyo Monte Olimpo se ha
convertido en la morada de los posthumanos, quienes, con nombres como Zeus,
Palas Atenea, Ares y otros ya conocidos, se comportan como los dioses de la
saga homérica. Hockenberry tiene como misión contar si lo que ocurre ante las
murallas de Troya se ajusta precisamente a lo narrado por Homero y, desde el
distanciamiento del estudioso, nos proporciona además, una sugerente lectura
comentada de la Ilíada.
La historia del asedio de Troya (Ilión), reconstruida en un
lejano futuro: los dioses son post-humanos que disponen de
una divina tecnología cuántica, el monte Olimpo está en Marte y los
nuevos robots moravecs, de más allá del cinturón de asteroides se
interesan por la inusitada actividad que se observa en el planeta rojo.
Mientras tanto, los últimos humanos de la Tierra viven una
insulsa vida de eloi bajo la atenta vigilancia y supervisión de unos
misteriosos Voynix de origen desconocido.”
En Volúmenes indico 4(2) por una sencilla razón: la obra
original está pensada y escrita en dos tomos: Ilión y Olympo. Sin embargo, la
edición española se divide por arte de magia en 4 libros. Este truco editorial
provoca un dispendio mayor, pero permite pasear con cuatro libros de 500
páginas cada uno, en vez de mega-tochos de más de mil páginas (que sienta mal a
la espalda).
Olympo I: La guerra |
Olympo II: La caída |
La saga se incribe dentro del género de la ciencia-ficción,
pero Simmons es un autor genuinamente inclasificable y consigue cambiar de
género varias veces a lo largo de la
saga. Novela bélica, ciencia ficción clásica, sociología, terror,
aventuras, épica, acción… A lo largo de las dos mil páginas toca todas las
teclas posibles, con mezclas imposibles de géneros y además le queda muy bien.
Como habréis podido ver en el resumen, el argumento es,
cuanto menos, bastante pasado de vueltas. Simmons nos propone una revisión de
la Ilíada en clave de ciencia ficción, sustituyendo a los Dioses Griegos por
extraterrestres pero manteniendo en lo posible el espíritu de la obra clásica.
Hay que tenerlos bien puestos para intentarlo. Si además le añades otras dos
tramas originalmente separadas que, aparentemente, es imposible que tengan nada
en común y encima consigues trenzarlas en una sola historia coherente… pues
tiene su mérito.
La primera trama -y la más importante al inicio- pertenece
a la Guerra de Troya. Sucede a los pies del monte Olympo, donde los Dioses
Griegos no son más que seres tecnológicamente muy avanzados que “juegan” a la
guerra con los griegos originales. Los Dioses se comportan como niños
malcriados hiperpoderosos y las “armas mágicas” y las “bendiciones divinas” son simplemente
chutes de nanomáquinas de combate que mejoran la capacidad de lucha de los
humanos. Nos es narrada por Thomas Hockenberry, un estudioso de la Ilíada de
nuestra época que es resucitado para comprobar que todo sucede tal como Homero
lo planteó. Este detalle es muy curioso, pues Zeus parece ser el único que sabe
como deben pasar las cosas y vela por que se cumplan, ya que si no, algo malo puede ocurrir.
Hockenberry nos retransmite lo que ocurre como si de un
comentarista deportivo se tratase y siempre da un punto de vista “actual” . Además, como ya sabe todo lo que va a pasar, se permite
muchos chistes y chascarrillos bastante cachondos que le dan mucha frescura al
texto. Por si fuera poco, tiene la ventaja de tener unos personajazos con los
que tirar para adelante la historia. Aquiles, Héctor, Helena de Troya, Menelao,
Zeus, Ares, etc. son conocidos por todos y son parte integral de nuestra
cultura. Simmons consigue que cualquier acto hecho por uno de estos personajes
tan carismáticos tenga una trascendencia y un impacto considerables.
La segunda trama -y que al principio no sabes por dónde va-
es la de los moravecs. Son robots que viven en las lunas de Júpiter, creados
por los humanos para explorar el Universo, que acabaron evolucionando y
estableciendo su propia civilización. Mahmut de Europa y Morphu de Io son
contratados por el gobierno jupiterino para “explorar” las extrañas radiaciones
procedentes de Marte. Lo que en un principio es una misión pacífica pronto se
complica mucho más de lo que se puede prever y… tendrán que improvisar.
Esta parte empieza con mucha calma, pues el autor se lo
toma con mucha tranquilidad para situar la historia. Mientras tanto, vas
conociendo a los dos moravecs, que viven obsesionados con la idea de qué es ser
“humano” ya que ellos no lo son y cada uno intenta acercarse al tema estudiando
a dos genios de la literatura como son Shakespeare y Proust. Los dos personajes
no pierden el tiempo en divagar y discutir sobre el tema, incluso en los
momentos más inoportunos, soltando citas y comentarios dispuestos para que el
lector atento suelte unas risas. Te pillan más de una vez con la guardia baja y
te los clavan que da gusto.
Lo que empieza como una parte muy lenta y filosófica va
poco a poco evolucionando a una novela de aventuras clásica muy entretenida pero sin dejar en ningún momento sus neuras. Los dos personajes son, cada uno a su
manera, muy generosos y altruistas. Mahmut es muy franco e inocente, mientras
que Orphu despliega un humor negrísimo y socarrón muy punzante.
Finalmente, la tercera trama nos lleva a una distopía donde
los humanos viven en una especie de “Mundo feliz” en que sus únicas
preocupaciones pasan por decidir a qué fiesta ir o con quién acostarse. Sin
embargo, hay un par de humanos que se han dado cuenta de que hay algo que no
cuadra en su modo de vida. Poco a poco empiezan a darse cuenta de que la
realidad en la que viven ha sido puesta ante sus ojos y la vida fuera de sus
ciudades no tiene nada que ver con lo que les habían explicado. Esto les
llevará a explorar el mundo y descubrirán muchas cosas que preferirían no haber
conocido…
Lo que empieza como una distopía se convierte rápidamente
en una novela de terror con unos momentos de tensión muy bien conseguidos
acabando con muchos toques de acción.
Los personajes principales son Harman, el último hombre que
sabe leer en la Tierra y que tiene ganas de saber porqué la sociedad está
construida tal como es. Siendo un científico obsesivo y solitario, se verá obligado
a relacionarse con los demás y descubrir qué es la amistad; y luego está
Daeman, un seductor que no tiene otro propósito que llevarse a la cama a todo
ser femenino que encuentre, y que se verá atrapado en una vorágine de sucesos que le
superan. El encontrarse cara a cara con la muerte lo hará madurar y convertirse
en un humano con mucha más clase y determinación. Una de las mayores gracias de
esta parte es el hecho de que todos los personajes van evolucionando a lo largo de la saga. Simmons consigue que toda esta evolución se produzca de
un modo muy creíble que ancla perfectamente la historia y la hace avanzar con
una fuerza espectacular.
Una vez situadas las tramas -que es más o menos la mitad
del primer libro-, empiezan a pasar cosas en serio. En Troya, poco a poco los
sucesos se van separando de los hechos descritos en la Ilíada (Hockenberry
mediante, o no, ¡metepatas!) y a medida que avanza, la cosa se va saliendo de
madre -y más que lo hará-. Con los moravec, el detonante se produce al llegar a
Marte y ver como está el percal. Y luego en la Tierra, una vez dejan de
discutir lo que saben de cómo está hecho el mundo y empiezan a investigar, la
cosa pasa de ser interesante a ser espectacular. En todo momento se produce un crescendo en la historia, cada vez más
delirantemente bruta y pasada de vueltas. Página a página, la cosa mejora y es
más espectacular y viciante a cada momento. El final de Ilión es uno de los
mejores hypes que he visto en mi vida
y luego el final de Olympo está muy pero que muy bien encontrado.
Simmons hace entrar las historias en barrena y se empiezan
a intercalar con una fuerza inusitada. Una vez se lanzan, es un no parar. La
gran cantidad de personajes diferentes, de secundarios bien esculpidos y de
carisma a raudales es signo de su innegable calidad.
Aparte de su talento a la hora de construir personajes y
contar historias, hay algo en lo que Simmons es muy bueno: crear momentazos
épicos. A lo largo del libro se van viendo momentos en los que el autor se
queda realmente muy a gusto, y uno, como lector, puede disfrutar de sus idas de
olla. Sobradas entre dioses, actuaciones bélicas un tanto pasadas de vueltas,
personajes que se quedan con todos… Para muestra: hay un momento en que Ulises
pregunta qué hay de comer. Como el menú es la misma comida de siempre, decide
irse de caza para buscar Aves Terroríficas (unas macrauchenia, no,
no preguntéis que hacen dinosaurios por ahí). ¿Qué necesidad había de ello,
aparte de que Simmons quería quedarse a gusto viendo como Ulises se luce
matando avestruces prehistóricas? Lo mejor es que no es una de las sobradas más
espectaculares, que las hay para todos los gustos.
Además, en la Tierra del futuro, Simmons se divierte mucho
describiendo lugares sin decirte qué son, pues sus habitantes lo han olvidado,
así el lector avispado puede entender que está hablando de Notre-Dame, el
Golden Gate y monumentos similares. En algunos momentos te mete unos goles muy
bien metidos.
Un par de dialogazos:
“¿Qué está diciendo?, preguntó Orphu.
Os desafío dioses, bla bla bla… Y ahora invoco al caos y
desato los perros de la guerra…, recitó Mahnmut.
Espera, dijo Orphu. ¿Ha usado de verdad esa cita de
Shakespeare?
No, dijo Mahnmut. Estoy traduciendo libremente.
Fiuuu, dijo el ioniano. Pensé que teníamos un plagio
sorprendente entre manos.”
“¿Quieren una receta
para perder toda la autoestima? Intenten permanecer desnudos enfrentándose al
Dios de Todos los Dioses que va vestido con botas altas, grebas doradas y
armadura de batalla. Además de esta obvia diferencia está la cuestión de la
altura. […] y Zeus mide cinco metros esta tarde. ¡La maldita puerta fue hecha
para estrellas de la NBA que lleven a hombros a otras estrellas de la NBA, y
Zeus ha tenido que agacharse para pasar!”
Igualmente, ver a Ulises decir: “no hay tiranosaurios cerca”
es simplemente genial.
Transcribo una reseña de www.Sfreviews.net/olimpos.html
“Una de las maneras en que el pasado informa el presente es
a través de la narrativa mítica que pasa de generación en generación. A medida
que la humanidad evoluciona , también lo hacen nuestros mitos y Olympo en sí
mismo es un ejemplo de ello. Al revisar y recontextualizar la épica de Homero y
Shakespeare, Simmons parece intensamentente consciente de que las futuras
generaciones pueden ver esas revisiones como la épica de nuestro propio tiempo.
¿Pretencioso? A grandes rasgos, es posible que sí, pero no lo es en la manera
en que lo maneja Simmons. Para él, narrar y volver a narrar las grandes
historias es algo que está en el núcleo de lo que somos. No podemos dejar de
narrar historias de la misma manera que no podemos dejar de comer, dormir o
hacer el amor. Es ese homenaje a ese proceso de narrar historias lo que hace
que Olympo sea una obra maestra”
En resumen, esta saga es un delicioso trago refrescante
absolutamente adictivo. Recomiendo totalmente esta saga por su delirante
excentricidad. Simmons no tiene ningún pudor en meter en la coctelera todo lo que
se le viene a la mente y conseguir un buen resultado; por mezclar con maestría
géneros y subgéneros como la space-ópera, el cyberpunk y la ética futurista;
por beber de las fuentes mitológicas y religiosas; por ser tan extremadamente
original siendo tan conservador; por crear personajes entrañables, mundos
espectaculares, sociedades increíbles… hay tantos momentos que te dejan tonto
que es un no parar. Parece mentira que una mezcla de despropósitos semejante no
le explote en la cara, pero Simmons demuestra su maestría al darnos un
compañero de viaje de dos mil páginas tan espectacular, vibrante y absorbente.
Nota: 9
Estoy por terminar la segunda parte de Ilión, me ha parecido un excelente libro y estoy seguro de que en cuanto pueda conseguir Olimpo I y II me los zampo.
ResponderEliminarInicialmente tenía miedo de que no me fuera a gustar el libro ya que la Ilíada es sagrada para mi, pero el autor logró no sólo hacerme recordar aquella gran epopeya sino que me hizo tener ganar de releerla.
Saludos!!!
Lo sorprendente es que consigue montar una animalada respetando la esencia original.
EliminarEl final de Ilión es un subidón descomunal. Las ganas que hay de atacar Olimpo en cero coma... Y luego Olimpo no defrauda, ¡que sienta mejor aún!
Gracias por pasarte y comentar
Mt