Realmente, un remake de una película tan particular como Desafío Total a cargo de un director tan
mediocre como Wiseman no es algo que lleve a pensar a que tengamos una buena
película. Sin embargo, sus películas suelen ser pastiches de acción
medianamente entretenidos. Igual habría que darle una oportunidad (o no).
Douglas Quaid es un operario en una fábrica que se siente
muy frustrado. Cree haber nacido para algo grande y la fabricación de cyborgs en
una cadena de montaje no es precisamente el sueño de su vida. Necesita una válvula
de escape y decide ir a la empresa Rekall, donde pueden implantarle recuerdos
de grandeza y hacerle “vivir” aventuras sin límite. Sin embargo, algo sale mal
y Quaid empieza a ser perseguido por la policía sin que él sepa muy bien
porqué. Poco a poco irá descubriendo que en realidad es un espía renegado que
no tiene muy claro para quién trabaja.
La película tiene muchos elementos muy distintos del
original. El director ha querido alejarse mucho de su predecesora para evitar
vergonzosas comparaciones y lo único que queda reconocible en el film es Rekall,
las tres tetas y los nombres de los protagonistas; el resto es totalmente
diferente. En vez de ir a Marte, la acción sucede entre la Unión Británica
Federal (UK) que busca apropiarse militarmente de la Colonia (Australia), a la
que domina económicamente. Para comunicar los dos países se ha inventado un
medio de transporte intraterrestre muy pasado de vueltas llamado “la Cascada” y
casualmente Farrell aparece para desbaratar los planes de conquista de la UBF. Vamos, poca cosa que ver con Chuache.
ACTORES: Colin Farrell siempre ha sido un sosete y aquí no
se sale de ello. Su falta de carisma no lo hace el ideal para protagonizar una
película de acción -y menos con el recuerdo del Chuache en mente-. Está
secundado por dos actrices curtidas en el cine de acción, Beckinsale -que
repite con Wiseman- y Biel, que roban totalmente el protagonismo al insulso de
Farrell, aunque sea a base de acrobacias y golpes. El resto de secundarios,
totalmente testimoniales.
DIRECTOR: Que Wiseman no sabe hacer cosas complicadas es
algo que ya sabemos, por lo que desde un inicio no se esperaba que se fuera a meter en las pajas
mentales de Verhoeven. Es evidente que ha rodado
con muchos medios y la recreación del mundo futurista muy detallista, trabajada
y cuidada, pero echo de menos un poco más de alma, ya que tiene demasiados elementos reconocibles de otras
películas. Las escenas de acción están correctamente filmadas y los efectos
especiales están bien conseguidos, como sería de esperar. Wiseman ha creado un
carrusel de escenas de acción resultonas con unos treinta minutos finales convertidos
en una demente sucesión de tiros y explosiones a cada momento más fantasma y
pasada de vueltas. Divertida.
GUIÓN: Evidentemente, el guión es muy simple. En ningún
momento se encuentra el juego de realidades de la película original. La trama consiste
en ver a un Farrell medio atontado perseguido por una maníaca mientras intenta
salvar al mundo, sencillo y sin grandes errores. El ritmo es muy vivo y la
potencia de las escenas de acción -no hay nada como un buen presupuesto-
aguantan la película a pesar de sus pobres diálogos y de unas cuantos sucesos
algo incoherentes que encontramos en la película.
En resumen, es una película en la que encontraremos mucha
acción, explosiones y persecuciones correctamente coreografiadas. Aunque abuse
de tópicos, es sin duda entretenida. No soporta comparaciones con la película
original, pero no aburre en absoluto y eso, a veces, es todo un logro.
Nota: 4
Nota filmaffinity: 5.4
Sorprende no encontrar una autoafirmación de la superioridad
de la identidad cultural yanqui que esperaríamos en una película de este estilo
de Hollywood.
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