jueves, 6 de marzo de 2025

Scoop

Al ponerme a hacer la reseña de esta película, me he dado cuenta de que empiezo a tener muy pocas películas de Woody Allen por ver y reseñar. Creo que (junto con Spielberg) debe ser el director al que le he prestado más atención a lo largo de los años.

En Scoop tenemos a una aspirante a periodista que recibe un chivatazo (un scoop, en inglés) del más allá sobre un asesinato que incumbe al soltero más codiciado de Inglaterra. Por su parte, Woody Allen es un charlatán que vive de hacer ver que tiene contacto directo con los muertos, aunque en el fondo se dedique a hacer del personaje clásico de Woody Allen. Esta improbable pareja de detectives se pondrá en marcha para esclarecer una muerte que no ha atraído la atención de la policía, lo que les llevará a meterse en líos bastante más gordos de los que hubieran deseado disfrutar.

Recordando en gran medida a Misterioso asesinato en Manhattan tenemos aquí una comedieta menor que, sin pretender tener trascendencia alguna, entra finísima. Transcurre por terrenos agradables, como si de un vaso de agua fresca en verano se tratara: No lo recordarás de por vida, pero sienta de maravilla. No inventa nada especialmente novedoso, pero está repleta de diálogos ingeniosos, un ritmo muy vivo, referencias a los cómicos de antaño integradas en la trama y un savoir faire en la comedia al alcance de muy pocos.

A ello ayuda la presencia de cuatro actores que desprenden una naturalidad insultante. Por un lado hay que destacar a los protagonistas, Woody Allen haciendo de su personaje a la perfección, como siempre; mientras que Scarlett Johansson clava el tropo de tia buenorra tontita (pero no tan tonta), jugando con el tópico en su beneficio mientras está más guapa que nunca. Desprenden una buena química de lo más inesperada, complementándose a la perfección dentro de la excentricidad de sus papeles. Hugh Jackman hace el papel de galán pijo y seductor, notándose como goza cada escena y lo bien que se lo está pasando rodando. Por su parte, Ian McShaneencara al JJ Jameson, al periodista de raza que sabe que tiene el chivatazo del siglo y no podrá descansar en paz hasta que consiga que la verdad salga a la luz. En un papel similar al de su peculiar Swaringen, se convierte en el cabrón (en nuestro cabrón) que lucha por lo que cree hasta límites absurdos, sin dejar siquiera que la Muerte (no temáis al Segador) se interponga en su camino. Si a Woody Allen le quedan bien los diálogos estúpidos para escurrir el bulto, los de McShane desprenden una arrogancia tal que se hace obligatorio quererle.

La trascendencia del argumento es, cuanto menos, escueta. Es predecible, pudiéndose adivinar qué va a pasar en los siguientes minutos, pero la trama se despliega con corrección, hilando con cierta habilidad los giritos de guión que sabemos que han de venir. Pero claro, está envuelto en diálogos ingeniosos, un extraño (y exacto) sentido del humor negrísimo que cabalga contradicciones sin despeinarse en ningún momento y un buen rollo desbordante que consiguen que el conjunto se deslice con placer. Una longitud perfectamente ajustada (da gusto cuando una película dura lo que debe durar, ni un minuto más, ni uno menos) y un buen repertorio de chistes ocurrentes son más que suficientes para que este entretenimiento ligero te permita ventilar una tarde placentera con una buena sonrisita.

Scoop es una película menor dentro de la filmografía de su director. Se basa en alargar una tontería durante 90 minutos y ver hasta donde lleva, pero lo hace con acierto, buenos chistes y un ritmillo la mar de molón. Creo haberlo dicho más de una vez (especialmente con Allen), pero ya les gustaría al 99% de los directores de Hollywood hacer películas menores como ésta. Entra finísima. No te marcará pero te da 90 minutos para rellenar una tarde como nadie.

 

Nota: 7

Nota filmaffinity: 6.8

 

PD: La frase de Allen en la piscina cuando se entera del percance de su "hija" es memorable.

 

  

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