domingo, 5 de junio de 2022

Airbag

Uno de estos días en el trabajo que te recuerdan una de las gamberradas más gratuitas que vimos en los cines españoles por los 90. Dentro de su zafiedad, guardaba una cantidad de chistacos tan grande que, al final, le acababas cogiendo cariño.

La propuesta echa para atrás, así de entrada: En plena despedida de soltero (muy cutre y castiza), el novio pierde el anillo dentro del trasero de una de las prostitutas. Cuando el grupete de descerebrados se da cuenta, con todo el resacón encima, deberán empezar una ruta “épica” por todos los puticlubs de la franquicia para recuperar el anillo. En su estupidez, se meterán en el camino de unos narcos de profesionalidad impagable, una infiltración policial y unas prostitutas que saben mucho más de lo que dicen.

Dentro de su delirio y su mal gusto, Airbag es una película que destaca por su imaginación y su capacidad para salirse de los terrenos marcados, ofreciendo al espectador una sorpresa continua. Su desarrollo argumental ofrece un engendro asombroso imposible de predecir ante el que no se puede permanecer impasible. No importa mucho su flexible (ejem) coherencia, las toneladas de mal gusto que contiene o la cantidad de bastardadas que contiene, pero es que te tira las memeces a tal velocidad, los giros de guión son tan ingeniosos y los diálogos afinan tan bien, que las carcajadas están aseguradas. Bueno, siempre y cuando tu nivel de vergüenza ajena no se vea especialmente afectado ni que alguna flipada se pase de la raya (jé) y te saque de la película.


El humor está por encima de todo. Es zafio, grosero y desagrable, pero despliega situaciones con tal nivel de ingenio que no hay más remedio que felicitar. Es una gamberrada muy hija de su tiempo, con muchas tetas gratuitas en pantalla y un montón de estupideces sonrojantes, pero claro, luego tiene tantas escenas que siguen siendo carne de meme, incluso 30 años después. No dejo de alucinar con la osadía del director –que tampoco hizo mucha cosa más de provecho- para parir este engendro tronchante que no deja títere con cabeza. Un desmadre que se mete con todos de la manera más bestias.

Hay quién diría que es una actualización muy particular del esperpento berlanguiano, abusando de tópicos muy reconocibles con lo peor de cada casa, pero mezclando enredos sobre enredos, prostitutas de muy diverso pelaje, guardiaciviles no muy avispados, narcotraficantes de gustos extraños y profesionalidad discutible y pijos descerebrados que no viven más allá de la siguiente juerga: Una mezcla de tradición, costumbrismo y modernidad de lo más explosiva.



Es una de las ventajas (y defectos) de contar con Juanma Bajo Ulloa tras las cámaras, un director irregular que, ante todo, sabe ser inclasificable. Tocado aquí por una inspiración que no volvió a tener, tiene la suerte de que lo más granado del cine español de la época decidió pasarse a dar lustre a cada línea de papel que se les da. No es que los protagonistas (Karra Elejalde, Guillén-Cuervo y Alberto SanJuan) estén bien, que lo están, es que el elenco de secundarios que roban la escena en la que aparecen es de bandera: Los Bardem, Karlos Arguiñano, Rosa María Sardá, Santiago Segura, Maria de Medeiros, Albert Pla… La lista es sorprendentemente grande, con un meme que sigue vigente  (ejem) para cada uno. Y reinando por encima de todos ellos, el sicario más genial de la historia del cine español: el Pazos de Manuel Manquiña. Insuperable y sobretodo, profesional, muy profesional.

Y si no es el inefable Pazos (Aquí va a haber hondonadas de ostias), es toda la escena de la Tortilla Rusa (cuanta imaginación) o el juego que dan los Airbags en la película (que el título viene de algún sitio, oiga). Lo dicho, el bombardeo de humor salvaje te agarra y no te suelta en esta suerte de Aterriza como puedas castizo que usa y abusa de la mejor (peor) manera todos los topicazos que gastamos en nuestra sociedad, no siempre igual de la que veríamos en las propuestas yanquis.


Si bien no es para todos los públicos ni todos los paladares, Airbag es una gamberrada de desternillantes resultados a la que te pille con el ánimo adecuado. Una trama delirante que aprovecha para proceder a un bombardeo de gags groseramente tronchantes se complementa con un elenco de bandera que se toma en serio unos personajes absurdos y convierte cada escena en un locurón divertidísimo.

Nota: 8

Nota filmaffinity: 6.6

  

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