domingo, 26 de octubre de 2014

Los Mercenarios 3

¡Los Mercenarios han vuelto! ¡Y la lista de nombres es más grande que nunca! ¿Acaso es que ahora falta alguien en la fiesta? Acción a la antigua usanza, humor chabacano, mucho músculo y toneladas de nostalgia. Ésta es ya la tercera vez que lo dan todo en la pantalla. ¿Estarán a la altura?




Pues la respuesta es que más o menos. Hace unos años Stallone nos sorprendió  a todos con su espectáculo pirotécnico ochentero lleno de chascarrillos. Juntó a la mayor cantidad mitos viejetes de la acción ochentera que pudo y se los llevó de fiesta a una reunión de amigos donde (seguro) se lo pasaron en grande y montaron una función muy fresca y divertida. Enternecía y divertía a todo aquel que se hubiera criado a finales de los 80/principios de los 90. Sí, las actuaciones eran muy cutres y la trama era una patata pero era una flipada de tal calibre que molaba, haciendo imposible valorarla según los cánones normales.


Si la segunda entrega se dedicó a ser un más y mejor, en esta tercera parte se han centrado en meter todos los nombres y todas las caras conocidas que han podido. Una vez conseguido que no falte nadie, acción a muerte y a correr.  En esto no nos podemos quejar, la película tiene toda la acción que uno puede desear. Es un espectáculo resultón y bien coreografiado, pero le falta esa chispa gamberra que la hacía tan disfrutable.


La historia (que nunca ha sido nada del otro mundo) abraza esta vez un tono mucho más seco y serio, abandonando la gracia autoparódica bastarda de las dos primeras entregas. Stallone se ha preocupado más en hacer todos cameos que sean necesarios antes que en presentar a los personajes (que nunca han sido muy profundos) y el resultado es que los actores hacen prácticamente de sí mismos. El engendro desborda testosterona a muerte, pero ni los nuevos fichajes acaban de tener fuerza, ni hay tiempo para que las viejas glorias se luzcan a fondo. Por ello, tenemos menos de esas bizarradas con que nos deleitaban Los Mercenarios. Y es que ver como Dolph Lundgren parte en dos a un pirata porque sí mola un puñao (¡Queremos mas!). Sólo un Banderas cargante e hilarante a partes iguales se comporta de un modo diferente, con su Legionario Español  (¡de pura cepa!) medio traumatizado medio flipado medio ostiable. Que refresque o te den ganas de tirarlo por la ventana depende del humor con que te pille, porque tiene tela.

Estoy seguro que ha sido una reunión de colegas que se lo han pasado muy bien, pero esta vez no se ha notado tanto en pantalla. Los mejores chistes pasan por burlarse de los problemas con la justicia de Wesley Snipes y por cachondearse del acento British de Statham, al que nadie entiende en medio de un mar de actores no anglosajones hablando inglés (Banderas exagerando un acento español, Chuache y su rotundidad germana, Stallone que habla lo que habla, Li con acento asiático, etc.) y no tanto por vaciladas entre los protagonistas.


Pero no nos olvidemos, los mercenarios siguen molando. Uno ya sabe a lo que va en esta película. El ejercicio de acción es impecable, la ensalada de explosiones que nos sirven es de traca y su mezcla de acción clásica brutal es marca de la casa. Te deja bien a gusto, pero la decisión que ha tomado Stallone de convertir la comedia de acción de las anteriores entregas en una película de tiros pura y dura no acaba de dar un producto tan carismático como antes.

Nota: (esta vez sí) 4
Nota filmaffinity: 5.5

Publicado previamente en cinéfagos AQUI

No hay comentarios:

Publicar un comentario