jueves, 31 de enero de 2013

Cavernas de Hielo (Sandy Mitchell)


Ya que había dicho que iba a leerme los dos primeros libros de Ciaphas Cain ahora que tenía el tercero, ¡aquí va la reseña del segundo!

Título: Cavernas de Hielo
Autor: Sandy Mitchell
Título original: Caverns of Ice



“La esperada continuación de las aventuras de Ciaphas Cain: la cara más divertida del universo Warhammer 40.000 Cuando el Comisario Ciaphas Cain y su regimiento de guardias valhallanos se despliegan por el mundo helado de Simia Orichalcae, sus esperanzas de realizar una misión sin contratiempos se ven frustradas de repente. Una serie de misteriosas desapariciones están causando un gran malestar entre los mineros y, como oficial superior, nombran a Cain para realizar la investigación. Sin saberlo él, el planeta está justo en el camino de una gran incursión orca, mientras los salvajes pieles verdes atacan, algo maligno comienza a despertar en las profundidades de las Cavernas de Hielo.”

La verdad es que el argumento está justo al revés. El Comisario y sus valhallanos van al planeta para proteger los yacimientos de promethium de una incursión orka y se encuentran que, por medio, hay unas extrañas desapariciones y algo oculto en el hielo…

Por el resto, la novela sigue el irreverente esquema anterior: lo que vemos es una transcripción que hace la Inquisición de las memorias de Cain, que nos es completada con muchas notas al pie y otros textos complementarios para que cojamos la idea general, como si de un libro “para escolares” se tratara.

La historia se centra en dos lugares concretos.
- Las reuniones del Estado Mayor en que los diferentes comandantes de la Guardia y los dirigentes del planeta se reúnen para decidir como llevar adelante la guerra en la que se hayan. Es el lugar indicado para que la arrogancia de Cain se desate y nos obsequie con una buena dosis de chistes y momentazos petulantes y jactanciosos, en los que Cain, aprovechando su “inmerecida” reputación presume y se pavonea para terror de los ignorantes gobernantes del planeta. Hay momentos en que es difícil aguantar las risas -en el metro no es conveniente-.
- En otros momentos, Cain baja a las minas para investigar las desapariciones. Ahí es cuando el libro coge el tono de comedia de acción donde encontramos una buena mezcla de tensión, acción y chistes irreverentes. No logra la particular atmósfera de la primera parte, pero consigue ser entretenido.

Es curioso el hecho de que se eviten narrar las batallas. En vez de ser explicadas con todo detalle -lo que uno se esperaría-,  se esquivan usando los textos de apoyo -con una narración muy aséptica- y comentando los hechos principales en la reunión posterior. ¡Un libro de la franquicia sin batallas, curioso! Además, se introducen dos de las razas que han visto menos juego en las novelas. Los Orkos se presentan tan ridículos y estrafalariamente brutales como siempre se ha vendido en el trasfondo, ahondando en lo extrañamente funcional de su filosofía y su sociedad. Los necrones se presentan de un modo mucho más tenebroso e inquietante, muy acorde con la imagen de misterio e impiedad que siempre se ha vendido en la poca cancha que se les ha dado siempre.

Más que un libro de acción o de aventuras, sigue siendo una comedia irreverente que se centra en un Comisario cínico, hedonista y bastante cabroncete que no puede evitar meterse en más líos de lo que le gustaría. Cuando me lo leí por primera vez eché unas buenas risas, a pesar de que tanto la historia como el desarrollo  son más flojos que en Por el Emperador. Sin embargo, esta vez me ha parecido algo más repetitivo y con chistes menos graciosos. Quizás será debido a que apenas un mes antes me había leído la primera parte y la tenía demasiado “en mente”.

El libro sigue protagonizado por el “simpático” y escurridizo Comisario Cipahas Cain, el cual sigue presumiendo de su reputación para obtener favores, aunque a veces se tenga que comer unos cuantos marrones. Tan sarcástico y sobrado como siempre, hay que reconocer que tiene su gracia.

Su ayudante Jurgen sigue siendo tan desordenadamente eficaz y excéntrico como siempre. Su higiene no ha mejorado, lo que provoca la incomodidad de los que le rodean pero ello no le impide lleva a cabo su deber con una diligencia exagerada -y peligrosa- y una falta de comprensión del sarcasmo muy notable.

El mayor problema al que se enfrenta el libro es que la historia repite la excusa de meter a Cain y al psoriásico Jurgen en una serie de galerías heladas con secuaces masilla y allí provocar una serie de situaciones divertidas. Hay que reconocer que gracia tienen, pero los dos protagonistas no tienen nadie sobre quién descargar la acción (se echa en falta un buen secundario como era Amberley May) y se nota. Aunque el libro es cortito, hay demasiada sensación de deja vu  y menos frescura que en la primera parte.

¿Sigue siendo divertido? En mi opinión, sí pero menos. Además, al haberlo leído casi seguido, se pierde la sensación de frescura y novedad que provoca la irreverencia de la narración. Si los libros se espacian algo en el tiempo en su lectura, son bastante aprovechables para echar unas buenas risas.

Nota: 5
Nota anobii: 3,5/5

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