Ya
que había dicho que iba a leerme los dos primeros libros de Ciaphas Cain ahora
que tenía el tercero, ¡aquí va la reseña del segundo!
Título:
Cavernas de Hielo
Autor: Sandy Mitchell
Título original: Caverns of Ice
“La esperada continuación de las aventuras
de Ciaphas Cain: la cara más divertida del universo Warhammer 40.000 Cuando el
Comisario Ciaphas Cain y su regimiento de guardias valhallanos se despliegan
por el mundo helado de Simia Orichalcae, sus esperanzas de realizar una misión
sin contratiempos se ven frustradas de repente. Una serie de misteriosas
desapariciones están causando un gran malestar entre los mineros y, como
oficial superior, nombran a Cain para realizar la investigación. Sin saberlo
él, el planeta está justo en el camino de una gran incursión orca, mientras los
salvajes pieles verdes atacan, algo maligno comienza a despertar en las
profundidades de las Cavernas de Hielo.”
La
verdad es que el argumento está justo al revés. El Comisario y sus valhallanos
van al planeta para proteger los yacimientos de promethium de una incursión
orka y se encuentran que, por medio, hay unas extrañas desapariciones y algo
oculto en el hielo…
Por
el resto, la novela sigue el irreverente esquema anterior: lo que vemos es una
transcripción que hace la Inquisición de las memorias de Cain, que nos es
completada con muchas notas al pie y otros textos complementarios para que
cojamos la idea general, como si de un libro “para escolares” se tratara.
La
historia se centra en dos lugares concretos.
-
Las reuniones del Estado Mayor en que los diferentes comandantes de la Guardia
y los dirigentes del planeta se reúnen para decidir como llevar adelante la
guerra en la que se hayan. Es el lugar indicado para que la arrogancia de Cain
se desate y nos obsequie con una buena dosis de chistes y momentazos petulantes
y jactanciosos, en los que Cain, aprovechando su “inmerecida” reputación
presume y se pavonea para terror de los ignorantes gobernantes del planeta. Hay
momentos en que es difícil aguantar las risas -en el metro no es conveniente-.
- En
otros momentos, Cain baja a las minas para investigar las desapariciones. Ahí
es cuando el libro coge el tono de comedia de acción donde encontramos una
buena mezcla de tensión, acción y chistes irreverentes. No logra la particular
atmósfera de la primera parte, pero consigue ser entretenido.
Es
curioso el hecho de que se eviten narrar las batallas. En vez de ser explicadas
con todo detalle -lo que uno se esperaría-, se esquivan usando los
textos de apoyo -con una narración muy aséptica- y comentando los hechos
principales en la reunión posterior. ¡Un libro de la franquicia sin batallas,
curioso! Además, se introducen dos de las razas que han visto menos juego en
las novelas. Los Orkos se presentan tan ridículos y estrafalariamente brutales
como siempre se ha vendido en el trasfondo, ahondando en lo extrañamente
funcional de su filosofía y su sociedad. Los necrones se presentan de un modo
mucho más tenebroso e inquietante, muy acorde con la imagen de misterio e impiedad que siempre se ha vendido en la poca cancha que se les ha dado
siempre.
Más
que un libro de acción o de aventuras, sigue siendo una comedia irreverente que
se centra en un Comisario cínico, hedonista y bastante cabroncete que no puede
evitar meterse en más líos de lo que le gustaría. Cuando me lo leí por primera
vez eché unas buenas risas, a pesar de que tanto la historia como el
desarrollo son más flojos que en Por el Emperador. Sin embargo, esta vez
me ha parecido algo más repetitivo y con chistes menos graciosos. Quizás será
debido a que apenas un mes antes me había leído la primera parte y la tenía
demasiado “en mente”.
El
libro sigue protagonizado por el “simpático” y escurridizo Comisario Cipahas Cain, el cual sigue presumiendo de su reputación
para obtener favores, aunque a veces se tenga que comer unos cuantos marrones. Tan sarcástico y
sobrado como siempre, hay que reconocer que tiene su gracia.
Su
ayudante Jurgen sigue siendo tan
desordenadamente eficaz y excéntrico como siempre. Su higiene no ha mejorado,
lo que provoca la incomodidad de los que le rodean pero ello no le impide lleva
a cabo su deber con una diligencia exagerada -y peligrosa- y una falta de
comprensión del sarcasmo muy notable.
El
mayor problema al que se enfrenta el libro es que la historia repite la excusa
de meter a Cain y al psoriásico Jurgen en una serie de galerías heladas con
secuaces masilla y allí provocar una serie de situaciones divertidas. Hay que
reconocer que gracia tienen, pero los dos protagonistas no tienen nadie sobre
quién descargar la acción (se echa en falta un buen secundario como era
Amberley May) y se nota. Aunque el libro es cortito, hay demasiada sensación de
deja vu y menos frescura que en la primera parte.
¿Sigue
siendo divertido? En mi opinión, sí pero menos. Además, al haberlo leído casi
seguido, se pierde la sensación de frescura y novedad que provoca la
irreverencia de la narración. Si los libros se espacian algo en el tiempo en su lectura, son
bastante aprovechables para echar unas buenas risas.
Nota:
5
Nota
anobii: 3,5/5
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