viernes, 11 de enero de 2013

¿Qué fue de los Morgan?


Debo reconocer que estaba convencido -por el título- de que ésta era una película del Oeste, así que podéis imaginar la sorpresa cuando empiezo a escuchar la voz titubeante de los personajes de Hugh Grant y Sarah Jessica Parker. Estaba claro que la película que iba a ver era muy diferente de lo esperado…

Paul y Meryl son dos pijos neoyorkinos sin otro afán que elegir en qué restaurante cenar o qué traje de moda ponerse. A raíz de una infidelidad de Paul están en trámites de divorcio, pero parecen querer reconducir las cosas. Sin embargo, son testigos de un asesinato y se convierten en el objetivo del sicario en cuestión. Para evitar su muerte, el FBI los introduce en el programa de protección de testigos, siendo enviados a un pueblo rural de Wyoming, donde su carácter urbanita chocará con el ambiente campestre del pequeño pueblo.

Con esta premisa, ahora sí podemos saber que estamos entre una comedia “romántica” azucarada y blandita para todos los públicos. No se pueden pedir peras al olmo, así que no esperemos nada con un mínimo de trascendencia.

ACTORES: Los dos actores principales se dedican a hacer básicamente de ellos mismos. Grant hace del británico inseguro pero buena persona en el fondo mientras que Parker hace de pija tonta insoportable. Si a alguien le gustan estos actores, puede que le consiga sacar algo de provecho a este film, pero es una propuesta floja incluso para los fans. Sam Elliot sigue luciendo su característico bigote, que se estira casi en formato panorámico, mientras que el resto de secundarios cumple haciendo la función de topicazo que se les pide y gracias.

DIRECTOR: Marc Lawrence pertenece a ese nutrido grupo de directores que, pese a tener una larga filmografía, no han aportado absolutamente nada bueno al género de la comedia. Diría que se dedica a idear una premisa que parezca graciosa, presentársela a un estudio y redactar un guión sin la más mínima gracia para empezar a rodar. Está realizada con corrección y sin errores, por lo que se puede ver sin problemas, pero la intrascendente propuesta resultante no ofrece nada nuevo ni atrayente.

GUIÓN: La historia es de lo más floja y baladí. Aparte de la nula química entre los protagonistas, la planicie argumental se desarrolla entre lo previsible y lo obvio. Los chistes, de blanditos, azucarados y políticamente correctos que son, se quedan sin la más mínima gracia. Se abusa de tópicos entre la congestionada y estresante urbe y la simplona -“estúpida”- tranquilidad aburrida de los medios rurales, además de unos cuantos chistes pseudoecologistas que no se sabe muy bien de quién se está riendo.
Por otro lado, se debe reconocer que la película no es insultante ni provoca vergüenza ajena. El guión mantiene cierta coherencia interna y los chistes son plenamente reconocibles aunque no hagan la más mínima gracia.

El film es totalmente previsible e insulso, pero de amable y confortable visionado. Intrascendente y sin la más mínima complicación -ni el más mínimo interés-.

Nota: 2
Nota filmaffinity: 4.2

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