martes, 17 de abril de 2012

El amo del tiempo (Francisco Escobar Olivas)


Título: El amo del tiempo
Autor: Francisco Escobar Olivas

“Albores del siglo XX. En un mundo rural enterrado entre montañas, Nicanor descubre que puede convertirse, a pesar de sus propias taras y las de la sociedad que lo encasilla, en el amo del tiempo.”


Estamos en un pequeño pueblo en el que nunca pasa nada. Todo el mundo parece tener prefijado su destino al nacer: el rico cacique manda y dispone, el alcalde permite los trapicheos a cambio de su parte, el maestro intenta enseñar unos rudimientos de educación a los pequeños, el cura educa para la obediencia y los pobres acatan y sufren mientras el guardia civil se preocupa de que nadie se salga del redil.

El protagonista de la historia es Nicanor, nacido de familia pobre y con un retraso que le impide comunicarse correctamente con los demás. Debido a ello recibe el sambenito de tonto (o loco) del pueblo y las burlas y odios de todo el mundo. Sin embargo, Nicanor es inteligente y, en la medida de sus posibilidades, intenta escapar de su destino, consiguiendo llegar a encargarse del mantenimiento del reloj del pueblo, aunque nadie le trate con un mínimo de respeto. Allí descubrirá que, de vez en cuando, tiene la capacidad de detener el tiempo, cosa que aprovechará en su beneficio.

La otra persona que intenta rebelarse contra su destino es María Pulido, la hija del cacique. Atea e instruida, no desea otra cosa que vivir tranquila a su aire, pero como hija de familia bien, no tiene más remedio que conformarse con un matrimonio de conveniencia sin rastro de amor, que la convierte en una paridora de hijos y un mueble que adorna la casa.

Usando de una manera muy original los relojes y el tiempo como leit motiv de la historia, somos testigos de la infancia de los dos protagonistas y de su paso a la adultez, que trae la aparición de las capacidades de Nicanor. Mientras tanto, parecen avecinarse tiempos de cambios, pues el cacique local desea dar un último golpe de mano que le asegure la supremacía total en el pueblo.

Este libro me ha hecho recordar en muchos momentos -especialmente al inicio- como era la vida en los pequeños pueblos de Castilla, siempre tan tediosa y rutinaria, casi detenida. Mi abuelo no deja de contarnos pequeñas anécdotas y pequeñas historias de sus tiempos mozos y sus travesuras y no he podido evitar enternecerme recordando sus graciosas chanzas y lo bien representadas que las he visto en el libro. (Gracias)

Es una novela rural, muy bucólica, con unos personajes muy bien descritos y unos toques de realismo mágico muy frescos que encajan muy bien con esa obsesión por los relojes de varios personajes. El lenguaje utilizado es muy lírico, con una abundancia de adjetivos casi abrumadora y un vocabulario muy “de pueblo” que contribuye positivamente a dar ese ambiente bucólico que demanda la novela. El mayor problema (que no defecto) que hay en la novela es su exagerada plétora de elipsis que puede provocar alguna ligera confusión en algunos momentos y que obliga a leer con atención para no ver saltos de calles a chimeneas en apenas una línea.

Siempre es agradable ver a nuevos pequeños autores que, aunque desconocidos para el gran público, saben deleitarnos, desde su modestia, con historias interesantes y bien contadas.

Nota: 8

No hay comentarios:

Publicar un comentario