lunes, 13 de octubre de 2025

Frío como el acero

Una de estas cosas de Movistar que ves sin ganas una tarde en que no te puedes mover (mucho) del sofá.

La portada ya indica dónde estamos: Toca una de tíos duros de finales de los ochenta. Aquí, esta mole rocosa e inexpresiva es un policía poco dado a mantener las formas que debe infiltrarse en una banda de moteros sospechosos de tráfico de drogas. Cómo es el más duro de los duros, se hará pronto con la confianza del líder, enterándose de que están preparando un atentado contra el Gobernador del estado (o algo así).

Una más dentro de la recua de imitadores de las películas de Stallone, Chuck Norris y Charles Bronson. Aquí tenemos a Brian Bosworth, ex NFL al que convencieron de que podía tener éxito como actor de acción (no).

A la dirección tenemos a Craig R. Baxley, originalmente coordinador de tiroteos en películas de acción que luego se pasó a dirigir sus propias películas para hacer todas las tonterías que le apetecieran. Como lo que sabe es dirigir explosiones, peleas y balaseras, es lo que se dedica a poner a lo largo de la película. Eso de meter una historia con sentido, dirigir a los actores o que la trama tenga algo de coherencia, bueno, menudeces…

Sin embargo, dentro de tontería, esta macarrada es bien consciente de que no te la puedes tomar en serio. Por ello, aboga por entretener a base de frases lapidarias sin control y venirse tan arriba que te acaban arrancando una (ligera) sonrisilla de incredulidad. Reconozco que no vi venir el crescendo de “estamos moviendo unas bolsitas” a “vamos a matar al Presidente” que se gastan aquí. Pero bueno, tiene el acierto de que los tiroteos se suceden a buen ritmo para rellenar sus exiguos 88 minutos (letras incluidas). ¿qué el desenlace es un disparate sin sentido? ¿qué los personajes van como pollo sin cabeza? Bueeeeno, pon más tiros y p’adelante.

Una película de pim, pam, pum. Dura tan poco que no da tiempo a aburrirse y tiene tal cantidad de tonterías autoconscientes que consiguen que el resultado no sea tan malo como otras bazofias del género.

 

Nota: 4

Nota filmaffinity. 4.9

 


sábado, 4 de octubre de 2025

Hulk - Planeta Hulk (Greg Pak, Carlo Pagulayan, Aaron Lopresti)

¿Hace cuanto que no se pasaban los cómics por aquí? Intentaré (otra vez) remediar esto un poco. Hoy traigo una propuesta de mi monstruo verde favorito.

Planeta Hulk nos sitúa a un Hulk muy traumado que llega a un planeta desconocido. Su rabia tiene un buen motivo, pues ha sido traicionado por los Vengadores, aquellos en los que confiaba y expulsado de la Tierra por el bien de la humanidad. En este nuevo planeta, es capturado por el Emperador local que, viendo su capacidad de lucha, decide convertirlo en gladiador para el disfrute de la plebe. Por estas cosas que pasan, Hulk se convertirá en el líder de una rebelión para liberar a la gente de una tiranía. Sin embargo, lo que le mueve no es el deseo de justicia, sino la rabia por la traición sufrida, saciando sus ansias de venganza con la oligarquía del planeta.

Editorialmente, este cómic se publica durante el evento de la Civil War de Marvel. Como la presencia del monstruo verde en cualquiera de los bandos desequilibraría la balanza, se decidió que lo mejor era mandarlo a pasear y que todo ocurriera mientras él “estaba fuera”. Esto otorgó a sus autores una oportunidad inusual: 12 números para hacer lo que les venga en gana en un mundo aparte, sin tener en cuenta interacciones con ningún otro personaje de la franquicia. Así que se vinieron muy arriba. Y sí. Es Gladiator, en versión Marvel. Hulk está más enfadado que Máximo, pero el planteamiento y el desarrollo es similar: tenemos nuestro héroe, una plebe que vive con miedo, un emperador medio zumbado, combates en el Coliseo (galáctico), amores imposibles, etc.

Puede que suene ha visto, pero lo más importante: este cómic mola un montón. Pone a Hulk en una situación en la que no puede limitarse a romper todo, la trama le supera y tiene, con sus limitaciones, pensar qué es lo correcto y qué cabeza debe aplastar. A medida que pasan las páginas, podemos entender los remordimientos que le carcomen por dentro, su necesidad de redención y su rebeldía ante una injusticia tan similar a la que él vive cada día. No tenemos aquí a una bestia sin cerebro, ni a una mente maestra que ha hecho las paces con su cuerpo. Banner vive dentro de Hulk, pero es consciente de que ésta no es su lucha, y las pocas veces que sale a la luz, se percibe en su timidez que lo único que desea es salir de en medio. Después de todo, aquí tenemos a un líder, a un gladiador. Una vez se “despierta”, tenemos a Máximo el Hispano, capaz de decidir el destino de un planeta a partir de su fuerza de voluntad.

Puede que el avance de la trama peque de predecible, pues se copia lo que se copia, pero no le impide tener un buen número de momentazos y diálogos bien encontrados. Así, se disfruta de una historia divertida, ingeniosa y, sobre todo, muy épica. Se hace ideal para engorilarse y ver hasta dónde puede llegar la siguiente vuelta de tuerca y cómo van a subir las apuestas una y otra vez.

El apartado gráfico corre a cuenta de Carlo Pagulayan y Aaron Lapestri (principalmente), a los que debo felicitar por su trabajo. Da vida al planeta Sakaar con las dosis de carisma que merece y, sobretodo, son capaces de transmitir la fuerza brutal con la que se mueve el protagonista. No tendremos aquí splash pages mega espectaculares, pero hay una visceralidad en la acción que encaja a la perfección con la historia que se está contando, transmitiendo la tensión y el carácter de los personajes de manera impecable. Pagulayan es sustituido en un capítulo por Gary Frank. Se nota el cambio en los lápices, pero no descoloca ni defrauda en ningún momento.

De aquella manera, pero este cómic ha sido trasladado a la gran pantalla como parte del MCU. Dentro de Thor: Ragnarok se produce la aparición inesperada de Hulk en un coliseo de gladiadores, después de un buen tiempo sin aparecer en ninguna de las películas. Lleva el mismo uniforme que en Planeta Hulk y, por las pocas cosas que se nos describen, podemos entender que argumentalmente está sucediendo lo mismo que en el cómic. No obstante, en la película el tono es de spoof movie y es Thor quien arregla todo, pero bueno. Asimismo, en la serie de Hulka también se vieron consecuencias de su estancia interplanetaria. No me gusta, pero quizás una traslación más literal hubiera sido problemática ^^


Así pues, Planeta Hulk es uno de los cómics más divertidos del personaje. Con menos trasfondo filosófico que otras historias entre el hombre y el monstruo y mucha más aventura, tenemos 400 páginas de acción, aplastamientos e historias épicas con las que molarnos a lo grande.

 

Nota: 9

Nota goodreads: 4.2/5