miércoles, 28 de agosto de 2024

Wild Wild West

Con el tiempo, vamos avanzando en este especial de películas malas que nunca llegamos a realizar. Hoy nos mezclamos con vaqueros, travestis y arañas gigantes, en Wild Wild West.

Así, nos situamos al final de la Guerra de Secesión estadounidense. Cuando parecía que la paz y la reconciliación estaban floreciendo, un misterioso atacante amenaza con dar al traste con la situación. Causando una destrucción más allá de toda medida, los sheriffs locales no pueden lidiar con el asunto, con lo que el presidente Grant deberá echar mano de sus dos mejores hombres. El obvio problema es que sus métodos son completamente antagónicos, por lo que la investigación tomará unos derroteros… inesperados.

Aunque está situada en un punto temporal concreto, desde un primer momento nos daremos cuenta de que la realidad histórica se la trae al pairo. Wild Wild West es una comedia de aventuras disparatadas, que propone una mezcla bastante absurda de ingredientes, con sus acrobacias, sus payasadas y una imaginación cuanto menos sorprendente. Cuando se sugirió, me sorprendió que se incluyera en esta categoría, pues fui al cine en su momento y, en mi tierna juventud, recordaba habérmelo pasado en grande con ella. Había salido entusiasmado con sus tonterías, cansado casi de todo lo que me había reído.

Pero bueno, hemos venido a jugar y debemos verla para poder desbarrar a gusto. Esta revisión me ha cambiado un poco esta concepción. Quizás porque soy un público más maduro y tengo ya bastantes millas corridas, pero ¡vaya película! Hay tal cantidad de defectos que espanta. Me gustaría saber qué se fumaron al crear el guión, aprobar el proyecto o realizar la filmación, porque la cantidad de cosas que no deben hacerse en una película de cine de gran presupuesto es enorme (que esto costó 170M!). Una vez entiendes de dónde sale el proyecto algunas cosas se entienden más, después de todo Barry Sonnenfield y Will Smith venían de hacer Men in Black y estaban en el momento en que se les permitía cualquier cosa.

Es que no sé por dónde empezar. Muchos aspectos de la propuesta necesitaban de una revisión muy completa que, bueno, como detrás están quienes están, pues producción aceptó tirar para adelante sin mirar. La trama argumental tiene unos agujeros y unas incoherencias que parece que estamos ante una propuesta parecida a Abraham Lincoln, Cazavampiros antes que en una superproducción. Sonnenfield tiene unos gags que quiere realizar y no se molesta en hilarlos convenientemente (que sabe hacerlo, que veníamos de haberlo visto en Men in Black), con unos baches de ritmo bastante exagerados. La pretendida enemistad entre los dos protagonistas se traduce en unos diálogos de besugos a los que les falta mucha revisión, utilizando el roast sin ningún tipo de medida. Se suceden chistes racistas, a costa de gays, paralíticos, sordos, enanos…Del trato de las mujeres como ganado (y ellas disfrutando por ello) ni hablamos, claro ^^.

¿Y cómo tenía yo buen recuerdo de ella? Pues porqué también tiene sus cosas buenas. Wild Wild West se arroja en el Steam Punk con entusiasmo e imaginación. A lo largo de su metraje encontramos un montón de cacharros funcionales la mar de locos que hacen disfrutar cosa mala a mi niño interior. El ingenio para concebir la máquina asesina de imanes o la silla de ruedas del malo maloso no están al alcance de cualquiera. Un caso aparte es la araña gigante final. Es un subidón que mola un puñado, pero si conocemos un poco de historia, la cosa tiene más gracia. Un par de años antes, se estuvo moviendo un proyecto para una película con Superman dirigida por Tim Burton y Nicholas Cage como Clark Kent. La idea para el clímax final era que Superman luchara contra una Araña mecánica gigante con cierto toque steampunk. El proyecto al final fracasó, pero parece que un productor se quedó con las ganas de meter una araña gigante, así que se dedicó a buscar proyectos en danza donde pudiera caber un bicho de ese tipo y allá que fue con Wild Wild West, añadiendo 20M sólo para tener la maldita arañita liándola parda.

Y luego está Will Smith. Estos años son los que él era el amo del cotarro y sólo con su jeta ya sacaba adelante cualquier película. Cosa que hace aquí: a base de carisma, sonrisa y un culo bonito, la película funciona. Se le perdona cualquier patochada porque, joé, mola. Y eso basta. Además, a su lado están Kevin Kline y Kenneth Brannagh pasadísimos de vueltas que redondean toda la fumada. Está claro que los tres se lo han pasado en grande rodando esta película. Son conscientes que tienen una tontería enorme entre manos, pero disfrutan tanto con su juguetito que el resultado es tronchante. Este contexto hace que incluso los chistes más pasados de vueltas hagan diana.  Por ejemplo, hay un momento en que Loveless reparte los EEUU entre Reino Unido, España y Méjico. “- ¿Y Francia? - Qué le den a los franceses.” (Obvio).

Wild Wild West es una película que debería ser un desastre. Falla por casi todos los frentes, no tiene filtro y no sabe cuándo desbarra o se pasa de ingeniosa. La trama es de chiste y no sabe qué es el ritmo. Sin embargo, el trío protagonista desborda tanto carisma que la película funciona. Así, tenemos 100 minutos de chorradas, steam punk y tortazos. Diversión por todos lados.

Sí, merece estar dentro de las películas malas que molan. Porque es mala, y porque mola un montón.

Nota: 6

Nota filmaffinity: 4.0 

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