jueves, 5 de septiembre de 2024

Chicho Terremoto

“CHICHO ES UN CANIJO UN CANIJO PEQUEÑITO, QUE LLEGA MUY ALTO PARA HACER UN BUEN TAPON. CHICHO CHICHO UN TERREMOTO QUE DESTROZA TODO. SU FAMOSO TIRO DEL GATO ES DE LO MEJOR…

Ésta es una de las canciones que me ponían una sonrisa más tonta cuando era pequeño. Sabía que venían veinte minutos de tonterías en torno al basket y las bragas. Era consciente que era una tontada como un piano, pero me reía cosa mala con ella, cosa que compartía con casi todo el mundo que conocía. 

Chicho es un alumno de instituto muy bajito, cosa que no le impide ser un crack en los deportes, especialmente en el baloncesto, convirtiéndose en la estrella de un equipo de perdedores que empezará a ganar tan pronto se incorpora al club. Podría ser el planteamiento de un spokon cualquiera, pero tiene un aderezo curioso: Chicho es un salido que disfruta levantando faltas y mirando las bragas del resto de alumnas, cosa que hace continuamente con “jocosos” resultados. Además, está enamorado de Rosita, la chica más guapa y más pura del instituto, dedicando todos sus esfuerzos a conseguir sus amores a pesar de “competencia” de Bobby, el perro de Rosita (¡).

En mi memoria, recordaba un montón de chistes guarriles, así que al revisionarla me he llevado una sorpresa agradable. No es una serie subida de tono apenas, ni tiene ningún toque erótico. Sí. Cada capítulo hay una chorradita de faldas, pero los chistes verdes son tan pueriles, tan ingenuos, que se hacen casi entrañables de lo tontos que son. Tampoco se centra mucho en carpeteos románticos, pues la pareja Rosita&Chicho se establece muy pronto y la cosa queda en chistes muy absurdos de Bobby (¡el perro!) intentando ligarse a la chica con ridículos resultados. El deporte es parte troncal de la serie y durante su primera mitad podría pasar por un spokon del que Kuroko o Oliver y Benji deberían tomar nota. Y es que los dos torneos iniciales – sobre todo el de baloncesto, pero también el de tenis de mesa – se plantean en serio, tal como se acometen en este tipo de propuestas: Su entrenamiento, sus subidas de nivel, la emoción por ganar el partido, un cuadro y la emoción de los emparejamientos.

Y es que, una vez presentados los personajes, Chicho entra en el equipo de baloncesto y en nada empiezan los clasificatorios para el interescolar correspondiente que conocemos tanto, siguiendo todos los tópicos sin dejarse ni media. La diferencia es que el personaje salido – que normalmente hace de secundario “cómico” – es aquí el protagonista indiscutible. Luego, cuando Chicho se cansa del baloncesto, se pasa al Tenis de Mesa, donde empieza otro torneo  que deberá ganar, en el que la trama se empieza a fumar un poco. Se sigue dentro de los cánones del género, aunque la comedia toma cada vez más fuerza, esta vez sí, con un montón de buenos chistes repletos de slapstick y otros guarretes de calidad más cuestionable. Sí se pierden los papeles – y mucho – en su parte final, tanto en el momento en que Chicho decide aprender esgrima como en su último arco argumental, con los protagonistas participando en el Ironman de Hawai, que sobrepasa en mucho mis niveles de vergüenza ajena.

Este anime se basa en el manga de éxito de los ochenta llamado “Dash! Kappei!”. La adaptación sigue correctamente los arcos argumentales que se desarrollan a lo largo de sus 17 tomos, si bien Chicho es bastante más parguelas y recibe (bastantes) más collejas en el manga que en el anime. Es uno de los referentes dentro de los mangas cómicos de su época junto con Dr. Slump aunque ahora se halla bastante olvidado. No en vano, ha quedado bastante desfasado en muchos aspectos. La animación es de principios de los ochenta, por lo que duele a la vista “un poquito”. Además, la calidad de los chistes (es que…) no es precisamente la más iluminada, así como en su vertiente deportiva, dónde no puede competir ante propuestas más canónicas como Slam Dunk o Haikyuu.  

Hay baloncesto de verdad

Lo que me hace más gracia es que el nombre de Dash kappei no tiene nada que ver con el de Chicho Terremoto con el que nos ha llegado (significaría Kappei el revoltoso). El anime nos llegó a principios de los ochenta, una época en que la tendencia era la de castellanizar todos los nombres dentro de los animes que transcurrían en la realidad. Así, Kappei se transfirma en Chicho, Akane en Rosita… Realizando una tarea de localización que se hace rarísimo cuando los personajes comentan que están tomando cocido madrileño y tu ves que es un ramen, hablan de pimientos cuando es edamame y así con mil cosas. ¡Otros tiempos!

Una de las cosas que se pierden en la adaptación está en la adaptación de la estética superdeformed de los personajes. En el manga se te deja claro que el único “defecto físico” de Chicho es que mide sobre 1.20-1.30, pero que no es feo y está bien formado (por algo es tan bueno en cualquier deporte). Evidentemente, un gallito salidorro que tan pronto está cantando sobre lo bonitas que son las braguitas blancas como levanta las bragas a media clase para verlas (y se enfada cuando una chica no lleva bragas, oju) no es el candidato ideal para enamorar a la chica guapa del instituto, pero es lo que hay, que si no, no tienes historia.

Rosita, en cambio, es la típica pánfila de los mangas de la época, que no hace otra cosa que suspirar por su amado, ponerse roja cada vez que se acerca y se acosada por la mayoría del elenco masculino. Este acoso viene dado por el propio Chicho (cuyas atenciones braguiles no siempre son bienvenidas) y por Bobby, el perro, que lleva calzones y sueña con casarse con su humana. Durante los primeros 20-30 capítulos intenta luchar por el amor de Rosita con jocosos resultados y hace un poco de malo de la historia, buscando putear a Chicho todo lo que puede, con jocosos resultados. Posteriormente, medio acepta que no podrá consumar con su amor platónico y queda como un secundario cómico que enlaza el anime con los espectadores explicando curiosidades sobre el deporte del momento, normalmente de manera muy didáctica.

El resto de personajes va teniendo más o menos protagonismo, destacando siempre los del equipo de baloncesto, que aunque sea por salir más en pantalla, se desarrolla un poco más. Así, tenemos a Antonio, el capitán y el que pone un mínimo de responsabilidad (tampoco mucho) al cotarro; Felipe, que es el as, cuya mayor característica es ser muy guapo; Toribio, el grandote con poco cerebro o Eva, la entrenadora salidorra que sueña con que alguno de sus alumnos le tire los trastos. Así, que bueno, ya os podéis imaginar cómo son las cosas.

Este es el nivel de las tonterías verdes

¿Se puede ver Chicho Terremoto hoy en día? El factor nostalgia hace mucho y es fácil dejarse llevar por sus memeces si las disfrutaste de pequeño. Por otro lado, un zagal de hoy en día encontrará ejemplos muy superiores tanto en animación, traducción o trascendencia. Eso no quita que si es capaz de soportar las perversiones del personaje principal, la vergüenza ajena no es problema y no tiene inconvenientes con una animación muy desfasada, puede encontrarse disfrutando en gran manera de los dos primeros torneos deportivos. Luego la serie descarrilla a niveles épicos como pocas veces he visto. A destacar toda la excursión por los EEUU que no hay por dónde cogerla o el cierre con la formación de un puñado de parejas inesperadas que le dejó a uno bastante ojiplático.

La serie, emitida inicialmente entre 1981 y 1982 contó con una única temporada ininterrumpida de 65 episodios de 20 minutos. A destacar la primera saga, dedicada al baloncesto (1-27) y el segundo gran arco argumental, con foco en el ping pong (32-42). El arco del Esgrima (46-58) es bastante mejorable y el IronMan final es un esperpento sin sentido (59-65).

Cero problemas con el travestismo o la homosexualidad aquí

En conclusión, Chicho Terremoto es una hija de su tiempo que aúna comedia, chistes verdes y competiciones deportivas en esa mezcla extraña que tenían los japoneses para los más pequeños en los ochenta. Los nostálgicos se encontrarán con una serie mejor de lo que recuerdan. ¡No está tan mal, oiga!

 

¡Tres puntos colega!


Nota: 6(baloncesto)-7(pingpong)-3(esgrima)-1(Ironman)

Nota filmaffinity: 6.4 

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