jueves, 9 de marzo de 2023

Free Guy

Desde hace un buen tiempo se suele decir que Ryan Reynolds se ha aficionado a hacer un papel muy clónico que consiste en hacer, básicamente de Ryan Reynolds, es decir: un tío simpático, parlanchín, algo torpón y con mucha suerte. Y sin embargo, parece funcionar. Tal como Robin Williams o Jim Carrey tuvieron su época, parece que éste es el momento de Reynolds.

Free Guy nos sitúa en un videojuego online. Pero no lo hace desde la manera habitual, sino que lo hace a partir de cómo vive uno de sus NPCs, es decir, los personajes no jugador creados por la máquina. Ignorante de estar dentro de un servidor informático, Ryan Reynolds (si es que no se le puede llamar de otra manera, joé) vive feliz, aunque suspira de amor por una jugadora a la que espía a distancia dentro de sus posibilidades. Como no puede ser de otra manera, una serie de sucesos harán que la pueda conocer y adquiera la libertad necesaria para conquistarla, salvando el mundo en el proceso (o algo así).

Se trata de una propuesta que realmente no inventa nada, funcionando como una versión de hacendado de Ready Player One. Las relaciones entre ambas películas son más que obvias, especialmente cuando nos damos cuenta de que comparten guionistas. En este caso se abusa menos de licencias comerciales para captar con gran acierto la vida en un videojuego online de principios de 2020 y toda la comunidad que hay alrededor (reacciones en Youtube, streamings en Twitch, opiniones de Twitter, influencers, etc). Entre el gracejo de su prota y el chillón de chistes referenciales, cualquiera que esté metido dentro del mundillo se lo va a pasar en grande. Por mi parte, me lo ha pasado grande en esta locura de acción que suelta un chorreo enorme de chistes frikis embutidos un poco muy al bulto. No obstante, no estoy tan seguro de que funcione tan bien si no eres un iniciado, o dentro de diez años, cuando muchos detalles hayan pasado de moda. 


Supongo que es uno de los problemas de no tener a Steven Spielberg tras las cámaras. Quién dirige es Shwan Levy, un director con un historial enorme de comedietas a sus espaldas, siendo quizás Noche en el museo la mejor de ellas. También ha tenido la suerte de dirigir algún capítulo de Stranger Things, de donde ha sacado a la mayoría del personal técnico con el que hacer la película.

En cuanto a los actores, todo gira en torno a Ryan Reynolds que, evidentemente, se lo pasa en grande (y se nota). Otro que se goza a sí mismo y más es el malvado antagonista de la obra, un Taika Waititi al que nadie parece ser capaz de detener en su locura. Si antes hablaba sobre Jim Carrey y sus excesos, aquí tenemos a un sucesor que no deja indiferente a nadie. En cuanto al resto de secundarios, cumplen un papel más funcional, destacando Jodie Comer y Joe Keery que saben dar el extra en los momentos en que el guión les exige una interpretación más trabajada.

Al simular estar dentro de un videojuego, el tratamiento de la fotografía es un poco extraño y, por momentos, desconcertante, pero esto se aprovecha luego muy bien para crear unos efectos especiales la mar de resultones, jugando de maneras loquísimas con las físicas y desarrollando un estilo visual muy particular. Puede que cueste entrar en su imaginería, pero la película luce bien y de manera distintiva.


Pero luego tiene dos problemas. El primero es que no inventa nada nuevo. Desde el obvio referente de Spielberg (del que no renuncia en ningún momento) a mil chistes y guiñitos, deja mucha sensación de ya visto. También se le nota que, a medida que se desarrolla la trama, la película va dejando de ser una comedia gamberra para transformarse en una comedia romántica, volviéndose bastante predecible en su desenlace.

Algo que sí hace es empezar una franquicia nueva, partir de cero con una imaginería y desarrollarla, lo que, en estos tiempos de precuelas, secuelas y aversicuelas es algo de agradecer. Además, sabe mantener un tonito simpaticón que permite que veas toda la película con una sonrisa tontorrona en los labios.

Otra cosa a destacar es que, hacia el final de la película, se permite no sólo hacer referencia a un par de franquicias de las gordotas, sino utilizar toda su imaginería con ganas: utilería, símbolos, música… Creo que es la primera vez que veo una exploitation de este estilo en una película gorda, sin buscar el homenaje, sólo porque puede hacerlo. Se nota que, a fin d ecuentas, es una única casa madre quién tiene los derechos de “todo”.


Free Guy es un compendio de aventuritas chorras con toques frikis. Goza de tener a Reynolds con cara de buena gente haciendo sus chascarrillos, Waititi descacharrante y un buen puñado de chistes que aciertan. Padece de tener una profundidad argumetnal y un gusto por la coherencia cercano a cero, pero funciona para conseguir risas durante un buen rato. Se le podía haber pedido un poco más de mala idea, excediéndose en azúcar y forzando “un poco” el happy ending, pero bueno, eso no impide disfrutar con una ñoñería buenrollera.

 

 

Nota: 6

Nota filmaffinity: 6.2

 

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