Después de la gigantesca (en todos los sentidos) Montaña
mágica, me apetecía ponerme con algo ligero. En ese sentido, se me
aparece la CLO con una propuesta que viene que ni pintada (gracias Idéafix) con
una recomendación fácil y agradable de la autora que más estoy leyendo en los
últimos años.
Título: El Reino del Dragón de Oro
Autor: Isabel Allende
“La estatua
del Dragón de Oro permanece oculta en un reino pequeño y misterioso, enclavado
en la cordillera del Himalaya. Y según cuenta la leyenda, este magnífico
objeto, un poderoso instrumento de adivinación incrustado de piedras preciosas,
preserva la paz en estas tierras. Una paz que ahora, por la codicia en el alma
de los hombres, puede verse perturbada.”
No tenía ni idea, pero este libro resulta ser la segunda
parte de una trilogía de aventuras juveniles que empieza con La
ciudad de las bestias. Que nadie se asuste, pues en diez paginitas nos
ponemos al día y ya saltamos a la acción. Todo sucede realmente rápido, no sé
si será por venir de dónde vengo, pero me ha parecido una historia de lo más
simple. Ha desaparecido sin enterarme en tres tardes tontas.
El reino
del dragón de oro es una novelita
de aventuras juveniles a la antigua usanza. Los buenos son muy buenos y les
pasan cosas buenas, mientras que los malos son muy malos a los que les pasan
cosas malas. Parece mentira que un libro que apenas tiene quince años sea tan
diferente a las novelas de aventuras juveniles (Young adult) fantásticas que
están tan de boga en estos días. Con un deje muy a lo Joven Indiana
Jones, nos planta a unos adolescentes haciendo el saltimbanqui de aquí
y allá, deteniendo una conspiración para dar un golpe de estado y causar una
matanza. Hay unos toquecitos sobrenaturales que le dan un extra de gracia a la
historia, que se complementa con acción con el punto de tensión para ser
emocionante, sin dejar de ser para todos los públicos.
Los protagonistas son el neoyorquino Alexander y la indígena centroamericana Nadia. A pesar de
sus diferencias culturales, están cortados por el mismo patrón: alegres,
vivarachos, ávidos de aventuras… Un toquecito exótico en cada uno para
diferenciarlos y poco más. Tampoco es que se hagan pesados, pero se me hace
raro encontrarme con unos personajes tan clónicos.
Por parte oriental tenemos al Príncipe Dil Bahadur, que mezcla la dignidad de su cargo, con poderes místicos
prestos a alegrar el día, un poco de rebeldía juvenil y cierta tendencia a
meter la pata. Hasta cierto punto, me recuerda mucho al personaje de Aang de Avatar: la leyenda de
Aang.
Como tiene que haber un adulto por ahí para que les cosas
no queden más raras de lo debido, tenemos a la arqueóloga Kate Cold que, aparte de tener una lengua bien puñetera, no hace
nada más en todo el libro que poner un poco de cordura y centrar las cosas
cuando se salen demasiado de madre.
Acostumbrado a sus libros de historia románticas
tremebundas que duran más que una vida, repletos de giros del destino y sucesos
apoteósicos, sorprende encontrar un libro tan delgado y simple. Se sitúa la
acción, un nudo, problemas, algo de acción y de saltitos aquí y allá y
desenlace. Pim pam. Esto se traduce en unos personajes más planos de lo
habitual y uno de los romances más esperpénticos e instantáneos que recuerdo
haber leído. Es el destino Y PUNTO, no hay otra explicación.
Por otro lado, la acción se sitúa en un planeta ficticio
que mezcla detalles del Tíbet y de Bhutan, que deberíamos reconocer como
verosímil, pero entre el realismo mágico de Allende y las capacidades
sobrenaturales de los monjes de la montaña (curiosamente convenientes para la
trama), parece que estemos en un mundo realmente fantástico. Me gusta el
exotismo que Allende consigue imbuir en la ambientación, siendo el factor más
logrado de la novela.
Lo más curioso es que los personajes parecen aprender y
desaprender idiomas a velocidad de vértigo, pues se supone que Nadia sólo habla
español, Alexander inglés e español y el príncipe chapurrea inglés aparte de su
idioma nativo. Sin embargo, tan pronto son capaces de entenderse a la
perfección como ven imposibilitado cualquier tipo de comunicación, según el
momento en que se hallen…
Igual para mis gustos actuales le pido algo más de chicha
y complejidad a mis lecturas, pero en este preciso momento me ha venido bien
algo así de suavecito. Al final, se convierte en una historia interesante pare
leer en un par de tardes. El estilo de Allende permite devorar páginas como
nada. Especialmente, cuando la acción, la aventura y la emoción están en su
punto. Un librito de aventuras para todos los públicos con un toque añejo que
me recuerda a los libros que leía de pequeño.
Nota: 6
Nota goodreads: 3.84/5
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