El DPM del mes nos vuelve a llevar a tierras
exóticas, esta vez visitando una de las obras más conocidas del inexplorado
cine iraní. Yo la conocía sólo de oídas: nominada al Oscar, lenta como todo lo
que viene del oriente medio, pero llena de ternura y realismo.
Alí ha perdido las zapatillas de su hermana.
Son pobres y saben que su padre no tiene dinero para comprar unas nuevas. Como
no quieren decir que no las tienen, deciden compartir el par que les queda hasta
conseguir unas nuevas. Algo que a nosotros nos parece tan simple, igual no lo
es tanto para ellos.
Esta pequeña obra es capaz de sorprender por
su honestidad y sencillez, contando una historia cotidiana sin caer en el
sentimentalismo facilón. La pérdida de las zapatillas trastoca la vida de los
pequeños, especialmente cuando deciden ocultarlo y provocan un montón de
escenas repletas de complicidad entre hermanos. La tarea del director de
mostrarnos y conseguir que nos interesemos por las simples desventuras de dos niños
es difícil y lo resuelve con acierto. Maneja bien las elipsis para paliar la
falta de medios y compone con acierto pequeñas escenas llenas de ternura y
buenismo bien empleado. Por otro lado, el ritmo exageradamente lento con que
transcurre una acción tan mundana puede aburrir fácilmente a la que las
desventuras de los pequeños no consigan atraerte. La escena jardineril chirría
un poco con el resto del film, pero bueno podemos considerar es la manera que
tiene el director de mostrarnos el contraste entre la miseria y la opulencia de
unos pocos. Una chinita tirada por ahí
porque sí a ver si la gente reacciona, supongo.
En cuanto a los actores, la niña lo hace estupendamente,
alejándose de los tópicos esperables y comportándose como una niña normal y
real. El problema viene con su hermano, que actúa muy mal y, aunque nos hace
entender que “tiene mucha pena y el mundo se le cae encima”, no consigue
transmitir nada de angustia. Eso por no hablar de las lloreras que se echa.
Joder, me vais a perdonar la barbaridad, pero es que me da hasta grima. No, no
me parece que lo haga bien. Y esos momentos en los que le empiezan a caer
lágrimas y al instante los que están alrededor caen rendidos... no puedo con
ellos.
Con sus limitaciones y defectos, encuentro
que el saldo es positivo. Incluso hay alguna escena que me ha gustado
especialmente, como la persecución de la zapatilla por los canalones de agua y
ese momento de felicidad y complicidad con las pompas de jabón cuando están
lavando las bambas. Es un tierno slice of
life de una vida muy diferente a la nuestra, rodada sin efectismos ni cosas
raras. Es de felicitar cuánto consiguen con tan pocos medios, y a buen seguro
harán disfrutar al que disfruta con las pequeñas historias contadas con calma,
aunque se haga algo lenta y el protagonista sea un poquito repelente.
Nota: 6
Nota filmaffinity: 7.9
Nominada al Oscar a mejor película de habla
no inglesa. Perdió contra la aún más sentimental La vida es bella (que no es precisamente poca cosa).
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